CARTA ABIERTA 

 

Testigos en el Senado de la República aseguran que el legislador perredista Juan Manuel Fócil se transformó en la visita que Adán Augusto hizo a la Cámara Alta para dar seguimiento al Cuarto Informe de López Obrador.

Conocido por sus antecedentes de señalar con dureza a la 4T, ahora decidió buscar cobijo bajo la sombra del secretario de Gobernación.

Pasando por delante de varios de sus compañeros senadores que aguardaban el paso del funcionario federal por uno de los pasillos del recinto, un desesperado Fócil casi trastabilló para encontrarse de frente con el invitado especial de la sesión del martes.

Con una sonrisa de oreja a oreja, con unos modales de seda, con una gran efusividad, y hasta podría decirse que con mucho afecto, tomó el hombro de López Hernández y prácticamente le jaló la mano derecha para apretarla con fuerza.

Un poco sorprendido por la actitud de quien en Tabasco se ha erigido como uno de los más visibles detractores del presidente Obrador y del gobernador Carlos Manuel Merino, Adán Augusto no tuvo más remedio que responder el saludo, si bien con el rostro un tanto adusto.

Como un niño con juguete nuevo, como un infante con un helado en la mano, el senador festejó el encuentro con un semblante de felicidad que hace mucho no se le veía en público. Su cara lo decía todo: había saludado a quien fuera su principal adversario dentro del PRD tabasqueño, con quien libró cruentas batallas internas a lo largo de lustros por el liderazgo de las siglas.

El saludo ha dado lugar a muchas lecturas. No se entiende su extraña ansiedad por hacer una vergonzosa genuflexión ante quien ha sido blanco de sus críticas por muchísimos años. Como que no se entiende ese apretón de hombro para quien representa a una 4T que, según sus palabras, ha sido un fracaso rotundo en Tabasco y el resto del país.

Es verdad que la civilidad política obliga a tener estas actitudes, pero aún en estos casos se guarda cierto decoro. Para no mostrar signos de claudicación ante el adversario. Esta vez, Fócil se ha doblado de una manera poco elegante ante el segundo hombre más poderoso de México. Y lo peor es que esta postura no coincide con la beligerancia que el senador ha externado en Tabasco.

¿Qué buscó en realidad con ese desesperado apretón de manos? Varias son las respuestas y una de ellas se centra en la búsqueda de acuerdos con su contrincante político de siempre a fin de no desaparecer de la escena política en 2024. Inteligente como es, Juan Manuel Fócil estaría buscando su sobrevivencia ante un PRD que está en su último aliento, listo para desaparecer del mapa electoral en los próximos comicios.

Coincide también con la reciente captura de José Alfredo Villegas López, un presunto activista del PRD acusado de contrabando, portación de arma, fraude y robo, que ha organizado apoyos sociales con recursos de desconocida procedencia.

La actitud distante de Adán Augusto a ese encuentro en el Senado no es una buena señal para el perredista. Tampoco es una buena señal para seguir contando con argumentos críticos al presidente, al gobernador Merino y al propio secretario de Gobernación.

Aún si buscó conciliación debió contener su ímpetu desbordado, evitando dar en el Senado una cara muy diferente a la que ha dado en el Edén, siempre con el hacha al hombro. Sea lo que fuere, la realidad es que Fócil hizo una vergonzosa genuflexión ante Adán que lo deja muy mal parado ante sus seguidores.

 

 

 

 

 

Por Jorge Núñez

Periodista nacido en Villahermosa, Tabasco. Ha sido reportero de los diarios Contacto y a. m. de León, Guanajuato, además de Tabasco Hoy y Milenio Tabasco. También estuvo como jefe de la oficina del diario Correo de Guanajuato en la ciudad de León. Fue jefe Información de Diario Presente. Ha cubierto campañas presidenciales y a la gubernatura. Desde hace doce años es autor de la columna CARTA ABIERTA, publicada en varios portales electrónicos Twitter: @jorgenunez63