Colección DEVUELO # 20
Mayo 2022
Montevideo, Uruguay
Diseño: maca
PRÓLOGO
EL VIAJE A LA POESÍA DE VÍCTOR MANUEL BARCELÓ RODRÍGUEZ
Por: Rafael Pineda
Mi curiosidad empieza a divagar por los papeles que recogen la obra poética de Víctor Manuel Barceló Rodríguez, un autor llegado a Uruguay donde lo conocí desde las tierras que albergaron al imperio del pueblo mexica, Tenochtitlán, la ciudad más resplandeciente de la antigüedad americana y donde con más gallardía se dio batalla al europeo del siglo XVI y a un Hernán Cortés que había zarpado de la isla de Santo Domingo, mi tierra natal.
De la villanía y la destrucción, en la fecha se están cumplien- do 500 años, y este libro llega como si fuera un homenaje, un tributo pensado a la presencia eterna de los héroes y mártires, y a la permanencia de la memoria a través del tiempo.
Podemos acceder a él por varias puertas: la de la poesía de amor, la del soneto, la de los versos libres. Pero también por los sonoros cantos a una patria que tiene quinientos años levantándose de las cenizas del Templo Mayor, peleando con- tra la espada de Pedro de Alvarado y cantándole loas al valor que, como el ave fénix y el mítico Inca, cae y se levanta.
Estos poemas nacieron en el alma de un poeta de duradero y fructífero acento, con historia de servicio a un pueblo que lo respeta y quiere. Pueblo que viaja en su alma aunque él ya no pertenezca a un solo pueblo, sino a todos los pueblos.
Sus poesías traen historias de diversos tiempos en los que emerge nuestro poeta embajador como un Neptuno, tridente al brazo, cabalgando sobre los mares y gobernando las formas de la expresión. Sostiene una poética que, como lo expresa en el bello poema “Redención” dedicado a Enrique Márquez y a Mario Chávez Figueroa, entre varios amigos idos a otro universo , trae “un dolor y una tristeza que va más allá de lo efímero y de lo voluptuoso, capaz de conmover y de llenar la conciencia de colores”.
Un poeta puede ser bueno Víctor Manuel lo es desde todos los ángulos cantándole a temas únicos, al amor o la amistad. Como el rey Salomón en El cantar de los cantares; el arcipreste de Hita y su Libro de buen amor, o Jorge Manrique, sus Coplas por la muerte de su padre y algunos poemas más que configuran una obra completa; o similar al autor de El cantar del Mío Cid, supuestamente el musulmán Abu l–Walid al Waqqashi, autor de un libro único. Tantos ejemplos trae la literatura mundial. Se le puede cantar a la vida y a la muerte, a las flores, a los ríos, al hombre y a la mujer con sus angustias y sus luchas por la igualdad y el bienestar, a los lagos, al mar, al niño nutrido y al hambriento de los suburbios, al tronco seco o a los bosques. La poesía está en el fondo.
En el cantar del autor de “Juárez (Canto colectivo a una voz”, nada humano es ajeno, como proclamara Terencio, y se vuelca sobre un abanico de aconteceres encontrando la sustancia del verso en la vida total, con las virtudes y las hipocresías; en la naturaleza por los privilegios pero también por las mañas.
En uno de nuestros encuentros, taza humeante de por medio, le pedí para echar una lectura a estos textos que permanecían guardados. Varias semanas estuve con ellos, y por momentos me dejaban sin respiración por la hondura de los temas, por el desafío, por la ruptura con determinados prototipos.
Cuando terminé la leída le sugerí publicarlos, y el resultado ha sido este libro con poemas de verso libre, sonetos, cantos épicos, canciones, elegías, temas patrióticos.
El poeta es íntegro; calienta con las brasas el cuero de los tambores, deletrea y expresa los momentos difíciles y los simples, retrata las experiencias en el tiempo, los momentos de compunción interior, hasta sobrepasar con acierto las pruebas más exigentes de los estereotipos literarios.
Los sonetos, interiorizando en un mundo ancho, no ajeno, son un encanto de profundos sentimientos.
“5 de mayo” es uno de esos textos que exponen con distinción el canto quejumbroso de una patria que quiere ver renacer, sin manejos equívocos, con dolores, el parto de sus más puros ideales.
Entre los cantos elegíacos existe una unidad de acción, con líneas como las que encontramos en el bello “Canto a Cardenal”, referido al poeta de Solentiname:
Quise escribirte hoy/ Admirado cantor celeste/Tu numen me toca/De norte a sur/De este a oeste.
En “Carlos–Poeta”, dedicado al bardo de Villahermosa, Carlos Pellicer, hay una luz que no dilata el paso de los días: En la vorágine de mi mente/Te localicé/Cuando a mí solo llegaban salmos/A la naturaleza/A la vida/ A la patria henchida/En su túnica de agua
Recurre a la imagen del poeta que no es necesario nombrar porque viene de la pólvora, del patíbulo, de la cruenta guerra española para reafirmarle al admirado Pellicer que allí nació el “…verde que te quiero verde”.
Se planta nuestro poeta en otros largos gritos, para sollozar desde la cumbre por el amigo de vida grande al que hay que homenajear y cantar:
Y allí / Carlos/Poeta / No supe si excelso / O epónimo / O único… / Pero poeta / Al tamaño de natura / De la de tu Grijalva / De nuestro Usumacinta.
La destreza de Víctor Manuel Barceló Rodríguez no le deja espacio a la pausa, y de un verso fuerte pasamos a otro apasionado y germinal, como este titulado “Colores para mañana”, un canto a la ciudad de Tabasco, donde el sol pare- ce una película policroma con música de violín en el fondo.
Sus cantos “Ansioso”, “Cuando me olvides”, “Del mismo son”, “¿Cuánto?”, “¿Cuándo?” parecen anticipar el destrozo o la inmolación de los días que estamos viviendo, con muertes en masa en distintos puntos del planeta:
¿Quién puede predecir / Cuándo y cómo / De quién y a qué hora / Saltará la decisión / De la hecatombe? / ¿Cómo precaver la muerte/De lo que tanto costó / En limpiar / Momentos y constancias / Los errores corregidos / O fallas sin remedio?
