Estimados paisanos:
La historia nos dice el papel que ha jugado el petróleo en el estado, en algunos casos para bien como fuente generadora de empleos, derrama económica y desarrollo humano y por otra una contaminación ambiental en algunos sitios irreversibles, afectaciones en propiedades e infraestructura y los efectos tóxicos económicos como la carestía de la vida, el abandono de las actividades productivas tradicionales y las crisis que hemos padecido cuando declina la actividad por agotamiento o la caída de los precios internacionales y en lo social con el crecimiento de la inseguridad, la violencia, el vicio y las adicciones, así como en la vida familiar y las conductas inapropiadas en el espacio público.
Esta historia no deja de ser angustiante cuando estamos sacrificando el futuro por el presente, porque gran parte de la economía petrolera en Tabasco ha sido destructiva pero no creativa para reconstituir nuestro ecosistema económico social por las afectaciones en la producción de esta riqueza nacional.
En algunos momentos se ha pensado en “sembrar el petróleo” frase del novelista y político Arturo Uslar Pietri, para un desarrollo duradero y equilibrado de nuestras vocaciones productivas, sobre todo del sector primario, para aprovechar los diversos momentos de bonanza de esta actividad, pero nada trascendente ha pasado.
Ahora de lo que se trata es “sembrar el petróleo para producir la ciudad” como también se ha dicho, porque la realidad nos dice que el petróleo es hoy el principal motor económico con el que contamos como se ve en el PIB estatal, sin embargo necesitamos que esta riqueza alcance para el crecimiento urbano, viviendístico y comercial de Villahermosa en su zona metropolitana que es el centro neurálgico del potencial crecimiento económico del estado y otras ciudades del estado donde impacta esta actividad como Paraíso por la Refinería Olmeca.
Una de las formas de “sembrar el petróleo para producir la ciudad” es dándole forma a Villahermosa como “Capital Energética de México” como ha dicho en reiteradas ocasiones el Presidente Andrés Manuel López Obrador, que no es cosa menor por lo que representaría para la estrategia del gobierno federal como eje toral de la seguridad energética del país y para Tabasco para que esta ciudad se destaque como un Centro de Negocios y Administración de la industria petrolera nacional lo que le daría un impulso extraordinario a la economía local.
Con ese propósito, además de la Refinería Olmeca en Dos Bocas, hay que materializar la voluntad presidencial de descentralizar buena parte del sector energético en Tabasco en particular en Villahermosa como se dijo, de la Secretaría de Energía, las áreas administrativas y jurídicas de Pemex, así como Pemex-Exploración, Pemex-Gas y Petroquímica, la Comisión Reguladora de Energía y la Comisión Nacional de Hidrocarburos, que son apenas el punto de partida.
Además necesitamos convertir los recursos de este nuevo “boom” petrolero en desarrollo urbano, con la infraestructura básica que sustente el desarrollo de Villahermosa como la “Capital Energética de México” como una ciudad global, poniéndola en condiciones para desplegar una estrategia de atracción de inversiones en el sector energético y de todas aquellas actividades de negocios, financieras, inmobiliarias, entretenimiento y culturales que giran a su alredededor.
Este es el momento de apreciar el valor estratégico del petróleo y el gas, ya que el sector energético y el desarrollo económico del país están fuertemente relacionados, no solo por lo que representa en su Producto Interno Bruto, sino por la capacidad industrial del mismo, por eso debemos de entender el papel clave que podemos jugar como “Capital Energética de México” en la toma de decisiones y en el diseño de la política pública cuando la energía se ha convertido en el combustible de la economía y en Tabasco todavía estará presente por muchos años más.
En esencia de lo que se trata es de que si se pretende que Villahermosa sea la “Capital Energética de México” esta debe de ir acompañada de una voluntad que la priorice también en la asignación de los recursos públicos para el desarrollo de nuevas capacidades competitivas como ciudad de negocios petroleros como en otros países, con calidad de vida y un ambiente favorable a la inversión privada, que tienen que ver con la modernización de la ciudad, su digitalización, el desarrollo tecnológico y la innovación.
Ahí está el motor económico, solo hay que ponerlo en marcha.