CARTA ABIERTA
Esta es la célebre frase soltada por el dueño de Movimiento Ciudadano en Tabasco, Pedro Jiménez León, al referirse a su relación con el diputado federal Gerardo Gaudiano. La sentencia, acuñada en el proceso de cambio de la dirigencia estatal, cobra actualidad en vista de la aparición mediática que el exalcalde de Centro ha tenido la mañana del martes para seguir con la ola de ‘destapes’ a la gubernatura.
Gaudiano dice de dientes pa’fuera que lo pensará, que esperará los tiempos, cuando lo cierto es que es su objetivo principal. Cuenta con la simpatía del líder nacional Dante Delgado Ranauro, pero en Tabasco tiene a un enemigo muy poderoso con Pedro Jiménez y el encargado de la dirigencia, Pedro Palomeque Calzada.
Desde ahora, los dos Pedros (se dicen mutuamente “tocayo”) han estado impulsando la candidatura del alcalde bailarín de Tacotalpa, Ricki Arcos, pero no han tenido éxito en hacerlo crecer. Por más que lo han intentado, su ‘delfín’ muestra lo que es una generalidad dentro de la clase política tabasqueña: mediocridad al límite. La otra opción es que el propio Pedro Jiménez se postule, pero Dante lo tomaría como un descarado ‘agandalle’ al ser juez y parte del proceso interno de Movimiento Ciudadano.
Por eso es que, conforme pasan los meses, todos los caminos de este partidito en llamas llevan a la figura de Gerardo Gaudiano. Para bien o para mal, es el único exponente con categoría para elevar la votación del 3.2 por ciento de los comicios intermedios de 2021. Esta es la buena noticia para el grupo del experredista. La mala es que no le van a poner la candidatura en bandeja de plata. A cambio, los dos Pedros van a buscar meterle en las boletas electorales a gentes que respondan a sus intereses.
Una clara señal de lo que está cocinándose para acotar a Gaudiano es la reciente incorporación de otro ‘cartucho quemado’: el exsecretario de Economía en el gobierno de Arturo Núñez, Gustavo Rodríguez Rosario, sobrino del exsecretario de Gobierno nuñista, Gustavo Rosario Torres. Visto a la distancia, parece que el exgobernador perredista busca meterse en el partido naranja por medio de uno de sus exfuncionarios más devotos.
El dilema para Gaudiano es que Arturo Núñez fue quien le engañó con la verdad al darle la candidatura del PRD al gobierno de Tabasco. Mientras por un lado destilaba miel en un supuesto respaldo a su postulación, detrás de bambalinas le regateaba el apoyo, dejándolo prácticamente solo en la campaña. Fueron muchas las señales de indiferencia que Núñez le envío al entonces abanderado perredista para hacerle ver que no le importaba ganar los comicios de 2018, en los que triunfó el morenista Adán López por un amplio margen.
Se sabe, por todo lo que se ha visto en los últimos meses, que Pedro Jiménez no ha perdido su relación con Arturo Núñez. Conocido por ser un tipo inteligente y capaz, el poder tras el trono en MC no se opondrá a que Gaudiano sea el candidato (por ser una orden de Dante), pero sí le pondrá ciertas condiciones destinadas a no perder el control de un partido en el que ha mandado desde siempre.
En ese objetivo de ‘amarrar las manos’ a Gaudiano, el experimentado Jiménez cuenta con el respaldo de Pedro Palomeque y de la delegada nacional del CEN del partido naranja, Fanny Vargas, sobre quien pesan diversos señalamientos que ponen en duda su gestión.
“Con Gaudiano ni a la esquina”, es la frase que recorrerá los pasillos de MC en los próximos meses y durante la campaña a la gubernatura. Si el partidito sigue así, no sólo no superará la votación de 2021, sino que podría incluso perder su registro. Ahí está, por ejemplo, la ola de renuncias de las últimas semanas, a las que ayer se sumó la de Christian Gallegos, miembro del Comité Estatal.