El tratamiento elegíaco es un homenaje solemne a quienes se fueron. Y aquí está el poema “Redención”, una especie de toque de bandoneón a la nostalgia por los amigos, una pléyade que ya no está.
Pasando de un poema a otro sentimos la quejumbre, los latidos, las desatadas tentaciones, el verso lastimero.
Hay recurrente opción al soneto, a la rima, métrica, a la exposición sentimental. Se me ocurre que al poeta le surgen de manera natural, como quien tira una piedra al río y se pone a contemplar cómo ondula sobre el agua.
Si este libro fuera solo de sonetos sería bueno o muy bueno. Pero siendo un concierto deleitable ha sido un tremendo acierto, sin espacio para monotonía ni resentimiento, haciendo que el lector transite avenidas de buen decir a través de unas letras que conjugan el estilo clásico con el moderno.
Lo clásico en la literatura es formativo y grande, indestructible como las pirámides de Chapultepec, o como la civilización de los mayas, de los aztecas y de los toltecas. Víctor Manuel lo sabe, para bien. En una “Fiesta”, en un “Fuego inmemorial”, en un “Hacia la nada”, en “La vigilia de las horas” o en un “Mandala”, nos está presentando un aquilatado tesoro espiritual envuelto en títulos que rompen lo efímero para viajar al tiempo, colgándose en las páginas donde el canto ha de seguir cantando.
Estamos ante un canto de amor. Obra de gratitud. Memoria. Solidaridad. Sentimiento latino. Poesía que habla de lo que la humanidad desarrolló para poner al alcance de todos. Los sentimientos, el yo interior, el apego a los orígenes, los estados de ánimo de un intelectual que registra el presente y el pasado.
Víctor Manuel Barceló Rodríguez es un poeta que piensa bien, y escribe como piensa.
Montevideo, Uruguay 12 de junio del 2021
Poemas
ARRULLO
Todo parecía vencerse
soles ocultos
astros opacados
verdades expresadas
el canto oral de la mañana
el ritmo ventral
de la noche
todo desalojando la pena por tu ausencia.
Después
sentados al borde del lago
con el reflejo lunar
horadando
tu vientre
con blancuras movedizas
te me reflejas
claramente hospitalaria
sensual
mientras mis ojos
cubren tus entrañas
confundidas
en el reflejo lunar.
La sensación de gozo
placentero
sutil
lo altera la ceiba
albergue y cuna
alimento y tumba
del chaquiste
e altera tu placidez
protegida por la luna
filtrada
arrullada
táctil
única
como nuestro amor.
SUEÑO
En la noche soñé y soñé
Soñé que recorríamos
Grupos de maestros –soñé–
La geografía que amamos.
Otros –soñé– afanosos
Tocando puertas del poder
Exponiéndonos gozosos
Abriéndolas, aún sin ceder.
Mi sueño fue integrando
Tendencias y compromisos
En un haz, consolidando.
Reuniones mil sucedieron
En sueños muy acabados
Las conclusiones salieron.
GUERREROS I
Leyendo a Heberto el poeta
conversando con Don Chema
sentí tocar a mi puerta
la esperanza que nos quema.
Bastar Sasso vuelve al Edén
acompaña a Taracena
rompe con el fiero desdén
trae tus guerreros en pena.
Ellos buscarán salvarnos
de quienes lastiman, matan.
Con sus conjuros recrearnos.
Volver a ser seres libres
y con las armas sensatas
ahuyentar a los serviles.
GUERREROS II
Pensaste Heberto en Chema
gran poeta al igual que vos
sin olvidarte la flema
que muestra su fuerza precoz.
Aprovechemos la esencia
de un lenguaje primaveral
para invocar la impaciencia
como fuente de un cambio real.
Bastar Sasso, Taracena
Pellicer, Priego y otros más
Villaurrutia en soledad.
Cooperen en los conjuros
salvando al Edén contumaz
unidos con fuerza, puros.
ECOS
Los ecos nos atolondran
A veces vienen de lejos
Siempre nos dicen y nombran
Seres, peces, azulejos.
Su sonido nos deleita
Con su fuerza cromática
Apabullante respuesta
De esencia aromática.
Su percepción es fortuita
A veces del mundo virtual
Otras, con fuerza inaudita.
Todos son de un pasado No solo nuestro, natural
De un mundo muy conformado.
CARGA
El bagaje de una vida
Debe ser breve, ligero
Con carga muy consentida
En la mente, por entero.
Caminar en esa senda
Acumulando tesoros
Intangibles, poderosos
De biblioteca, no tienda.
Así gozar las costumbres
De culturas muy lejanas
Si ir es jugar con lumbre
Todo tendrás en tus manos
Si el conocimiento ganas
Apoyando a tus hermanos.
ÉXITO
Éxito es una palabra
de múltiple connotación
hay quien con ella labra
mala y cruel reputación.
Otros sin mucho aspaviento
avanzan en su relación
apoyados por el viento.
Unos pocos enlazados
al empeño por servir
suelen ser sacrificados.
IDENTIDAD
Con la esperanza del cambio
entre bondades y hurtos
Construiremos el recambio
Al nacer El Niño recibe un nombre,
una religión, una nacionalidad y una raza.
Su vida transcurrirá sin saber
por qué tiene esa identidad.
Seremos capaces en la educación
darle elementos para que libre y
conscientemente defina su identidad
y la integre con los demás para lograr
una fortaleza inexpugnable.
Soy mexicano porque siento
vibrar dentro de mí la fuerza
de una raza constituida
de muchas más. Respeto.
PRECIO
Lo sublime no puede despreciarse,
Vive y late hasta el final
En cuerpos que se abaten
Que, sonámbulos, se mueven
y empantanan sus minutos semanarios
con falsas ilusiones;
acordes que ensordecen
y acallan las conciencias,
fútiles momentos de pasión
no deseada,
que irrumpen en la limpidez
y lastiman,
hasta destruir.
Cuando, a veces, ya es tarde
Para el retorno
O la verdad,
O la dolorida esencia Del amor forjado.
ASOMO
La estructura de una vida
Se conforma con los hechos;
Es cadencia, en subida
Es templanza en días maltrechos.
Sus esencias nos cobijan,
Dan textura, paz, sosiego;
Son esquemas que prohíjan
Resistencias al trasiego.
