TABASCO POLÍTICO

jlggutierrrez@hotmail.com

 

Hoy en la oposición no se vislumbra a un aspirante presidencial que evite que el partido en el poder vaya a ganar las elecciones en el 2024. No hay ningún político opositor o, de la sociedad civil, capaz de poner en duda el inevitable triunfo de quien vaya a relevar a Andrés Manuel López Obrador.
Y eso que los que aspiran relevar al tabasqueño en Palacio Nacional están muy lejos de su popularidad (léase: Claudia Sheinbaum Pardo, Adán Augusto López Hernández, Marcelo Luis Ebrard Casaubón y Ricardo Monreal Ávila).
Popularidad que va a ser remplazada con el apoyo federal, estatal y municipal, y cuando hablo de apoyo, me refiero no solo al político y social, sino capitalmente, al económico, tal y como sucedía en las elecciones intermedias y sexenales en los gobiernos priistas y panistas.
No veo el porqué ahora vaya a ser la excepción.
Lo mismo va a ocurrir en las demás entidades y municipios en donde haya elección para gobernador, alcalde y diputado local, y por supuesto, para las curules y escaños del Congreso de la Unión que también estarán en juego.
Andrés Manuel López Obrador va echar a andar toda la maquinaria política a su alcance para que ganen la mayoría de los abanderados de Morena, y principalmente, para el elegido a colocarse la banda presidencial durante los próximos seis años.
A final de cuenta, es casi un hecho que Morena vuelva a repetir no nada más en el Ejecutivo Federal, sino en los demás cargos de elección popular.
Más si la oposición no se pone de acuerdo para presentar a un candidato presidencial que sea verdaderamente competitivo, fuerte, de lo contrario, van a hacer el ridículo en las urnas como en el 2018.
De que los partidos políticos adversos a Morena tienen poquísimas posibilidades de arrebatarle el poder político en México es cierto. Y más con una oposición débil, dividida, polarizada, y sin líderes capaces de ver más allá de sus narices.
No se ve cómo puedan, ya no ganar la presidencia de la República, sino los demás puestos de elección que estarán en disputa.
En serio, no se ve ninguna rendija.

“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI”
(LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)

El sátrapa del ex gobernador Arturo Núñez Jiménez no solo está disfrutando los miles de millones de pesos que sustrajo -directa o indirectamente- durante seis años del presupuesto federal y estatal, sino que está moviéndole el tapete a su paisano Andrés Manuel López Obrador o, mejor dicho, a la mandataria de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, pues tiene semanas visitando a los alcaldes no morenistas con el propósito de crear un frente opositor para el 2024.
Obviamente que los gastos no salen de sus bolsillos, sino de las cuentas del senador y mandamás del MC, Dante Delgado Rannauro, ya que, de acuerdo a la estrategia de Gustavo de Hoyos, también se proponen desplazar al PRI, PRD y PAN.
En la misma tarea andan los tabasqueños Pedro Jiménez León y Juan Pablo de la Fuente.
A Arturo Núñez Jiménez no le vaya a pasar los del ex presidente Enrique Peña Nieto, quien por andar metiéndose en temas electorales mexiquenses, está en serios aprietos legales.
Y es que Peña Nieto y Núñez Jiménez no han sido procesados porque desde antes de la campaña presidencial pactaron con quien resultó finalmente ganador.
Si no hubiera sido así, uno y otro, ya estuvieran tras las rejas.
La cual desde luego no han librado del todo, pues políticamente todo puede ocurrir, todo es posible. Y más cuando se falta al compromiso contraído, tal y como sucediendo.

Por José Luís Gutiérrez

Periodista desde hace más de 30 años. Ha incursionado en diferentes medios de comunicación, escritos y electrónicos. Columnista del Semanario Razones, Jaguar y Noticias. De la revista Suceso. Reportero del programa de Noticias de la Comisión de Radio y Televisión. Comentarista en los noticieros radiofónicos de EXA y ABC noticias. Columnista del diario Olmeca y actualmente en El Heraldo de Tabasco.