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Érase una vez en el país de las maravillas una noticia difundida así por un importante diario:
Jorge Iscariote, secretario de asuntos sin importancia de la capital, participó ayer domingo en una reunión de proselitismo a favor de la candidatura de Martín para presidente.
Junto a un grupo de amigos, Iscariote se pronunció por la aspiración presidencial del canciller y al cuestionársele respecto a la opinión que tendría su jefa Claudia, gobernadora de la capital, respondió: “Ella entenderá, es un asunto de libertades”.
-¿No es desleal trabajar para alguien diferente a quien le dio este nombramiento en el gobierno?- se le cuestionó.
-Para nada, aquí como Juan Pirulero, cada quien atiende su juego- dijo en tono de sorna.
Entrevistada por la tarde, a Claudia pareció no importarle que su secretario prefiera a otro aspirante y no a ella, pese a que por su recomendación Iscariote ha sido diputado local y titular de medio ambiente.
“Puede hacer campaña por Martín, estamos en un país donde lo que interesa es la libertad, no importa pensemos de manera diferente, no importa que cobre en mi gobierno”, sentenció la aspirante.
-Pero maneja recursos humanos y materiales que puede poner a disposición de su adversario- se le planteó.
-¿Quién se fija en eso?- reviró. La lealtad no importa, vaya, tampoco el que no rinda los resultados esperados y que se alíe con otros que buscan el mismo cargo que yo.
-¿Entonces le da permiso de robalear?
-Para eso y más- soltó en la cara al reportero.
Semanas después, Iscariote se integró a la campaña de Martín, ungido candidato, porque Claudia se desplomó en las encuestas a partir de filtraciones periodísticas que afectaron la aspiración de la señora quien toleró la ingratitud.
La política no es para blandengues.
*La Morralla*
Razón tiene Raúl Ojeda. Cuando a alguien se le pierde la confianza, debe salir del gobierno. O sales o te sacan. A menos que el jefe quiera dormir con el enemigo *** Tey Mollinedo no percibe división en Morena y todo lo ve color de rosa *** En el ISSET, el director general da audiencia cada miércoles en su oficina donde se respira olor a puro chafa. No resuelve nada, pero le encanta el protagonismo en busca del hueso municipal. ¿Se premiará la soberbia?
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