Cuando inicias el proceso:
Todo es luz, valor, ensueño,
Impulsor, Eros compulso;
Vivencias, dolor y aromas,
Templan tiempos que suceden
Cosmos real al que te asomas.
AÑORANZA
El oficio femenino
Es trastocar al mundo en gracia,
Provocar la vida
Y desoír la muerte
¿no acaso la mujer enciende el cielo,
Llena de alondras los pensamientos,
Arrebata de gozo,
Cubre de amor y sabia ardiente
Los intersticios de la existencia?
Los pájaros mañaneros
-que aún cruzan por mi ventana-
Recuerdan las sonatas
Que juntos compusimos:
Con tu lengua y con la mía,
Con el grito clamoroso
Del ritual de amor;
Cuando los corazones desbocados
Tienden hacia un suave blues
Tal vez añejo
Quizá lejano pero siempre nuestro.
La danza
-juntos-
Es vestigio de juglares hispanos,
Correspondencia soberbia
Entre mis huesos
Y tus carnes suaves,
Ardientes,
De una raza que no duerme,
Que no se rinde
Aún en la hornacina
En que metieron a sus dioses;
Ni en la presión
continua, febril, recalcitrante,
que intentó acallar las lenguas nuestras
incitándoles
a transmutarse en la esperanza.
Los paisajes
Me arroban hasta el llanto;
En ulular de la locomotora
Informando su presencia,
Me desboca;
Mis ojos
¡Hay de ellos!
Apenas son un reclamo
De lo que fueron:
Ya no se posan
En la belleza de tu efigie de diosa;
No sudan tu piel
Bañada en rosas;
No gozan tus sueños de alborada.
Hoy,
Mis ojos y yo:
Nos perdemos
En imágenes espantables,
En momentos huecos,
Sin infinitos
Soberbios
Como los creados con tu esencia,
En tu piel,
En los temblores
De un maravilloso acontecer
Hoy,
lejano.
VERDAD–MENTIRA
Ladran los lebreles,
Perros de caza insomnes,
Noctámbulos y crueles,
Cargan sus carcajes de flechas ilusorias,
Falsas, plenas de verdad-mentira,
De mentiras que nacen del acaso;
Y las lanzan cual flechas malignas,
Falseadoras de hechos y verdades
Para pescar incautos,
Encantados por el deseo del placer,
De concebir, aún nobles, falsas rosas,
Conciencias inconscientes,
Dominadas, dominantes.
Destruyen,
Cuando pueden:
Lo puro, lo fuerte, lo hermoso,
Lo que requiere sueños y pasiones
Para ser,
No para parecer.
Así, ser y amar sólo queda en la congoja,
Rompe sus esencias vesperales,
Resbala como la hoja
De una lágrima fugaz de lluvias otoñales.
SURGIRÁ… SI TE ATREVES
(por el temblor del 85 en C. de México)
Si te atreves a mirar en las pupilas
Por donde fluyen los ecos
-íntimos y fervientes de mi ser-
Podrás ver
Aún erguidas:
Las Torres de Tlatelolco,
Todas
BANAMEX –Fray Servando–
Con su bullicio taciturno
Y sus encarabinados
De azul,
Dormitando a las doce
Porque, al sol, embotaron sus ansias.
Muy al fondo del iris,
En el centro del conocimiento,
Apreciarás juveniles azoros
Por la llegada tarde a CONALEP,
Y febriles pasos
-contoneados y firmes-
De médicos y enfermeras
Transponiendo los umbrales
Del Hospital Juárez
O recorriendo veloces
-escaleras arriba, escalones abajo-
Atestadas salas del Centro Médico
Y no sabrás,
Si en el tiempo iridizado que contemplas
Está la vida citadina del 85
-antes del 19 de septiembre-
O el Distrito Federal del siglo XXI:
Reconstruido,
Erecto,
Inconmovible,
Bello,
Entre saetas de smog
Y un sol ardiente
Que se cuela entre nubes
De humo y polvos mil.
Porque si ayer se venció
La superficie del Anáhuac
Hollada por siglos,
-porque así lo quiso la naturaleza-
Hoy,
Mañana con más certeza,
Volverá a renacer la Ciudad
Mejor de lo que era,
Tal vez más hacia el sur,
O hacia el poniente
Persiguiendo al Sol
Al Quinto Sol
Que surgirá vigoroso en la penumbra.
ANSIOSO
(Canción)
Un sueño recoge
Mis ansias
Sus ecos de luz
Me acompañan.
Amor, el amor
Su esencia terrena
Que surge de vetas,
De cantos, de letras.
En cada simiente
Te encuentras,
En cada momento
Te siento.
Amor, el amor
Es su esencia terrena
Que surge de vetas
De cantos, de letras.
Quisiera volcarme
En tu sombra,
Llenarla de besos,
De cantos, de letras.
Un sueño recoge
Mis ansias,
Sus ecos de luz
Me acompañan.
¿SERÁ?
Con que yo te nombrara
Empezarías a ser,
Porque también con palabras
Se construyen mundos.
El que yo te creara
Tendrías que ser:
Tránspiro,
-cubierto levemente por el sol-
Cálido,
-apenas acariciado por la luna-
Húmedo,
-goteado tenuemente por la lluvia-
Sería un mundo abierto
Dispuesto a que lo circulen
Pájaros, fieras y fantasmas.
Un alguien con vida vegetal
Verdeando las sendas y los montes.
Con que yo te nombrara…
NO IMPORTA
Todo corre,
Se mueve al ritmo
Pausado, pero firme
Con que la sangre
En su normal ruta
Alimenta las vísceras
Y baña de calor y fuerza
Cada porción,
De tu cuerpo,
Bello,
Terso,
Pleno de ilusiones.
Del mismo modo,
Deambula la vida;
Se encuentra,
A veces,
Compartida, y
En otras,
Desesperada,
Pero siempre en movimiento.
No te detengas,
Jamás,
El ritmo;
Sigue,
Impulsa tu vigor
Hacia el mañana;
Arrastra lo que se oponga
A tus designios.
Sé tú,
Siempre:
No frenes los cauces
De tus decisiones;
No detengas
–por nada ni nadie–
El paso firme
Que tu mente busca,
Que tu corazón anhela.
No importa que arrastres
Mi amor,
O lo deshojes,
¡no importa!
