CHAPALEO
EXACTAMENTE EL día de la madre, nuestra benemérita Comisión Federal de Electricidad, sufrió, allá por el rumbo de Tabasco 2000, un desperfecto en uno de sus transformadores, daño que se registró a eso de las 5 de la mañana y fue hasta las once de la noche de ese mismo día cuando se restableció el servicio.
LOS VECINOS afectados en esa área de la ciudad en un principio se resignaron bajo la creencia que la falla no duraría mucho tiempo pues la CFE es “una empresa de calidad mundial”, como presume en su logotipo. Transcurrieron las horas, las elevadas temperaturas a eso de las dos, tres de la tarde eran insoportables y empezaron las mentadas de madre a los responsables de la multicitada institución
PERO LO que quiero platicarles, es otra cosa, este duradero “apagón” logró demostrar lo vulnerables que somos ante las fallas de tanta tecnología en un incidente como éste y que nos hace volver a tiempos arcaicos, como fue comprar de inmediato cerillos para encender la moderna estufa, calentar en el fogón el agua para bañarse, ir al trabajo con camisa y pantalón arrugados y llegar tarde a la oficina porque el portón no abre, el refrigerador descongelado, el micro ondas y la licuadora apagados, teléfono celular inservible por falta de baterías, y lo que más duele a las amas de casa, perderse su telenovela favorita
AFORTUNADAMENTE LA Secretaría de Educación ese día suspendió labores y las mamás no tuvieron que hacer el tradicional lunch, ni planchar los uniformes para sus críos.
Y ME ha tocado también, gracias a la tecnología de punta de la que disfrutamos, después de realizar largas y lentas filas en bancos o supermercados, al llegar a la caja la persona que nos va a atender dice “va a esperar tantito porque se “cayó el sistema”
LA MODERNA tecnología depende de un solo hilo, la energía eléctrica. Si esta falla, ¿volveremos a la leña, al fogón?
SUGERENCIA: es tiempo de buscar alternativas porque el enemigo acecha y este es el más sensible de los puntos
Y CLARO que hay más mucho más, pero por hoy de voy, no sin antes compartirles mi modesta apreciación, ya soportamos a los notarios. El “capitán” quiere dejar el cargo a otro “capitán”. ¿Será el tiempo de los “aviadores”