CARTA ABIERTA
Parece mentira, pero dentro de un mes estará lista la Refinería Olmeca, una de las obras más importantes del sexenio de López Obrador. A pesar de las dudas que había sobre su culminación en tiempo y forma, el proyecto será inaugurado el 2 de julio con todo lo que ello implica para el futuro del conjunto del pueblo tabasqueño. Para decirlo pronto: la historia de Tabasco tendrá que contarse con un antes y un después de Dos Bocas.
Aparte del presidente, la secretaria de Energía, Rocío Nahle, tendrá que llevarse el crédito por este megaproyecto. Necesitó una inversión de 12 mil 500 mil millones de dólares y sobre el mismo había muchas dudas, entre ellas su inviabilidad por el paso que el mundo está dando hacia las energías ‘verdes’.
De acuerdo a expertos, si bien muchos países del orbe están yéndose hacia las energías limpias, la realidad es que aún quedan muchos años, tal vez tres décadas, para que estas prevalezcan en todos los ámbitos de la sociedad. Por eso, ahora le toca a México reforzar su seguridad energética por medio del incremento en la producción de gasolina y diésel producida a nivel nacional.
No hay que olvidar que el Gobierno de la 4T busca reducir la importación de los combustibles, ya que esta representa el 77 por ciento del abastecimiento en el país. El objetivo de Obrador, que sus opositores ponen también en duda, es que a finales de 2023 México sea autosuficiente y no tenga que comprar gasolinas en el extranjero. El plan de producir más gasolinas y más baratas se complementa con la modernización de las seis refinerías restantes del país.
Por ahora se ha cumplido un objetivo: ser prácticamente autosuficientes en la producción de diésel con la compra de la refinería de Deer Park, en Texas. La refinería de Dos Bocas, séptima del país, tendrá capacidad para procesar más de 340 mil barriles de petróleo crudo por día, si bien tras su inauguración apenas comenzará a realizar pruebas de puesta en marcha. Se espera que esté abierta al público a finales de 2022. Y no, no fue un capricho del presidente construir la refinería en su tierra de origen: Dos Bocas fue el lugar ideal debido a que ahí llegan los ductos de petróleo, la materia prima, proveniente del litoral de Tabasco y de la sonda de Campeche, donde se extrae el 80% de hidrocarburos en México.
Acerca de lo que pasará con los 35 mil trabajadores requeridos para su edificación, se exploran alternativas de empleos en las empresas que construyen otras obras de importancia, como el Tren Maya. Otros dos puntos a destacar: 1) la refinería se ha hecho con presupuesto público, sin endeudar al país y 2) sus operaciones se harán en términos de reducción de emisiones de CO2 mediante la mejora de sus sistemas de gestión energética y la adopción de nuevas tecnologías.
Lo más importante para los tabasqueños: la refinería deberá traer beneficios relevantes en el desarrollo de Tabasco. Esto abre la puerta a un nuevo ‘boom’ petrolero con todo lo que ello implica en diferentes áreas de la economía. El gobernador Carlos Merino ha hablado con entusiasmo del repunte en la generación de empleos y atracción de inversiones. Tras décadas de abandono, el Edén tiene ahora el primer lugar nacional en empleo y en crecimiento.
La puesta en marcha del proyecto es una fuerte esperanza de mejora para el conjunto de la sociedad tabasqueña y también para los estados de Veracruz y Campeche.
Y sí, la historia de Tabasco tendrá que contarse entre el antes y después de esta megaobra que a muchos les pareció imposible de realizar en un tiempo tan corto. Donde Felipe Calderón fracasó con su sueño de Tula, en Hidalgo, con nueve mil millones de pesos tirados a la basura, Obrador lo hizo factible en Dos Bocas, Tabasco.