MANDALA
Desconéctate,
Dolor profundo…
Aún no es hora de la desintegración.
¡Ah, como anhelaba la noche!.
Llegó,
Con su perfume de amor,
Derramando esencias increíbles.
Una atmósfera de flores, cantos,
De ruidos citadinos
Arrullaron las horas,
Colmaron los minutos
Y sobresaltaron los instantes del clímax.
Todo era perfecto,
Único
Ineluctable
Compresivo
De los dos.
Partí,
Con las luciérnagas falsas
De la calle del barrio:
Ni el rugido incesante del motor
Pudo arrancarme las sensaciones
Logradas:
Puras,
Profundas,
Incontrastables.
Todo fue en una:
Saber,
O creer saber,
Eternamente del ayer
Para que
-verdugo incontrastable-
El desengaño destruyera
La dulce sensación corpórea,
El cansancio maravilloso
Que adormece, y
Los chacales de la impiedad
Desgarrarán mis visiones,
Goces,
Accesos de muerte dulce,
Hundiéndome inmisericordes en la
Angustia.
¿Para qué?…
Clama mi ser desesperado;
¿Por qué?…
Ante la inmensa y triste noche
Que sin piedad avanza.
AYÚDAME A MORIR
Envuelto en el calor infernal
siento frío,
mis manos yertas buscan
imágenes bestiales me ensombrecen.
Estás y no estás.
Oigo lejana tu risa cantarina
que no es para mí;
quisiera trascender al infinito
para que recobres libertades que te agradan
pero no puedo,
no puedo
no.
El horizonte ancho y bello
forjado en amante contubernio
con el flujo de corazones insuflados
que te hizo indispensable porque no sé qué hacer sin ti
¡ya no existe?
¡Quién me castiga por haberte integrado a mí?
¡Quién?
¡Qué hay en el horizonte cercano
si tus ansias no se calman en mis brazos?
Silencio y muerte
sin tus latidos golpeando mi cuerpo
y mi corazón galopando para ti
en ti.
La espera
esa que nos permite ser no sólo parecer,
¿vence tu vigorosa mente
atormentada por presiones mil?
¿Reduce resistencias forjadas con dolor y fuego?
¿Puede socavarte hasta olvidar
y llenar de fantasmas amables tu camino?
Enséñame entonces una muerte que allane tu camino
SECUENCIAS
Hace algunos años,
Cuando el tiempo era en parte mío
Y soportaba un ocio breve,
Productivo,
Intenté plasmar en letras,
-garrapateadas al atardecer-
O en mañanas luminosas,
Preocupaciones mil
Por el terruño;
Verter incienso
A los forjadores de la nación,
Del pueblo mismo;
Cantar el amor,
A la vida cotidiana
Con su amargura y sus delicias.
Intenté crear versos,
Libres como la mente humana,
Sin cadenas mayores
Que las propias creencias,
Que los candados forjados,
En el amor y la pasión creadora,
Una oración
En mil partes,
En fragmentos que se mecieran al sol
Por el aire, al agua
Y purificara el fuego.
Sólo puede pergeñar bocetos,
Armar castillos con los pies alados.
Crear sonatas que nadie ha escuchado,
Y vivir amando,
Intensamente, amando.
QUERIDO ENRIQUE:
Un poema que nos pinta enteros
Que recoge los umbrales
Del dolor y la tristeza
Que va más allá de lo efímero y voluptuoso
Que es capaz de conmover
De llenar la conciencia de colores y certezas
Pleno en su peregrinaje
Por lo noble y lo plebeyo
Centrado en la vida como esencia y canto
Así se visualiza el que hoy
Con el corazón en la mano
La mente fresca y contundente
Incorporas a tu tarea editorial
Cómo homenaje solemne a quienes se fueron
Con y por la pandemia que nos asola y llena nuestras mentes
De imágenes vividas y soñadas
Al lado de ellas y ellos
Nuestros hermanos por herencia
O porque así lo concebimos poco a poco
Nuestros amigos compartiendo instantes
Solemnes por naturaleza
Por ellos
Por los de ayer
Y los de mañana
Te acompaño en tu canto de redención y vida.
CREACIÓN
La hélade blanca
Impactó tu ser,
Pero dentro de ti,
Surgió poderoso
El espíritu;
Pleno de luz ancestral,
Cuajando de esencias
Puras,
Integrales,
Capaces de oponerse al
Mundo occidental.
Porque es así:
Provienes de culturas
Profundas,
Definitivas,
Aquellas
–nuestras–
Soterradas por la barbarie,
–conquistadora y brutal–
Nunca desaparecidas.
Como un nuevo Quinto Sol,
Surgirán en ti,
En tu cosmos personal,
En el mañana,
Arduo,
–como todo lo bueno–
Que para ti creas.
FUEGO INMEMORIAL
Dejaré de existir,
Si así lo quieres,
Me cubriré con manto misterioso
que sólo deje ver
el sol de tus pupilas aunque estén ausentes,
y apenas sean recuerdos y aún miradas.
Dejaré de existir
Para tus ansias,
Embriagaré mi conciencia
De recuerdos
No sólo de mor o de pasiones,
También de dolores,
De vivencias discretas
Pero plenas.
Estacionaré mis ansias,
Mi locura de amor
Y mi impaciencia,
Hasta que el sol retorne
De tu ausencia
O me inscriba en su fuego
Inmemorial.
DOLOR I
Se refunde mi voz
En una soledad
Inesperada,
Sus cantos
Ayer trinos y balidos de amor,
Hoy apenas suenan
A graznidos lastimeros
De cisne orgulloso
Que dobla su cuello gris
Y lo oculta en el lodazal
De la cotidianeidad.
Las soledades,
Por lo general productivas,
Bellas, cautivantes;
¡cómo duelen
Cuando rompen su encanto,
Su sueño infinito!
Todo ello responde a la pena,
A la soledad
Sin compañía,
Cercana o lejana,
Siempre presente,
Compaginadora de los sueños,
Alabastro del amor
Y la esperanza.
DOLOR II
Lo sé…
no eres como yo
ni pretendo modificarte porque así te amo: no piensas en el amor eterno,
la cúpula de tus sentidos
se doblega ante el impulso ajeno… aún así me haces falta.
