CARTA ABIERTA
La encargada de la sección «Quién es quién en las mentiras de la semana», Elizabeth García Vilchis, se ha enredado en su propia dialéctica. Ahora ha tenido el atrevimiento de asegurar, en la mañanera del miércoles, que la explosión de una bodega de huachicol en Cunduacán, registrada el 10 de octubre, ¡nunca ocurrió!
Con el presidente López Obrador detrás de ella escuchando atento, ha tenido del desparpajo de decir que las imágenes difundidas en la prensa local y nacional son de un incidente ocurrido ¡en 2016! Inaudito.
Lo cierto es que el 21 de octubre, durante su gira por Comalcalco, el director de Pemex, Octavio Romero Oropeza, confirmó el suceso donde hubo personas muertas. Además, el Instituto de Protección Civil de Tabasco avaló el incidente y difundió imágenes de lo sucedido. A pesar de todas estas evidencias o-fi-cia-les, la vocera presidencial cometió uno de sus mayores despropósitos, sino es que el peor, al negar el accidente ocurrido en el estado de donde es originario el jefe del Ejecutivo nacional.
Si bien García Vilchis arremetió contra los medios nacionales, fueron los portales electrónicos de la prensa tabasqueña los primeros en dar a conocer el suceso. Es decir, detrás de esta información no estuvieron los medios de comunicación ‘fifís’ o ‘conservadores’.
En términos generales, los periódicos y las redes sociales difundieron videos e imágenes de la explosión de una bodega clandestina de hidrocarburo en la ranchería Cumuapa primera sección, en Cunduacán. Los propios habitantes alertaron a las autoridades sobre un fuerte estallido, fuego y una gran columna de humo.
Y no, no es el primer despropósito de la “Señora de las mentiras”. En abril de 2022, se refirió a las afirmaciones de la panista Kenia López, quien aseguró que con la construcción del Tren Maya cambiará el color del mar. Dijo Vilchis: “Bueno, ver para creer, lo que dijo es verdad, aunque sea falso”.
En septiembre de este año, la Presidencia de la República tuvo que reconocer que Vilchis mintió el 31 de agosto tras arremeter contra el expresidente Felipe Calderón, quien tres días atrás compartió en Twitter una fotografía de una descarga de aguas negras en la bahía de Acapulco. Luego asegurar que la imagen difundida con video adjunto era falsa, ya que no era de Acapulco sino de España, el sitio AFP Factual corroboró que la foto y el video sí eran de Acapulco, aunque con la precisión de que datan de 2020 y no de este año.
Lo ocurrido el miércoles es más grave de lo que parece. En principio, deja mal parado al presidente en una sección de la mañanera destinada, precisamente, a exhibir las informaciones falsas de los medios opositores a su gestión. Es delicado porque expone a Octavio Romero Oropeza y al Gobierno de Tabasco por medio del Instituto de Protección Civil que confirmó la explosión en esa huachicolera de Cunduacán.
Las excusas de la funcionaria serán insuficientes para sacarla de este error en cadena nacional. Aunque en otro país democrático un suceso así sería motivo de dimisión, lo más factible es que López Obrador le perdone este bochornoso traspié relacionado con su estado natal. Ver para creer con la señora Vilchis.
: LA RÚBRICA
“Ojalá este sea el preámbulo de una investigación a fondo sobre los actos de corrupción cometidos en el Gobierno de Arturo Núñez”, dijo el exmandatario Andrés Granier a sus allegados tras conocerse la detención de Jorge Adalberto Méndez Landeros, como presunto responsable de la compra fraudulenta de un helicóptero de 45 millones de pesos. Landero fue director operativo de Protección Civil y ahora se le señala por la compra simulada a la empresa DCO Aviation Solutions que cobró la unidad y nunca la entregó. El 14 de noviembre, en el marco de su I Informe de Labores, el gobernador Carlos Manuel Merino reclamó que en la gestión de Núñez se destinaron 39 millones de pesos para comprar una nave jamás entregada al gobierno. “Lo estamos buscando, lo busco y lo busco, una cantidad entre dos y tres millones de dólares que la administración gubernamental pasada pagó a algún particular por un helicóptero que no existe. Lo he buscado hasta debajo de los cajones del escritorio, no existe y ahí está ese dinero tirado a la basura», señaló en ese entonces. Ahora esa afirmación ha tenido una consecuencia concreta. Los defensores de la compra hablan de una confusión en cuanto a los dineros y pronostican que los ahora implicados serán exonerados. El tiempo dirá a quién le asiste la razón.