CARTA ABIERTA
Al igual que lo hiciera antes de nombrarlo secretario de Gobernación, Obrador volvió a lanzar elogios para Adán Augusto; sólo que esta para situarlo, con mucha posibilidad, como el candidato a la presidencia. El fin de ese propósito fue tan evidente que los legisladores federales que visitaron Palacio Nacional exclamaron en favor del huésped de Bucareli: “¡Presidente, presidente!”.
Si bien meses antes había hecho algo parecido con Claudia Sheimbaum, quien hasta ahora aparecía como la favorita de AMLO, el acto del jueves cobra más significado por tratarse de una reunión política de gran calado. La cita de Obrador con los diputados de Morena, PVEM y del PT fue no sólo para agradecerles su actuación en el debate y votación a favor de la reforma eléctrica, sino para mostrarles quién es el ‘bueno’ para que Morena retenga el poder en 2024.
Antes de concluir el evento, López Obrador enalteció la labor de negociación que ha tenido su paisano con las diversas fuerzas políticas del país, así como los demás poderes de la Unión para alcanzar acuerdos. En una encuesta a mano alzada, pidió a los legisladores de su movimiento calificar la función del titular de Gobernación la cual fue positiva con gritos y porras al exgobernador de Tabasco.
“Nos ayuda mucho, está a cargo de llevar a cabo la conciliación, los acuerdos con legisladores, con gobernadores, con la Fiscalía General de la República, con el Poder Judicial. Me ayuda mucho, me aligera la carga el secretario de Gobernación”, exclamó AMLO. Ante el espaldarazo y la arenga de apoyo de los legisladores (“¡presidente, presidente!”), Adán permaneció unos segundos sentado y se puso de pie para agradecer el gesto de sus correligionarios.
No está escrito en ningún papel, pero parece que la vieja regla de oro en la selección del candidato presidencial por parte del mandatario en turno sigue vigente. El camino hacia el destape siempre está lleno de señales y esta ha sido una de ellas. Lo que son las cosas: hasta antes de llegada a la Segob, en agosto de 2021, Adán no estaba entre los favoritos. Hasta entonces, las “corcholatas” del presidente, citadas por él mismo, eran Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Tatiana Clouthier, Esteban Moctezuma, Rocío Nahle y Juan Ramón de la Fuente. No obstante, Adán se situó en la cerrera desde el mismo día de su llegada a Bucareli, con lo cual desplazó a quienes iban a la cabeza: Sheinbaum y Ebrard.
Obrador confía tanto en Adán que sigue destacando su destreza política, haciendo públicos sus logros, tal como lo hizo en la reunión del jueves. Aun cuando faltan cerca de veintidós meses para designar al abanderado de Morena, Obrador ha mandado un mensaje sobre la que parece ser su opción más sólida.
El guiño ante los diputados federales de su proyecto no fue casual, como no fue casual cuando en Tabasco vino a elogiar a Adán antes de su designación como secretario de Gobernación (aun cuando muchos opinadores locales deslegitimaron el gesto, asegurando que el asunto no iba en esa dirección).
Ahora bien, falta ver si Sheinbaum y Ebrard se disciplinan ante esta decisión. Habrá que observar si aceptan su destino en los siguientes meses, mostrando públicamente su apoyo al virtual candidato, o marcan distancia para hacer valer su aspiración, aun contra la voluntad del presidente.
Por cierto, todo ello tendrá repercusiones en el ámbito político de Tabasco, empezando por el fortalecimiento de la gestión de Carlos Manuel Merino, quien, como todos saben, fue apoyado abiertamente por Adán para su nombramiento como gobernador interino. Igual mueve el juego sucesorio por la gubernatura, donde Javier May ha ‘destapado’ a Octavio Romero Oropeza, si bien hay otros suspirantes como Manuel Rodríguez González, Mónica Fernández Balboa, Rosalinda López (hermana de Adán), Yolanda Osuna, Raúl Ojeda y César Burelo.
Como reza la tradición sucesoria en México, el guion lo sigue escribiendo el presidente, adornado ahora con una estela de elogios y sonrisas para quien llama “mi hermano”. De aquí en adelante, Adán tendrá que seguir su propia ruta, tratando de no destruir todo el camino que el presidente le ha construido.