Para Usted
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Paseando por la feria, podemos observar entre las diferentes atracciones, el juego de péguele al negro. Algún tipo con la cara teñida de negro se coloca en un fondo por donde asoma la cara y quien lo desee le tira a distancia, con una pesada bola de cera. Quien le atiene se va gustoso de haber desquitado sus diez pesos por pegarle al pobre “negro”.
Lo mismo sucede hoy en día en el medio político. El pueblo mexicano, especialmente el tabasqueño, está tan agraviado que buscan como pegarle al negro (a quien lo ha robado, abusado, engañado, etc.) o quien, le pegue, o lo vengue al no poder hacerlo de manera directa.
En el pasado año 2000, Vicente Fox y el PAN, aprovecharon la animadversión ciudadana, al PRI, al sistema político y le pegaron al negro; lo mismo sucedió en 2018, con AMLO, donde MORENA y López Obrador, señalaron de quitar de en medio, a la mafia del poder y al prian.
Pues bien, apuntamos lo anterior porque en diversos círculos políticos de la entidad corre la versión, en el sentido de que Javier May Rodríguez, podría estar jugando el papel del “negrito de la feria”—obviamente, con la autorización u ordenamiento del propio presidente Andrés Manuel López Obrador, para que, a efectos de la sucesión gubernamental en Tabasco, “proteger”, al verdadero gallo del oriundo de Tepetitán.
En otras palabras, la actual clase política gubernamental y los mismísimos “neomorenistas”, arremeten y golpean al comalcalquense Javier May Rodríguez, para que no sea el candidato del partido vinotinto al gobierno de Tabasco en el 2024 (debilitarlo, exhibirlo, denostarlo y demás); pero estarían perdiendo de vista al verdadero tapado andrésmanuelita, que no sería otro de Octavio Romero Oropeza, actual titular de Petróleos Mexicanos.
Vaya, AMLO mandó a Javier May, para que lo golpeen (el presidente sabe y está consciente de la política del lodacero que se practica en Tabasco como doctrina) y, de esta manera, proteger al verdadero gallo; Octavio Romero Oropeza, quien no se mete en la madriza, pero sí tiene presencia en Tabasco.
Y, ¿cómo es esto?, para nadie es un secreto que, el otrora popular “Jodi”, aparece justo a tiempo en loas diversos escenarios de la entidad; entregando ambulancias, patrullas, materiales, obras sociales (todo esto con recursos de Pemex), lo que le permite, según sus bienquerientes, estar en el ánimo de los tabasqueños. Al final, Octavio Romero, no está en la madriza sucesoria.
Lo mismo estaría pasando con Mario Rafael Llergo Lathournerie, el perro Llergo o “Rintíntín”—pero éste mandado directamente por Adán Augusto López Hernández–, con la finalidad de proteger a una de sus cartas no tan ocultas: el presidente de la JUCOPO y titular del Poder Legislativo local: Jaime Humberto Lastra Bastar.
El golpeteo es y está en contra de Mario Llergo, pero a Jaime Lastra, no lo tocan; el “perro”, todo se lo debe a Adán y éste lo está utilizando; obviamente, todo esto bajo la mirada y consentimiento de las tres divinas personas; el Padre (Enrique Priego Oropeza); el Hijo (Jaime Lastra) y el Espíritu Santo (Adán Augusto)
Lo anterior es pues, estratagema y estrategia preelectoral, auspiciada por AMLO, como por AALH: ¿estratagema y estrategia, no son palabras sinónimas?, aparentemente sí; pero no hay que olvidar que, la estratagema representa, al contrario, la manera o el truco utilizado para superar la situación problemática. Metafóricamente, la estrategia permite vencer la guerra mientras que la estratagema se ocupa de vencer la batalla.
La estratagema es astucia, fingimiento y engaño artificioso; en el arte de la guerra, la estratagema es el truco astuto para vencer a un adversario más fuerte, a menudo devolviendo la fuerza contra él (como en algunas artes marciales). Ardid para engañar: ardid, astucia, artimaña, treta, artificio, engaño, trampa.
No olvidemos que, de acuerdo al diccionario, la estratagema (de griego antiguo stratégema, derivado de stratós, “ejército”). Ardid de guerra, engaño hecho con astucia y destreza, para conseguir ventaja sobre el enemigo.
Fuera del ámbito militar, significa también astucia, fingimiento y engaño artificioso. El término militar connota que este ardid conduce al enemigo a una situación desventajosa, o se mejora la propia. El caballo de Troya representa una de las estratagemas bélicas más antiguas de la historia.