Tu fuerza desatada
sin control me arredra,
desata miedos escondidos, ancestrales que creí vencidos para siempre.
Ámame…
no lastimes la ternura que provocas
en las horas plenas de nuestro encuentro, no me lances a mis sueños
en que te someto con besos y ternuras para que renazca pulcro,
limpio denso
nuestro amor eterno.
Solo tu palabra, tu risa y tus gestos pueden limpiar de mi alma el sufrimiento.
CADENA ALIMENTICIA
Cuando el águila está en vuelo
Majestuosa se placea
Pronto vendrá desde el cielo
Vertiginosa odisea.
Levantará desde el suelo
La presa visualizada
Para dar a su polluelo
La comida tan deseada.
Ese animal poderoso
Como todos en su reino
Será siempre cuidadoso.
No es asesino brutal
Solo cumple con empeño
Preservando su heredad.
VALENTINA
Vienes, de un sueño forjado, A llevar la luz y belleza;
Los ecos del amor, Energía vital, sempiterna Naciste, en el sol Templado en verano: Irredente,
Noble, arrogante, bello,
Ardiente como el sino de tu existencia.
RETO AL SOL
Todos los despertares son hermosos;
La impresión primera de la vida para algunos,
Al nacer
Casi todos,
Muchos… después.
Pero cuando la madurez encuentra la ruta,
Cuando sabes que transitar
Requiere esfuerzos, fatiga,
Alegrías y a veces dolor,
Entonces el despertar se reitera
Día con día,
Mañana a mañana,
Y lo hermoso se multiplica,
Adquiere formas, colores,
Se transforma en vitrales cambiantes
Ante el enfoque visual óptimo,
Que en cada momento se concede.
Hoy desperté
Entre los verdes,
Amarillos, grises y azules de la distancia
Aún limpia,
Aún transparente,
De la periferia citadina;
A mi mente acudieron imágenes
En voces etéreas,
Siempre palpables,
De una vida feliz.
¿QUÉ SOY?
Como pétalos secos,
Con perfume pero sin vida
Soy,
Estrella luminosa
Distante y solitaria
Soy,
Como mar
Formidable y lejano;
Como barca sin timón
Con peces muertos;
Como mi almohada
Sin mí,
Solo eso soy.
Apenas si alcanzo a escuchar
El susurro de tu voz
Entre los cables;
El ruido de las ruedas
Que te llevan
De aquí para allá,
Sin mí
–perdido mi calor y mis ensueños–
Sin que tiendas tus manos
Como flores,
Pidiendo ardor al fuego,
Para calmar una sed de eternidades.
Alguna vez,
Entre el rictus feliz
De tu mirada,
Quise forjar un almenado nicho,
Recrear mundos
Nuestros
Míos en un egoísmo sin medida;
Quise asombrar a todos
Y lo logramos,
¡Vaya si lo hicimos!
Hasta que el sol
Fue tapado por un dedo,
Cuando la luna dejó de salir
A nuestro encuentro;
Entonces supe como se destruyen
Los ensueños.
Eso soy ahora:
Una ensoñación sin rumbo fijo
–precaria y temporal–
Una roca derretida,
Un mar insondable y manso,
Un errante…
Solamente un errante.
¿CUÁNTO?
Son casi tenazas candentes
Las que atosigan mis sienes,
En espera.
El tiempo no pasa,
Se queda resecándome la piel,
Que ya no se amamanta de tus sudores
De las aspiraciones de tu cuerpo febril,
Sanamente febril y ebrio de placeres.
¿Cuánto más esperaré?
Cuánto,
Para retornar a los cantos de la sangre,
Al gorjeo fecundo de la risa,
Al muelleo incesante de un corazón
Que se desboca.
¿Cuánto?
CARLOS–POETA
(a Carlos Pellicer)
En la vorágine de mi mente
Te localicé,
Cuando a mí sólo llegaban salmos
A la naturaleza;
A la vida,
A la patria henchida,
En su túnica de agua, “de verde que te quiero
Verde”
De flores multiluz y multisombras.
Y allí, Carlos Poeta,
No sé si excelso O epónimo
O único… Pero poeta,
Al tamaño de natura,
De la de tu Grijalva,
De nuestro Usumacinta.
El sonido cadencioso
De tu metáfora inconfundible,
Vital,
Adorna horas de lectura suave,
Que deja entrever pasiones,
Dolores escondidos,
Penas añosas
Y amores,
Sí, amores como los que piden
Hoy,
Siempre,
Una entrega total
Como la tuya,
A esa tierra que hollaron tus plantas
Y acariciaron tus poemas
Eternos.
ENLAZADOS
Ensoñación y muerte nos confunden
Aún hay sol, hay lluvia y cantos,
Pero en Irak se mueren
En guerra y paz, en éxodo, se mueren.
La prensa de hoy, de ayer,
Tal vez la de mañana,
Nos habla de dolor, de sueños rotos,
De miseria, de hambre, de tristezas;
Sólo en nuestro ser guardamos rosas,
Creamos árboles, cisnes y palomas.
Hasta aquí llegamos en el odio,
Rompamos lanzas con la muerte absurda;
Un mundo nuevo surgirá glorioso
De nuestras manos estrechadas,
De nuestros corazones enlazados,
De nuestras decisiones,
De nuestros actos por la vida:
De plantar un árbol en la acera,
De cuidarle al gorrión su nido frágil;
De caminar y gozar nuestros espacios Y acordar,
con risas, y con cantos,
la tristeza, el dolor de lo destruido:
una rama, una flor, siempre esperanza.
No más luchas aquellas
Enternecidas solo,
Que terminan en amores,
No más pretensiones de poder
Que los que impulsen la simiente
De la vida,
Que recuperen el mar, limpien sus aguas,
Absorban los polvos malignos
De los aires;
Restituyan a la tierra su potencia
–germinadora de voluntades–
Enlacemos las manos,
Unámonos al canto de la vida
Enlacemos las manos:
Cuidemos nuestras flores
Nuestras plantas,
Nuestro amor
Y nuestras vidas.
DEL MISMO SON
Guatemala y México, son
Eslabón del mismo cielo;
Bailando van rumba y danzón
Pero con distinto cielo.
