TABASCO POLÍTICO
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El desgarriate que está padeciendo en la entidad el PRI, PRD, PAN y los demás partidos políticos de oposición, es el reflejo, aunque aquí elevado a la quinta potencia, de la aguda crisis que están padeciendo sus dirigencias nacionales.
Allá como aquí, no tiene ni pies ni cabeza. Andan totalmente perdidos, sin rumbo fijo, a la deriva.
¿Y sabe usted que es lo peor? Que a sus lidercillos todavía no les cae el veinte.
Es el caso patético de Dagoberto Lara Sedas, Darvin González Ballina y Katia Bolio Pinelo. El del huimanguillense, sin lugar a dudas, es el peor, ya que, desde que no ganó ninguna alcaldía y diputación federal y local en el 2021, debió inmediatamente, por vergüenza, de haber renunciado.
No que continúa amachado en el edificio de 16 de Septiembre, a pesar del repudio generalizado de los dirigentes, cuadros, militantes y simpatizantes de lo que queda del PRI.
Si se estuviera muriendo de hambre lo comprendería, pero Lara Sedas es de los ganaderos más ricos no solo de Huimanguillo, sino del Estado de Tabasco, empero, está empeñado en seguir dañando al institucional.
¿A ver hasta cuándo?
Y si bien es cierto, que en el perredé y en el blanquiazul cambiaron a sus dirigentillos, la situación penosa de esos partidos no ha variado absolutamente en nada.
Todo está igual. Siguen desorganizados, enfrentados y divididos.
Al grado tal, que les puedo apostar, lo que quieran, que en el proceso electoral de 2024, van de nueva cuenta a perder, la mayoría de los cargos de elección popular que estarán disputándose.
Por lo que Morena se llevará no nada más la gubernatura, sino el grueso de las presidencias municipales, regidurías, diputaciones federal y local y los escaños del Senado.
No creo que en un año y medio resuelvan sus problemas internos, y menos, con representantillos, como Dagoberto Lara Sedas.
La oposición por ahora no tiene remedio.
“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI”
(LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)
No solo el rector de la UJAT, Guillermo Narváez Osorio, inició el periodo de clases con el pie derecho, también a la titular de Educación, Egla Cornelio Landero, le fue súper bien.
Para que se dé usted una idea:
En educación básica preescolar, primaria, secundaria públicas y particulares, hay 527 mil 048 alumnos. Un total de 22 mil 544 docentes y 5 mil 113 escuelas.
En educación Media Superior: 112 mil 028 estudiantes. Maestros 7 mil 531 y escuelas 376, entre públicas y privadas.
En Educación Superior: 95 mil 617 escolásticos. 8 mil 432 profesores y 116 escuelas.
Pues déjenme decirles, aunque no me lo crea, que casi cumplieron. Estuvieron a un pelito de cubrir el 100 por ciento de la meta que se había propuesto.
Y si no lo hicieron, no fue por falta de organización o voluntad, sino por problemas que por lo regular no depende de la secretaria de Educación, sino a otros factores económicos, sociales y hasta de salud.
De que le echaron los kilos, tantos maestros, como padres de familia y sobre todo el personal de Educación, para que todo saliera a pedir de boca, no hay duda alguna.
La mejor prueba de ello, son los miles de alumnos y docentes que puntualmente acudieron a sus centros de educación.
Y todo esto, es un éxito más de la maestra Egla Cornelio Landero. No hay porque negárselo u regateárselo.
Después de todo, siempre ha sido eficiente y eficaz.