SIN REMITENTE
En la sucesión presidencial, el secretario de gobernación, Adán Augusto López Hernández, se ha convertido en el principal protagonista en su partido y fuera del mismo.
Las diversas publicidades que circulan a lo largo y ancho del país es tan solo la confirmación de que el tabasqueño empieza a despuntar en el ánimo de la población y de las encuestas que han hecho medios críticos como el propio Reforma.
En contraste con sus compañeros de partido (Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal) que desde hace tres años han venido haciendo una campaña tacita para quedarse con la candidatura y que han llegado a su tope de crecimiento, Adán Augusto López está aumentando su posicionamiento y seguramente superará a sus adversarios.
A demás de su propio capital político que tomó otra dimensión a partir de su incorporación al gabinete federal, el tabasqueño cuenta con el del presidente Andrés Manuel López Obrador que recientemente volvió a ponderarlo por su desempeño en la Secretaría de Gobernación.
Para sus compañeros de partido que también aspiran, Adán Augusto es ya un rival de cuidado al que harían mal en subestimar porque no ha tenido una carreta política en el centro del país como la de Marcelo Ebrard, Claudia Sheinbaum o Ricardo Monreal.
En el territorio, es evidente, el secretario de Gobernación camina simbólicamente con la marca AMLO que para millones de mexicanos significa una verdadera transformación en sus vidas y que inevitablemente le endosan los logros del Presidente y le empiezan a ver incluso como su alter ego (por su forma de hablar, su narrativa y continuidad de su gobierno que implica ahondar lo que ya se hecho, en especial en política social y económica)
También el secretario de Gobernación ha venido haciendo lo propio, convertido en un operador político efectivo y de mucha proximidad con los ciudadanos de los que recibe el afecto, como lo pudo constatar durante sus giras de apoyo a los candidatos que ganaron 4 de las 6 gubernaturas en la elección del 5 de junio, y en el desempeño diario de su encargo.
El tabasqueño pues está más que metido en la competencia para que tanto los ciudadanos como la militancia se vuelque a su favor para que en los próximos meses despunte ya en las preferencias electorales como el potencial candidato de Morena y del Presidente del país.
De los tres que realmente tienen altas posibilidades, Adán Augusto López Hernández es el que, por su cercanía y lealtad, entre otras tantas razones, está más cerca de suceder en el cargo a su amigo.
Así que quienes lo siguen viendo como un plan B, se van a llevar una grata sorpresa. Todo a su tiempo y en su tiempo, como lo dijo ayer el mismo precandidato presidencial.