De Primera Mano
A pesar de que en el pasado reciente fueron mal calificados en los cargos públicos que ocuparon, hoy se presentan como cartas en sus respectivos partidos para tratar de continuar en la administración.
Son actores de diversas formaciones políticas que hace pocos años fracasaron en sus encomiendas, y que hoy en pleno reciclaje hacen gala de representaciones opositoras que se caen por si solas.
Se trata de exdirigentes de partidos y exalcaldes que no pudieron servir a la ciudadanía, a la que hora tratan de volver a engañar.
La lista impresentable la encabeza Erubiel Alonso Que, presidente del PRI en Tabasco del 17 de noviembre de 2013 al 10 de enero de 2016, período en el que era gobernador el perredista Arturo Núñez Jiménez, y en el que ese partido perdió la elección intermedia de 2015.
Mientras estuvo al frente del tricolor, Erubiel nunca le levantó la voz al titular del Ejecutivo. Una versión que corría en el medio político en ese entonces era que presuntamente el dirigente priísta estaba subvencionado por la administración.
¿Por qué cuando debía cuestionar al gobierno en turno guardó silencio y ahora que ya no tiene ninguna responsabilidad partidista se la pasa embistiendo al mandatario Carlos Manuel Merino Campos?
El viernes pasado, el expresidente priísta le “pidió” a Merino que, ante el anuncio de que haría cambios en su gabinete, que no nombre como titulares de Secretarías a sus compadres o amigos, sino a personas eficientes, capaces y comprometidas con Tabasco.
«Que no ponga a compadres ni amigos, yo creo que es una gran oportunidad para que lleguen tabasqueños eficientes, capaces, honesto, responsables; por ejemplo si va a cambiar al de Sotop, donde la obra pública está muy retrasada, que llegue gente que estén validados y certificados por el Colegio de Arquitectos, por el Colegio de Ingenieros Civiles”, aseguró.
Y agregó: «Le vamos a dar el beneficio de la duda, pero también estaremos vigilantes de qué perfiles van a llegar y lo habremos de señalar».
El dirigente partidista que fue cómplice del peor gobierno que ha tenido el Edén ahora pretende restarle margen de maniobra al líder del PRI tabasqueño, Dagoberto Lara Sedas, a quien, además, busca descabezar ostentándose como representante de Alejandro Moreno Cárdenas, mandamás del CEN.
Posturas como la de Erubiel también son copiadas por otros cuadros políticos. Son los casos de algunos exalcaldes como Gerardo Gaudiano Rovirosa (Centro) y Armando Beltrán Tenorio y Tomás Brito Lara (Cárdenas).
Gaudiano es diputado federal plurinominal por Movimiento Ciudadano, y desde ese cargo hace campaña por la gubernatura, con tal mal tino que está fustigando al gobierno por temas que él pudo resolver cuando estuvo al frente de la comuna capitalina o fue presidente de la comisión de Recursos Hidráulicos del recinto legislativo de San Lázaro.
¿Con qué cara el nieto del exgobernador Leandro Rovirosa responsabiliza a las actuales autoridades del deterioro de la laguna de las Ilusiones si cuando él contó con los recursos y la representación para salvar ese manto acuático no hizo nada?
¿Qué le va a decir a los electores cuando salga a pedir el voto y ofrezca lo que no hizo como presidente municipal, razón por la cual la ciudadanía le dio la espalda en las elecciones para gobernador de 2018?
También en el segundo municipio en importancia del estado se presenta una situación similar: los exediles Armando Beltrán y Tomás Brito han empezado a caminar con miras a volver a repetir como candidatos.
Beltrán ganó en 2018 arrastrado por la ola de la popularidad del ahora presidente Andrés Manuel López Obrador, y su gestión resultó un rotundo fracaso, con obras de mala calidad y con la sospecha de haber pagado trabajos que solo aguantaron la entrega y que no valían lo que se facturó.
De la misma manera, Brito Lara ha sido alcalde en dos ocasiones sin haberse despeinado, siempre con la suerte de ir de candidato de una fuerza política con mucha fuerza en Cárdenas por tener como guía indiscutible a AMLO.
A Tomás le reprobaron la cuenta pública de 2006 y, sin embargo, ya anda de nuevo en campaña, presentándose como “el único” lopezobradorista de su municipio, lucrando con el hecho de que él estuvo al lado del de Macuspana cuando empezó el movimiento que ahora lo tiene despachando en Palacio Nacional.