Uno se mueve con gracia
Porque la trae como estripe;
Mas su pueblo está en desgracia
Y sin recato la exhibe.
El otro: sufre de insomnio,
Pelea, busca y conforta
En su historia, no de momio.
Uno, como el bello Antonio;
Otro, con un sol en puerta;
Son dos partes, de un binomio.
RECUPERAR TU VOZ
¿Qué otra cosa importa Hoy,
Mañana, Siempre,
Sino recuperar tu voz?
¿Qué ruta puedo recorrer
Con ritmos plenos,
Satisfechos,
Si no son los de tu ser
Iluminado, terso?
Aquí estaré,
Hoy,
Mañana,
Siempre.
En el recuento de los días,
La vigilia de las horas
Que aún faltan…
Que los pájaros trinan
Y la lluvia me marca,
Inusitada.
AL QUE LLEGA
(nacimiento de un hijo)
Hay un emplasto…
Crepuscular y progresivo,
Compañía incuestionada
De todo invierno sobrio,
Detonante de bajas en la escena,
Coadyuvante de atardeceres,
Predecesor incontrolable
De transformaciones acabadas,
Profundas, telúricas, amorfas.
Los collares pétreos de la Tierra
Que cercan nuestro entorno vivido,
Pierden su mancha verde
Para pintarse
En grises, ocres y morados yertos;
Soterrando la semilla que volverá,
Con brotes nuevos
En la aurora transpira
De la primavera subsiguiente.
Moradas y calles citadinas,
Arbóreas zonas conspicuas y mudas,
Cubre con un manto de hojarasca
Las pisadas de los hombres,
De mujeres y niños
Que deambulan cubiertos de colores mil y,
Consternados,
Siguen la volátil caída de las hojas,
Muestra temperamental
De la sima de un año,
Que coincide con el frío contaminado,
Con la homilía final, su carga última.
Al interior de un cuerpo rebozado,
De un ser que cubre un ciclo,
Que se prepara,
Cansado, soñador aún,
Breve ante el amor,
Sereno con la carga a cuestas,
A responder a las consignas de su cuerpo
Arropando con su vista los colores
Secos, serios, inactivados del inverno,
Procesando sus esencias
En lo interno,
Preparando a la luz
Que una sonrisa genera
En le espera del mañana.
RESCATE
(Canción)
Dulce néctar de las flores
Que transpiras en tu aliento,
Tierno sol, suave tormento,
Dale vuelo a mis amores.
Oxigéname los labios Inocúlame tus penas,
Que nos circule en las venas
Fuego y amor, sin resabios.
Juntos, subamos al risco,
Aprisionemos pasiones
Y unidos los corazones;
Lancémonos al abismo,
Que al superar tentaciones
Destruiremos egoísmos.
COLORES PARA MAÑANA
Apenas si un concierto de Vivaldi,
Profundo, relampagueante,
Puede alejarme de la idea obsesiva,
Tenaz, inconsecuente,
de que el núcleo germinal de la generación anterior está de retirada.
Aquí, en este Tabasco,
Singular, cálido,
Arcoírico
Pasan en película polícroma,
De mi mente a mis ojos,
Musicalmente, los rostros idos.
En un sostenido de sol
Aclamó pero no disfrutó,
Alejado en plenitud… Amalio,
Cuando iniciaba su ruta,
Prodigiosa.
Confundida con el violín
De tonalidades más que humanas,
De Bach, Herlinda…
Formidable, creadora, amantísima,
Incomparada al sí, de la existencia.
En tonos profundos de Mozart,
Expresando amor,
Consuelo…
Suave, espumante, dominadora,
Madre fuerza, mujer dolor,
En fa continuado, interrumpiendo bruscamente
Juntos,
Bajo la dermis del canto
Son impulsos para continuar
La lucha diaria…
La esperanza…
MAÑANA
Busquemos
Entre los pliegues de la complacencia
Y las vigorosas aristas
De la pretensión de cambios,
Las rutas ciertas
Para el despertar que atosiga.
El mundo cruje en sus entrañas
Carcomidas por siglos de ignominia,
De destrucción pervertida,
Perversa;
No sólo fueron los carros de la guerra;
También la droga
Y putrefacción:
El desdoro de lo noble,
El engrandecimiento del éxito;
Deterioro del medio
Transformación:
En innobles artefactos
Que matan;
En sublimes olores
Que desoxigenan.
Pero aquí estamos hoy
Y no nos han vencido;
Insistamos
–con todo el dolor y la entereza–
En las rutas ciertas,
Los cauces, sonoros,
Iluminados, Limpios,
De gran mañana.
ESPIRAL
Cuando te das cuenta…
–Si te ocurre–,
Ya has reproducido tu poder
Y en ellos ves la perspectiva de alargar
Tu presencia,
Tu creación,
La fortaleza de tus esencias.
Y la mueca llega al punto
De romper el ritmo,
Y avanzar a otro espacio;
Y ocurre… inexorable,
Porque es eso:
Una mueca sin fin,
En espiral.
Alguien, vital, se junta
Con su par
Y naces…
Por algún tiempo,
Vives…
Casi no entiendes,
Por qué eres feliz.
Empiezan después los impactos
De la relación;
Entiendes que es ser humano…
Y sufres por ellos;
Quizá,
Hasta luchas con todas tus fuerzas
Para modificar el mundo que habitas
O…muy pronto en tu evolución,
Te enconchas, olvidas y vegetas…
DE DOS, OTRO
Al que un día calendario
Le cedieron,
Que comparte mundo
Y destruye males.
Cuestión difícil
De respuestas varias:
Quienes le viven fríamente
-sexoalcoholizados, drogosexados-
Impidiendo acrecentar esencias
Desvelar preciosas formas,
Adquirir vigor inusitado;
Otros,
Otras,
Lo sufren,
Lo envenenan de amarguras,
Reinventan falsos mitos
Que cubren de falsías;
Quienes le vencen
O pretenden hacerlo con penurias;
Desesperados
Que no saben alimentar su dulce,
Tenue,
Proverbial ventura.
El amor
Es recuperar una mitad alada;
Integrarse
Dos en uno
Imaginario, pleno;
El deseo no carnal
Sublime
Por conformar lo otro;
Por ser de dos,
Uno
Y en uno esconder la dualidad
Perdida.
