LA POSTA
FOJA UNO. Una pantaleta y una trusa al pie de la escalera, puso en alerta los cinco sentidos de Casidral y el adicional, el de la intuición, que suele ser mortal cuando viene precedido de chismes y envidias. Casado con Basilia hace 10 años, era la primera vez que una sospecha carcomía su cerebro y su corazón. El olvido de su tarjetero en la cómoda de la recámara le obligó regresar a los pocos minutos de salir de su casa a su trabajo. Una década de buenos años de matrimonio, aún sin hijos, por conveniencia, mantenía unida a la pareja y los había hecho progresar en su trabajo y en su entorno familiar. Apenas 15 escalones separaban a Casidral de la verdad, del probable desconsuelo, la mala hora, el momento más difícil de su vida. Pordiositosanto.
FOJA DOS. En los últimos días, en las redes sociales habían circulado videos de infieles amantes descubiertos en actos bochornosos y de horrendos crímenes pasionales convertidos en virales por el morbo y la ansiedad social y comercial. Sin atreverse a levantarlas, miró de nuevo las prendas íntimas en el suelo echas manojo; puso el pie izquierdo en el primer escalón, luego el derecho en el segundo, titubeo y los juntó, quedó parado tomando el barandal con la diestra. Sintió un mareo ocasionado por el coraje, la decepción, los pensamientos y el palpitar de su corazón acelerado. Subió de prisa seis escalones, se detuvo. La respiración agitada, sudoración abundante, su rostro bermejo se tornó cenizo, sigilosamente subió los últimos siete escalones.
FOJA TRES. La puerta de la recámara estaba entreabierta, salían voces discordantes que se confundían con el ruido de la lavadora en el cuarto contiguo. Al fondo, en el baño de la recámara, las voces se volvían a distorsionar, eran dos personas hablando agitadas. Empujó suavemente la puerta en lo que tomada con la mano derecha su pistola de cargo asignada por la fiscalía donde trabajaba, sorprendiendo a Basilia con las manos metidas en una cubeta de plástico remojando trapos de cocina, con el celular en altavoz platicando con su padre. No se hizo esperar la queja de su esposa: “un día de estos me vas a matar de un susto”. Las prendas íntimas eran de ellos, se le habían caído a Basilia cuando subía la ropa sucia al cuarto de lavado sin que se diera cuenta. Los prejuicios de Casidral le habían creado un escenario lejos de la realidad.
LA CAMINERA. Si los malentendidos, las sospechas, los prejuicios, los chismes, son peligrosos en el hogar, cuando se dan en una comunidad, en un pueblo, al interior de un grupo, una empresa, un partido político, autoridades judiciales, el gobierno, etcétera, donde se actúa sin pruebas ni tolerancia e impera el abuso de poder, los daños a las personas y la sociedad son incalculables e irreparables. En ese sentido se puede observar el debate sobre la prisión preventiva oficiosa cuyos resultados en México arrojan un promedio de 4 de 10 personas encarceladas sin ser culpables como una medida cautelar con fin de garantizar su comparecencia y la protección de las víctimas. Es la grave medida dictada por un juez de control de privar de la libertad a una persona que presuntamente cometió un ilícito para garantizar su comparecencia en el juicio, el desarrollo de la investigación, la protección de la víctima, de los testigos o de la comunidad. Algunas personas tienen hasta 15 años esperando el juicio en la cárcel. Hay que reconocer que derivado del caso Rosario Robles Berlanga que estuvo en prisión preventiva justificada durante tres años, se reactivó el debate sobre este tema que es de interés nacional. Sea por Dios.