Si Adán Augusto López Hernández, secretario de Gobernación, empata o supera a sus adversarios en la encuesta que Morena realizará como método de selección, nadie le quitará la candidatura presidencial.
El presidente Andrés Manuel López Obrador no miente cuando afirma que respetará los resultados de la encuesta de su partido para seleccionar al que de facto será su sucesor en el cargo, porque no apoyará a nadie que no le garantice el triunfo.
Así que con un tiempo considerable antes de que inicie el proceso electoral del 2024, el gobernador con licencia de Tabasco tiene todo para seguir mejorando su posición en las preferencias electorales y disputarle la postulación a Claudia Sehinbaun, jefa de gobierno de la Ciudad de México, y Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores.
Y, por lo visto, así también lo ha entendido Adán Augusto López Hernández, su equipo y seguidores que vienen haciendo pública o anónimamente una campaña de norte a sur para que su nombre sea conocido por muchos y respondan sí a su favor en la encuesta.
A la distancia, hoy el todavía secretario de Gobernación está no solo en el ánimo presidencial, sino avanzando territorial y electoralmente para tener con qué competir a la hora en que su partido realice la encuesta de la que saldrá el candidato de Morena.
Es cierto que Adán Augusto López Hernández es amigo del Presidente y que sin duda querría verlo como su sucesor, pero si los números no le alcanzan para ganar internamente, no sería nominado.
El Presidente está consciente que la alianza opositora reunida representa una amenaza y aún cuando hoy todas las encuestas anticipan un triunfo de Morena en la elección presidencial, no puede confiarse como para postular a un candidato que no tenga también su propio capital electoral.
Sin duda que para Adán Augusto López Hernández el solo hecho de estar ya entre los tres principales aspirantes es un avance considerable, pero para quedarse con la candidatura tendrá que ganar la encuesta y representarle a Morena y el Presidente un triunfo seguro y amplio.
Por lo pronto, Adán está en el camino correcto y depende ya solo de sí mismo. Entonces, si gana o empata la encuesta interna, el Presidente no dudará en darle su apoyo para que sea el nominado y con su respaldo moral y electoral, su seguro sucesor.