Amor
Es crear un paraíso propio,
De dos en uno
En lo otro,
Forjando en conciencia
Con paciencia firme.
Amor
Es entregarlo todo,
Dos para uno
En otro,
Creador de un universo
Propio
Nuestro,
Para vivir en plenitud terrena.
Solo así:
Dos en uno
En otro,
Es posible amar,
Amarse,
Como lo que somos,
Como somos,
Y llegar a ser
-sin dudas, sin temores-
Dos en uno,
En otro.
HACIA LA NADA
Miro circular los polvos siderales
A través del opaco cristal de la ventana;
En ellos corre mi esperanza,
Mis ilusiones
Y los hechos cotidianos.
No es verdad que estén tan alejados
Puedo traerles, con sólo estirar
La mirada.
No se apartan nunca;
Ahí están, impertérritos,
Esperando tu jineteada
Hacia el mañana.
De repente, retorna
La esperanza, ceden las ilusiones,
O estás columpiando, en la esperanza;
Entonces,
Por más que mires hacia el sol,
O te cuelgues de una estrella,
Ya no puedes galopar,
Ni estirar tu mirada,
Ni nada,
Ni nada
De nada.
FIESTA
(canción)
Me trastorna los sentidos,
El rojo de tus entrañas
Cuando circulo, sin ruidos,
Tus rumbos de telarañas.
Fuerte son, suave rumbilla,
Ejercita, al corazón
Y al cielo, pone sombrilla
Rimándome, una canción.
Ya no puedo, ya no debo,
Estoy en medio del caos
Porque en el ritmo te llevo.
Como en campana de gaus
Oxígeno, que yo quemo,
Y fuerza de los saraos.
DESESPERANZAS
Emparejarse,
Es un ideal
Que no es siempre dulce, placentero,
Que lleva dolor de ajustes,
Penas de crecimiento,
Sinsabores de inexperiencias.
Para algunos, la posibilidad llega
Cuando las luces de la primavera
Ya pasaron;
Cuando el compromiso social
Está integrado al quehacer
Y hacer,
Cotidianos,
Cuando sol y luna,
Se unen en la acción
Y en el tiempo;
Ese grato tiempo de la relación preciosa,
Que ya no llega,
Si no es con el olvido
Del compañero supremo y único,
Con la conciencia y la práctica social.
Pero hay, también, quienes endulzarán
Su existencia,
Con esencias banales,
Incongruentes y erróneas
Del éxito fácil,
Del avance a saltos
Que refleje poder económico,
Y pólizas de préstamos a plazos
Que se desmoronan hoy,
Tal vez mañana,
Sin más huella que fatalidad,
El rencor,
El por qué,
El odio acervo
A lo que vino y se fue.
Días incongruentes
Valores innatos
De la verdad, la justicia y el amor.
LA VIGILIA DE LAS HORAS
A veces,
Parece triste el mundo,
Aún con su verdor recuperado;
El sol calienta,
Brilla,
Funde mi dolor callado.
Todo vive y crece
En el vigoroso seno
De la lluvia;
Sementera ilusionada,
Fuerte
Es la fértil tierra:
Ahí planté esperanzas
Y recuerdos
Que se cubren con el eco de tus Voces,
Y –siempre conmigo–
Ajustadas al tímpano total
–sonoras siempre–
En la distancia, en los tiempos.
Pero ni el viento,
El sol
La húmeda tierra.
–energías prodigiosas–
Pueden cubrir la ausencia
De tu amor,
De aromas
Que inundan con esencias,
La experiencia.
¿CUÁNDO?
¿Quién puede predecir
Cuándo y cómo,
De quién y a qué hora
Saltará la decisión
De la hecatombe?
¿Cómo precaver la muerte
De lo que tanto costó
En limpiar,
Momentos y constancias
Los errores corregidos,
O fallas sin remedio?
¿Cuándo tendrá el ser:
–cambiante, torpe, impreciso,
Humano–
La formación suprema
Para sorber la vida,
Con seguridad,
Sin dudas?
LIBERTAD Y REVOLUCIÓN
Las luchas libertarias, son terrenas,
concuerdan con la esencia de una etapa;
su cúspide concierne a épocas plenas,
construyen, a pesar de espada y capa.
Revolución es eco de un pasado
que se adentra en el bronce de los pueblos
su preámbulo, cunde lo pactado
que es impulso, es luz y son anhelos.
Revolución sin libertad,
es vana, libertad, prestada o dada, es eco;
se pierden, en la luz o en la oscurana.
De ahí, la libertad, cual flor de mayo,
de ahí, la revolución, de canto virgen;
fundidas en el pacto del ensayo.
EVOLUCIÓN
Desde el corazón de nuestra historia,
Ahí donde nació el Imperio,
Los imperios, –reales y ficticios–,
En el ámbito en que resuenan las trompetas
Para honrar,
Al símbolo de la nacionalidad;
-moderno, nativo, nuestro o sacrificado-
Siento el latido ígneo
De la tierra,
Confundido
Al palpitar del hombre preocupado.
En los muros coloniales,
Aún vigentes,
-más que dentro de las piedras
Sacrificantes-
Se sienten ecos de dolor
Y de batalla,
Allí está
-sonora y latente-
La historia general de nuestras eras,
El calor que dio vida y dio nación;
Los excesos de los aviesos y encorvados;
La savia de los mártires,
El empeño de los vencedores.
Ahora las cosas no difieren:
Hay traidores, patriotas y emboscados;
Se mueren las musas, los hados
Y los íncubos;
Para azorar el ambiente –unos–,
Para festinar los hechos –otros–,
Para embrollar, buscando soluciones,
–todos–.
Somos porción vital
Y omnipresente,
Es el lecho humano, que se alarga;
Zumos y esencias nuestras
Integran la verdad agridulce
De un mundo aún contrito,
De un México aún en concreción.
CUANDO ME OLVIDES
Cuando, al fin
Me olvides:
¿Ocultarás mi recuerdo
Entre el pelambre de la osa feliz,
O seguiré siendo un pétalo
De rosa azul
Pegado a tu corpiño?.
Cuando, al fin
Me olvides:
¿Perfumarás tus noches solitarias
Con recuerdos febriles,
O simplemente sonreirás al saberme,
Eternamente
Enamorado de ti?.
