CARTA ABIERTA 

Gerardo Gaudiano pudo haberse situado como el líder de la oposición que Tabasco necesita en la actual coyuntura política. Pero las siguientes diez claves lo exhiben negativamente ante la mirada de los ciudadanos:

1.- Mieles. Ha llegado al poder en distintas instancias: como dirigente del PRD en Villahermosa, como diputado federal del Sol Azteca y de Movimiento Ciudadano, como alcalde de Centro. Contra lo que él sostiene, es en realidad un privilegiado de la élite política local.

2. Idéntico. Como sucede con la mayoría de nuestros políticos, el discurso como opositor cambia cuando las riendas del poder se tienen en las manos. Por ejemplo, en ninguna de sus responsabilidades dio resultados que dejaran huella para ubicarlo como un político de excepción (que es lo que él se cree). Al menos, cuando Obrador fue jefe de Gobierno en la Ciudad de México hizo los segundos pisos. Gaudiano, en cambio, se enorgullece de haber colocado arriates en Paseo Tabasco.

3. Privatizador. Como legislador perredista, votó a favor de una iniciativa del presidente Enrique Peña Nieto que buscaba, en el mediano plazo, privatizar los servicios de agua potable en el país, poniéndola a disposición de empresas nacionales y extranjeras.

4. Occiso. Ahora muestra preocupación por diversos problemas de la agenda pública de la 4T en Tabasco. Pero como alcalde no resolvió tres asuntos fun-da-men-ta-les que tuvo en sus manos: la renovación de la red de agua potable y drenaje, el saneamiento de la Laguna de las Ilusiones y la pavimentación integral de las calles de la ciudad y de zonas rurales.

5. Inoperante. Como presidente municipal de Centro cayó en varios asuntos oscuros. En su momento fueron señalados por el actual secretario de Gobernación (como el caso de la asignación irregular de contratos para la renta de camiones vactor, destinados al desazolve de unos drenes de la colonia Tamulté que jamás se realizó).

6. Cortesano. Ahora califica de ‘zanganos’ a los funcionarios del gabinete del gobernador Merino, al acusarlos de apoyar la aspiración presidencial a Adán Augusto y las personales. No obstante, olvida (otra vez) su papel de consentido número uno del gobernador Arturo Núñez. A lo largo de seis años, Gaudiano tuvo todo el aparato del Estado a su servicio para ser candidato a gobernador en 2018.

7. Priista. Quizá, Gaudiano es el menos indicado para dar lecciones sobre el ADN priista. Si bien él nunca estuvo en el PRI, su abuelo Leandro Rovirosa Wade forjó toda su larga carrera en este partido. Si se entiende que el exgobernador fue su maestro en cuestiones políticas, es evidente que él mismo tiene una base tricolor en su ideología. Lo quiera o no. Deslegitimar per sé el pasado priista de una parte de la clase política es como tirar piedras a su propio tejado.

8. Opositor. Si bien sus fuertes declaraciones (e igual postura) siguen generando cierta atención de los medios, la realidad es que Gaudiano es un cadáver político insepulto. A estas alturas sabe muy bien que nunca será gobernador. Por lo mismo, está quemando sus naves. Se lanza al vacío por medio de insultos y ataques al oficialismo, porque sabe que no tiene nada que perder.

9. Incongruente. Aún aceptando que varios de los señalamientos al Gobierno de Merino tengan alguna base de credibilidad, la pregunta del millón es: ¿por qué cuando estuvo en el poder cayó en las mismas prácticas que ahora censura? El experredista pudo realizar un cambio radical en muchos órdenes y no lo hizo. Prefirió seguir su desatada carrera por la gubernatura, dejando su cargo de alcalde un año antes y valiéndose de la estructura del poder que Arturo Núñez puso a su servicio. Lo que nunca imagino el joven imberbe es que el maquiavélico gobernador le tendía en realidad una trampa para verlo caer ante Morena en 2018.

10. Final. Peleado ahora con la dupla de Pedro Jiménez León y Pedro Palomeque en Movimiento Ciudadano, Gaudiano vive sus últimas horas como figura relevante de la política. Aun suponiendo que sea el abanderado del partido naranja a la gubernatura, es bola cantada que sus propios compañeros le darán codazos y puntapiés para dejarlo en ridículo. Sabiendo eso, al diputado federal no le queda más que humillarse ante los medios radiales que antes lo denostaron para insultar como un bravucón a sus adversarios. El rencor y la amnesia política sobre lo que pudo hacer y no hizo cuando tuvo el poder dirigen su proceder público.

 

Por Jorge Núñez

Periodista nacido en Villahermosa, Tabasco. Ha sido reportero de los diarios Contacto y a. m. de León, Guanajuato, además de Tabasco Hoy y Milenio Tabasco. También estuvo como jefe de la oficina del diario Correo de Guanajuato en la ciudad de León. Fue jefe Información de Diario Presente. Ha cubierto campañas presidenciales y a la gubernatura. Desde hace doce años es autor de la columna CARTA ABIERTA, publicada en varios portales electrónicos Twitter: @jorgenunez63