CARTA ABIERTA
En los términos de la civilidad política, Guillermo del Rivero sigue con su gestión de puertas abiertas con la oposición, apuntalando así las acciones que en este sentido ha tejido el mandatario Carlos Manuel Merino. Desde luego, esto es positivo para la gobernabilidad de Tabasco.
El miércoles ha recibido en el Edificio Azul a la coordinadora de la bancada local del PRI, Maritza Jiménez Pérez. Entre otras cosas, han hablado sobre la petición que la priista hizo en la comparecencia del funcionario en la Cámara de Diputados con motivo del Cuarto Informe del gobernador.
En ese entonces, Jiménez se quejó ante Del Rivero sobre la falta de atención a los ‘pochimovilistas’ que habían entregado a la Segotab un oficio desde el 22 de agosto, sin que tuvieran respuesta. Ahora, el responsable de la política interior le ha informado acerca de una serie de juntas para resolver esa problemática. Habrá más para dar una solución enfocada en mejorar las condiciones del servicio y de la organización de los trabajadores del volante.
Aunque en la publicación oficial de la Secretaría de Gobierno no se especifica el resto de los temas abordados, es posible que también se haya platicado acerca de esa polémica declaración que la priista hizo a la entrada del Congreso.
Hace una semana, luego de que la CFE cortara el servicio de luz en la sede estatal del PRI, Maritza exigió a los expriistas que ahora están en la 4T a dejar de estar haciéndole daño a su expartido al actuar “como borregos”. Les pidió agradecer todo lo que el tricolor les dio a lo largo de sus respectivas carreras políticas. Desde luego, estas palabras se relacionaron con esa suspensión de energía eléctrica, a pesar de que sólo había un bimestre sin pagar.
Al pensar en los destinatarios de sus fuertes declaraciones, se eximió de inicio al gobernador Carlos Merino y al secretario de Gobierno. Porque ninguno de ellos ha pertenecido al Revolucionario Institucional. Lo que sí quedó en evidencia es la sospecha de que expriistas buscan dañar al que fuera su partido. No se sabe si este tema fue platicado en ese encuentro del miércoles, pero es un hecho que no pasó inadvertido y que mueve a las más diversas conjeturas, entre ellas que una minúscula facción de neomorenistas, expriistas todos ellos, están tratando de romper los puentes de diálogo que el Gobierno del Capitán busca construir con los opositores en Tabasco.
Por lo demás, Guillermo del Rivero recibió la semana pasada, tal como se había pactado públicamente, al también diputado local priista Fabián Granier. Este le mostró las amenazas anónimas recibidas por mensaje de texto tras señalar repetidamente los vicios en el sistema de justicia del pasado sexenio de Arturo Núñez. En esas acusaciones ha involucrado al exfiscal Fernando Valenzuela, al expresidente del Poder Judicial, Jorge Priego Solís y a la exjueza Guadalupe Cadenas.
Se sabe que Del Rivero exhortó a Fabián a presentar la denuncia ante la Fiscalía para iniciar las investigaciones, lo que el hijo del exgobernador Andrés Granier hará en los primeros días de 2023. Ha trascendido que la postura del responsable de la política interior fue la de actuar siempre en apego a la ley, sin hacer conjeturas anticipadas.
En esa tónica es como se ha manejado Del Rivero en su trato con los diversos actores de la política estatal, incluyendo a la oposición. Con un ánimo de profunda carga política, ha situado estos actos como una suerte de normalidad dentro de la pluralidad. Este proceder nace del Gobierno de Merino, en una estrategia donde el diálogo sea la norma de la convivencia entre los tabasqueños. Con un futuro alentador para la 4T en Tabasco, tanto en términos políticos como económicos, el Edificio Azul construye vías para dirigir el rumbo del debate público en los próximos años.