Cuando al fin
Me olvides:
Yo seguiré devorando
Las rosas dulces de tus ojos,
Cual pétalo perdido
En los poemas a tus primaveras;
Y tú,
¿de qué árbol
Colgará la luna de tu otoño?.
ENCUENTRO
Si quisiera encontrarme contigo
En la distancia y en el tiempo,
Te buscaría detrás de los sentidos,
Por el impacto que creas en mí,
Por las sensaciones
–vividas desde siempre,–
Por los ecos
Que martillean cada instante,
Que perforan,
Que dulcifican o mueren mi existencia.
Te buscaría en las voces,
En todas o ninguna,
Porque dominas en el hoy
Y controlaste el ayer,
Sin comprenderlo.
Un dolor sería mi búsqueda
Una esencia inasible
De jazmín y lirio en la distancia,
De rosa y geranio en el presente,
Por siempre tuyo,
Incomparablemente tuyo,
Querría encontrarme entre la lluvia,
Cuando desvanece
Su caudal de vida.
Te buscaría en el fuego taciturno,
De una hoguera languidecente,
Mi búsqueda terminaría,
Sin sentir,
Al calor de tus mejillas,
En la humedad volátil de tus labios
Y, juntos,
Como encontrados,
Seguiríamos recorriendo los caminos,
Que aún faltan,
Que crearemos
Uno al lado del otro
Hasta el final eterno.
CANTO A CARDENAL
Quise escribirte hoy
Admirado cantor celeste
Tu numen me toca
De norte a sur
De este a oeste.
Tu nombre ya son esencias
De sonidos y querencias
Que unen a la Región
Tu poesía nos alumbra
Rutas patrias de redención.
Tu cuna es el Continente
Latinoamericano en esencia
Cantor de vuelo firme
Estás en los corazones
De cada habitante del Caribe.
Lo lamento Nicaragua,
Ya no es más tuyo el poeta
Del hombre firme de acción
En los rincones caribeños
Se escucha fuerte su canción.
Avalas en tu verso
En tu experiencia sentida
Tu palabra valiente y profética
La ramazón de tu lucha
Que a soslayo del clero
Te hizo guía hacia lo eterno.
Estás hoy en el sitial
Luminoso y sempiterno
Al lado de Miguel Hidalgo José María Morelos en México
Otros curas que impulsaron
En la Región con firmeza
La libertad tan deseada
Romper cadenas de esclavos
E independencia en la vida.
Galeano nos expresó
En sus “Venas abiertas”
Una realidad que continúa
Entre miseria y presiones
Robo de derechos ancestrales
Para enriquecer a unos cuantos
De aquí pero más de allá
De pueblos que nos conquistaron
Que nos partieron la tierra
A sangre y fuego masacrando
Y retornan para chupar esas “venas”
Que alimentan confort y riqueza.
Así te pensamos y leemos
Cardenal poeta de la liberación
Artífice de una nueva patria
Augurio de la patria grande
Que construimos a saltos
Y sobresaltos
En la que no cejaremos nunca
Tras centurias de búsqueda e impulso
A su conformación.
ETERNO
Nuestros espíritus
Se comprenden,
Han contemplado juntos el horizonte
Y saben,
O intuyen
Que nunca podrán andar,
–por el espacio y el tiempo–
Solos, separados:
Son ya, uno solo,
Pero los espíritus
No son de este mundo.
Aquí,
Ante las flores, los árboles
Y las montañas;
Al lado, de los ríos
Y en las rompientes de los vientos,
La vida se da de otra manera.
Los cuerpos se juntan,
Gozan y sufren,
Se separan
Cuando
Sienten que han cubierto su deseo,
Que su relación culminó en el éxtasis,
O en el fracaso,
Pocos, muy pocos llegan
A estrecharse en perspectivas sublimes,
En sensaciones únicas,
–elegidas de dioses–
Pero todas, las más
O las selectas en el amor,
Sufren los errores de la carne
Y se empatan en exigencias sociales,
En la podredumbre del interés,
En la solución a diferencias,
O en el bochorno de amar físicamente
Un cuerpo que envejece,
Que avanza su madurez,
Y se encamina a la transformación
Que la naturaleza definió
Sin salida.
La rosa imparable,
De la vida y de la muerte.
El amor es un ritmo, es un acoso,
un dolor de verse y no verse, un gozo de la cercanía
o de la distancia, un pretexto,
un hecho,
elemento feliz de emparejarse, de acercarse y juntarse
hoy, mañana, siempre.
ÍNDICE
EL VIAJE A LA POESÍA
DE VÍCTOR MANUEL BARCELÓ RODRÍGUEZ / 7
Por Rafael Pineda
ARRULLO / 13
SUEÑO / 15 GUERREROS I / 16 GUERREROS II / 17 ECOS / 18
CARGA / 19
ÉXITO / 20
IDENTIDAD / 21
PRECIO / 22
ASOMO / 23
AÑORANZA / 24
VERDAD–MENTIRA / 27 SURGIRÁ… SI TE ATREVES / 28 ANSIOSO / 30
¿SERÁ? / 31 NO IMPORTA / 32
MANDALA / 34 AYÚDAME A MORIR / 36 SECUENCIAS / 38 QUERIDO ENRIQUE: / 40 CREACIÓN / 41
FUEGO INMEMORIAL / 42 DOLOR I / 43 DOLOR II / 44
CADENA ALIMENTICIA / 45 VALENTINA / 46
RETO AL SOL / 47
¿QUÉ SOY? / 48
¿CUÁNTO? / 50
CARLOS–POETA / 51
ENLAZADOS / 53 DEL MISMO SON / 55
RECUPERAR TU VOZ / 56 AL QUE LLEGA / 57 RESCATE / 59
COLORES PARA MAÑANA / 60 MAÑANA / 62
ESPIRAL / 63
DE DOS, OTRO / 64 HACIA LA NADA / 66 FIESTA / 67
DESESPERANZAS / 68
LA VIGILIA DE LAS HORAS / 70
¿CUÁNDO? / 71 LIBERTAD Y REVOLUCIÓN / 72
EVOLUCIÓN / 73 CUANDO ME OLVIDES / 75
ENCUENTRO / 76 CANTO A CARDENAL / 78
ETERNO / 80