De Primera Mano
Con la misma aspereza que se enfrentó al PRI desde su integración en 1988 hasta que logró el poder en 2012, el movimiento lopezobradorista está combatiendo al grupo neomorenista que en 2018 ingresó al partido del presidente Andrés Manuel López Obrador, al que intenta obstaculizar para que no presente candidato a la gubernatura de Tabasco en 2024.
Los expriístas que ocupan las principales plazas de la administración se enfrentan a una campaña de descrédito sintetizada en el lema electoral Un fundador será gobernador, que delinea que los seguidores del jefe del Ejecutivo federal solo apoyarán a alguien que haya participado en esta formación desde sus inicios.
Al igual que lo hizo López Obrador en el ámbito nacional al adelantar el proceso de su propia sucesión, los alzados tabasqueños han presentado ya a su carta por la Quinta Grijalva, pero también han tomado partido por una de las corcholatas anunciadas con mucha antelación por el Presidente.
La corriente de Los fundadores o duros, a cuyo frente marchan el director de Pemex, Octavio Romero Oropeza, y el titular de Fonatur, Javier May Rodríguez, ha propuesto a este último para el Ejecutivo local y a Claudia Sheinbaum Pardo, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, para la grande.
En los mítines que con el pretexto de explicar a la militancia el alcance de la reforma electoral propuesta por el mandatario del país realizan un par de veces a la semana por el interior del estado, los fundadores le hacen saber a sus correligionarios que May y Sheinbaum representan los ideales del Presidente, por lo que son los de la línea.
El diputado local Jesús Selván ha explicado con todas sus letras que se les dice a sus compañeros que llegado el momento se apoyará al también responsable del Tren Maya para que sea mandamás.
Por si fuera poco, en la mayoría de municipios se han instalado mantas en apoyo a la mandataria capitalina; en la propaganda se destacan las leyendas #EsElla y #EsClaudia con una foto de la mujer con AMLO señalándola.
Los lopezobradoristas, sin embargo, se enfrentan a un adversario con mucho poder, quizá no en la misma proporción de cuando batallaron de 1988 a 2012 en contra de la nomenclatura del PRI, pues tren entre ceja y ceja a la corriente del secretario de Gobernación, Adán Augusto López Obrador, a quien, de entrada, le han retirado su apoyo para que alcance la nominación presidencial, pese a que el Presidente ha dicho que Adán “es mi hermano”.
Los neomorenistas, como les dicen de manera despectiva los lopezobradoristas, son expriístas que controlan los tres poderes del estado, mientras los fundadores o duros mantienen en su poder un puñado de ayuntamientos y algunas diputaciones.
El entarimado donde pelean fundadores y neomorenistas son las redes sociales. Ahí discurren los señalamientos alimentados por las cuentas personales de dirigentes formales y de páginas como Un fundador será gobernador, Tabasco con Claudia Sheinbaum y Tabasco con Adán.
Aunque Adán Augusto parece ser el segundo hombre más poderoso del gabinete presidencial, en su tierra, que también lo es del mandatario nacional, su figura ha pasado a segundo término, ya que los fundadores o duros han logrado ubicar en el imaginario a Claudia Sheinbaum como la “verdadera” representante del lopezobradorismo.
Más aún: han posicionado la idea, al menos en las redes sociales, de que en el Edén el abanderado a la gubernatura en 2024 debe ser un integrante de la corriente de Octavio Romero y Javier May, descartando cualquier propuesta que surja de la cantera del secretario de Gobernación.
Por lo pronto, las condiciones parecen favorecerle a Adán Augusto: por disposición de las autoridades electorales, en 2024 a Morena le correspondería postular a una mujer como candidata al despacho de Plaza de Armas; en este escenario aparece Rosalinda López Hernández, hermana de aquel.
Además, si el titular de Gobernación no es candidato presidencial, a cambio de levantarle la mano a Sheinbaum o al canciller Marcelo Ebrard, le van a tener que dar Tabasco como premio de consolación.
@RodulfoReyes