CARTA ABIERTA
Previendo que Yasmín Esquivel no sería elegida como nueva presidenta de la Suprema Corte, López Obrador lanzó duras críticas contra los magistrados y sus manejos discrecionales de la ley. La postura del tabasqueño daría visos de cómo será la relación entre los Poderes Ejecutivo y Judicial en los dos años que restan de su gestión, si bien él mismo ha asegurado que “trabajará a la par” con la nueva ministra.
Horas antes de que se definiera la presidencia de SCJN, AMLO lanzó fuertes críticas contra el Poder Judicial por la “persistente corrupción de jueces y magistrados” a quienes acusó de “servir a los intereses creados e ignorar a los que menos tienen”.
Obrador no se anduvo por las ramas. Dijo que el Poder Judicial está secuestrado como estaba secuestrado el Poder Ejecutivo. Y agregó que será labor hacia adelante liberar el Poder Judicial, para que jueces, magistrados y ministros internalicen lo que es la justicia, porque “no tienen claro o no tienen sentimientos, emoción social en favor de la justicia”.
El paisano, desde luego, no sabía que los magistrados votarían más tarde por Norma Lucía Piña Gutiérrez para ser la primera mujer en presidir la Suprema Corte. Lo que sí presagiaba, de acuerdo a sus informes más confiables, es que su favorita Yasmín Esquivel no sería la elegida, debido al escándalo del plagio de sus tesis.
Por eso es que el inquilino de Palacio Nacional señaló en la mañanera que el Poder Judicial se fue eclipsando con el dinero, y por eso hace falta una renovación completa. Reprochó que la oposición se haya lanzado contra la ministra Esquivel al interpretar que por su respaldo a las políticas de su gobierno era su candidata.
Advirtió que la depuración del Poder Judicial será una tarea de los que vengan para reformarlo porque “está muy mal”. Se avanzó algo, dijo, pero faltan convicciones. En una remembranza de por qué no realizó una reforma constitucional a dicho poder, admitió que un cambio como ese sería un acto autoritario de su gestión. En cambio, optó porque sean los ministros quienes aborden los grandes cambios al interior.
Sin embargo, y a pesar de todos esos señalamientos, López Obrador afirmó que pese a cualquier desencuentro y punto de vista diferenciado, su administración trabajará a la par del nuevo ministro presidente. Más tarde se sabría de la elección de Norma Lucía Piña Gutiérrez. Ella es profesora de Educación Primaria por la Benemérita Escuela Nacional de Maestros y licenciada en Derecho por la UNAM, por la cual tiene también un doctorado. Entre las muchas reacciones, los legisladores del Grupo Plural le extendieron sus felicitaciones, además de afirmar que ha ejercido una carrera judicial independiente y que cuenta con «un título limpio».
Por cierto, el caso Esquivel no ha concluido pese a que la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México determinó que la magistrada no plagió su tesis de licenciatura. Horas antes de que se diera la votación en la SCJN, el dictamen de la Fiscalía a cargo de Ernestina Godoy establece que quien plagió su tesis fue Edgar Ulises Báez, escribió Darío Celis en su columna del lunes.
La conclusión de la Fiscalía capitalina contrasta con lo dictaminado por la UNAM, en el sentido de que Esquivel cometió un presunto plagio. Como se sabe, la UNAM está en un análisis técnico para determinar si la ministra copió su tesis al alumno Édgar Ulises Báez Gutiérrez, quien obtuvo el grado en 1986.
Como se observa, la telenovela del presunto plagio de Esquivel va para largo, aunque el presidente López Obrador ha ‘pintado su raya’ en cuanto a lo que opina de la Suprema Corte. Si bien el tabasqueño ha dicho que trabajará a la par del nuevo ministro, lo cierto es que se prevé una relación tirante, no exenta de varios desencuentros. El tiempo dirá si esa relación entre poderes se fortalece o se debilita, y qué tanto incide en la vida pública del país.
Como se dice coloquialmente: esto apenas comienza.