CARTA ABIERTA

 

Las ocurrencias del senador perredista Juan Manuel Fócil han generado una reacción del secretario de Gobierno, Guillermo del Rivero. Y parece que le asiste la razón por tratarse de un tema alejado de la política y que se centra en lo humano, algo que debería estar por encima de cualquier interés partidista.

Del Rivero lamentó que el legislador se haya mofado del estado de salud del gobernador Carlos Manuel Merino, quien se contagió de COVID-19. Por eso le recomendó revisar la Constitución Política para darse cuenta que dentro de sus atribuciones no está el “ser un bufón”.

En la entrevista colectiva expresó: “Burlarse de la salud del gobernador o de cualquier ser humano es muy lamentable. Yo le sugiero al senador Fócil, con mucho respeto, que lea la Constitución, que lea cuáles son las atribuciones que tiene como senador. Y ser un bufón no es una atribución”.

Ya entrado en el tema político, indicó que en cuatro años como senador ha dejado mucho que desear. Se preguntó qué ha hecho a favor de los tabasqueños. Explicó que sólo se sabe de su programa semanal, donde no informa nada porque no tiene nada que informar. Es más, señaló que hasta ahora no ha presentado al Gobierno estatal una sola propuesta a favor del interés general. Por eso le sugirió elevar el nivel del debate político.

La postura de Del Rivero envía varias señales: 1) Ha salido en defensa del gobernador Merino, invitando de cierta manera a que otros actores políticos lo secunden en situaciones similares, 2) Ha exhibido el doble discurso de Fócil, ya que desde el inicio de su gestión en nada ha contribuido al desarrollo del estado, 3) Ha puesto al descubierto el ataque casi personal contra el Capitán, al burlarse de su estado de salud, 4) Pone en claro que ese perfil crítico contra el gobierno morenista nunca lo usó en el sexenio de Arturo Núñez. En ese tiempo se convirtió en una especie de foca aplaudidora del gobernador perredista, 5) Ha dado a entender que la paciencia se ha acabado en el Edificio Azul; que de ahora en adelante tendrá una respuesta puntual ante sus señalamientos sacados de contexto.

La postura del responsable de la política interna luce oportuna ante los embates que la gestión de Merino está registrando dentro y fuera del partido. Es algo de lo que deberían tomar nota la dirigente estatal de Morena, Tey Mollinedo, y algunos diputados locales que están más ocupados en sus proyectos privados que en los de la administración estatal en su conjunto. Falta que, como Del Rivero, le arrimen el hombro al mandatario estatal.

 

: POSDATA

Toda una decepción para los ciudadanos ha resultado la gestión del alcalde de Cunduacán, Jesús Abraham Cano González. Parecido a Napoleón, por su estatura no por su inteligencia, le ha dado por amenazar a los medios de comunicación que le son incómodos por su crítica. El más reciente caso es el del comunicador de la región Alberto de la O., que hace unos días fue amenazado por gente allegada al “Chelo” Cano tras una publicación. En ella, el reportero señala, entre otras cosas, que “la celebración de la fundación de Cunduacán pasó de ser una fiesta municipal, a convertirse en un escenario del Chelo Cano para retar a sus adversarios políticos. Mientras que el pueblo ‘celebró’ a ‘boca seca’ el 397 aniversario, en privado y junto a un selecto grupo de funcionarios, el presidente municipal tuvo su festejo en la Sala de Cabildo. Fue un acto con sabor a velorio. Por primera vez faltó el ambiente folclórico que ha habido en los casi 400 años de la fiesta más importante de la Atenas de Tabasco. El 8 de septiembre, Cunduacán vivió una conmemoración grisácea. Cano ya no ambientó la fiesta con la marimba y grupos de tamborileros de la Casa de la Cultura; tampoco se ofreció a los presentes el acostumbrado pozol. El desangelado acto protocolario que amerita cada año una Sesión Solemne de Cabildo, fue aprovechado por Cano González para arremeter contra sus adversarios, a quienes llamó mezquinos. Una notificación del Tribunal Electoral de Tabasco por violencia política de género fue una de las razones por las que el alcalde lanzó consignas contra sus ‘aliados’”. Hasta aquí parte de esa nota que enfureció al pequeño dictador de Cunduacán que llegó bajo la figura ciudadana.

 

 

Por Jorge Núñez

Periodista nacido en Villahermosa, Tabasco. Ha sido reportero de los diarios Contacto y a. m. de León, Guanajuato, además de Tabasco Hoy y Milenio Tabasco. También estuvo como jefe de la oficina del diario Correo de Guanajuato en la ciudad de León. Fue jefe Información de Diario Presente. Ha cubierto campañas presidenciales y a la gubernatura. Desde hace doce años es autor de la columna CARTA ABIERTA, publicada en varios portales electrónicos Twitter: @jorgenunez63