CHAPALEO
HUBO UN detallito casi imperceptible en la ceremonia de lectura del cuarto informe del Gobernador de Tabasco, si se observa desde la perspectiva del lado bueno, amable, del que genera chascarrillo, pues pasa desapercibido, pero si se analiza del lado de la grilla, del que lleva jiribilla, su resultado es otra cosa.
DESPUES DE transcurrido el protocolo oficial de ese evento, al final y para darle un toque de amabilidad y no se viera tan oficialista, se autorizó un espacio para que, principalmente los diputados de oposición expusieran sus puntos de vista al respecto. Y sí que lo aprovecharon.
SOLO FUERON tres o cuatro las legisladoras que hicieron uso de la palabra y a pesar de tener limitado el tiempo de uso de micrófono para su intervención las perdonaron y hablaron largo y tendido; es en esta parte en donde soy un convencido de que todo ese parapeto ya estaba armado, todo fue leído, no hubo improvisación
EL JEFE del ejecutivo estatal, muy tranquilo, sin hacer anotaciones, escuchó los planteamientos y pese a lo delicado de las acusaciones al final aceptó la invitación del maestro de ceremonias para hacer alguna aclaración; se puso de pie, caminó hacia el pódium, por cierto, el mismo que minutos antes ya había utilizado para dar lectura a su informe, con sus manos intentó alzar el tripié del micrófono para darle más altura, no pudo y comentó “me queda un poquito abajo”
POCA GENTE tomó en cuenta el comentario, pero el gobernador aprovechó su estatura para lanzar un espectacular Screwball, que, si le buscamos la cuadratura al círculo desde el punto de la vil grilla, llegaremos a la conclusión de que lo que el señor quiso decir es, no que el micrófono le quedara bajo, sino que “soy demasiado grande para que esas moscas me inquieten”. Grande de tamaño, grande de poder.
EL GOBERNADOR no improvisó, tranquilamente leyó lo que llevaba escrito bajo el brazo. ¿Ya lo sabía?
EN UN momento pensé cuando hablaron las legisladoras que alguien por ahí del público asistente se iba a poner de pie para reafirmar lo que ellas dijeron o respaldar al gobernador, pero no, nada, ni para bien ni para mal, sino todo lo contrario. Todo ya estaba fríamente calculado.
Y CLARO que hay más, mucho más, pero por hoy me voy, no sin antes comentarles que el secretario de Gobernación estuvo en la tierra de los que preparan “las mejores carnitas del país”. O séase que ¿las “carnitas estilo Michoacán” que comemos acá no son estilo Michoacán? ¿Será acaso que no tienen el mismo sabor porque aquellas son de puerco michoacano y las de acá las hacen con carne de puerco yucateco?