LA POSTA


EL INFLE. Será porque estamos más familiarizados con lo negativo que a los mexicanos nos une más la desgracia que la felicidad; la corrupción, más que la honestidad; la pobreza, más que la riqueza; la violencia, más que la paz; los chismes, más que las verdades; los chistes, más que la seriedad; la inflación, más que la deflación. La devaluación de los 80s me despegó de la iniciativa privada y me envió directo a la burocracia donde encontré a muchos ex pequeños empresarios en la misma situación. Afortunadamente la actividad económica se mantuvo y había empleo, tanto en el sector público como en el privado. En octubre de 1993 regresé a Tabasco en mi nueva faceta como periodista. En 1995 me entregaron el premio estatal de periodismo en columna, fueron 6 mil pesos que me sirvieron para pagar parte del precio de una computadora que adquirí meses antes en 4 mil pesos y que por obra de la devaluación de ese año su precio se triplicó. Pordiositosanto.
EL DESEMPANCE. Fueron momentos muy difíciles, pero había empleo, y eso nos permitió a millones de mexicanos soportar los estragos de la devaluación; unos dejaron de ser empresarios y pasaron a formar parte de la burocracia y otros de burócratas se convirtieron en empresarios. Las devaluaciones sexenales terminaron al llegar el PAN al poder que creó mecanismos para atajarlas. Con el nuevo gobierno con pandemia y guerra en Europa no se ha dado una devaluación aún, pero la inflación, que en términos oficiales es de casi 8 por ciento, golpea brutalmente a la clase media y baja por varias sencillas razones: no hay empleo, el subempleo escasea, crece la economía subterránea, los programas sociales absorben los pocos recursos disponibles que podrían servir para apoyar a las pymes y las grandes obras, por su especialización técnica, generan muy pocas plazas de trabajo.
LA CRUDA. Los periodistas, desempleados o no, tenemos mucha chamba. Tenemos pendiente cómo contrarrestar las malas decisiones gubernamentales, entre otras: la austeridad republicana discrecional, el combate simulado contra la corrupción, el programa de abrazos no balazos, el derroche en los programas sociales electoreros, las campañas electorales anticipadas, el fanatismo político violento, la mala calidad de la obra pública sin concurso, los estragos ambientales que ocasionan las grandes obras, el sometimiento de los organismos independientes, el abandono de la educación pública, el desastre en la salud pública, la agresión física y verbal a los medios de comunicación y periodistas, el desempleo y subempleo como política de gobierno.
LA CAMINERA. Los comentaristas en asuntos económicos del altiplano y algunos locales, recomiendan (no se nos había ocurrido) para paliar esta crisis económica: Primero, ahorrar, término que prácticamente ha desaparecido en la mayoría de las casas de los que viven al día. Segundo: Liquidar las tarjetas de crédito o pagar más del mínimo para evitar los enormes intereses y comisiones que cobran los bancos y tiendas departamentales. Tercero: Eliminar los gastos superfluos y reducir a lo estricto todos los gastos domésticos. Si ninguna de estas medidas da resultado, siga la cuarta recomendación: conseguir un empleo bien pagado en el gobierno como supervisor de austeridad o como ejecutivo en alguna empresa mexicana o extranjera que realiza obras para el gobierno de la 4T recomendado por alguno de sus altos funcionarios. Sea por Dios.

Por Juan José Sánchez Gálvez

  Egresado de la Facultad de Comercio y Administración de la UNAM. Nativo de Macuspana, Tabasco. Premio estatal de periodismo 1995 en el género de Columna. Mención honorífica Premio Crónica Feria Tabasco 1996; Premio 1999 al Mérito Periodístico de la Asociación de Periodistas Independientes (API) y premio 2000 de la Asociación Tabasqueña de Periodistas (ATP). Reportero, jefe de información y columnista en el diario El Sureste de Tabasco; colaborador en los diarios locales Olmeca, Rumbo Nuevo, Ahora Tabasco y el semanario Jaguar. Coordinador de comunicación social de la CFE, Zona Villahermosa (2000-2009). Incursiona frecuentemente como analista político en diversos medios electrónicos (TV, Radio, RS) de Tabasco. Presentó su primer libro en 2018: La Víspera (crónicas de Macuspana) editado por el Gobierno del Estado de Tabasco y la Secretaría de Cultura.