Tiempo de Política
El sistema político mexicano aún conserva pies de cría del régimen llamado «prianista» que remolcan viejas prácticas en la lucha por el poder.
Los simpatizantes de las cuatro «corcholatas» morenistas buscan afanosamente «señales» desde Palacio Nacional que indiquen que su precandidato es el «bueno» para suceder al tabasqueño Andrés Manuel López Obrador, quien insiste un día sí y otro también que será la voz popular a través de encuestas el método para elegir al abanderado de Morena a la Presidencia de la República.
Sin embargo, prevalece la subcultura política del pasado y se apela a presuntas “señales” lopezobradoristas sobre cuál será el elegido por el gran dedo presidencial.
De esta suerte, para los afines al canciller Marcelo Ebrard han sido muy esperanzadores dos importantes eventos donde ha tenido protagonismo. El primero fue la Cumbre de líderes de América del Norte con los presidentes de México, Estados Unidos y el primer ministro de Canadá.
La segunda vitrina fue la reunión en Argentina de la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) a la que acudió en representación del presidente López Obrador, considerado el líder ideológico de América Latina.
Por su parte, para los seguidores de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, la asignación presidencial de 6 mil 500 elementos de la Guardia Nacional para resguardar las instalaciones del sistema de transporte Metro de la Ciudad de México, bajo la sospecha de presuntos sabotajes, es una gran señal para su rescate político ante la lluvia de críticas que le han merecido bajar puntos en las encuestas.
Lo que dejó entrever Sheinbaum Pardo es que los percances como el desprendimiento de dos carros y el corto circuito a causa de una lata de refresco en las vías, fueron provocados, no accidentales.
El caso de Ricardo Monreal huele a estrategia “amlista”, pero le da esperanza a sus afines. El ex gobernador de Zacatecas anunció en entrevista periodística que se quedará en Morena y buscará ser candidato presidencial para aumentar a cuatro el número de corcholatas aspirantes. Asevera el propio líder de la Cámara del Senado que para permanecer en ese partido influyó el presidente López Obrador, decir, por lo menos dio su visto bueno.
Si bien se suma a las corcholatas presidenciables, Monreal Ávila se observa en la cola de los tres mosqueteros que en realidad son cuatro. Más bien se antoja una negociación adelantada para que sea el candidato de Morena a la Ciudad de México y evitar la derrota en el 2024, luego de que Claudia Sheinbaum perdió 9 de las 16 alcaldías en los pasados comicios de 2021.
Cierra el círculo el paisano del presidente, el secretario de Gobernación Adán Augusto López Hernández, quien tiene el encargo de recorrer todo el país para atender diversos temas de interés federal, en una clara precampaña arropada.
Para sus simpatizantes es la más clara señal de que “Adán va”, como la reciente inauguración en calidad de representante del primer mandatario de la nación del tramo corretero en el llamado punto “Trino” donde convergen los estados de Tabasco, Veracruz y Chiapas.
Es una obra que acorta los tiempos de comunicación en 45 minutos, con un costo de mil 600 millones de pesos y beneficio para más 170 mil habitantes de las tres entidades.
Es una importante vía comenzada hace 12 años que dejó abandonada Enrique Peña Nieto, muy anhelada por los tres estados que bien merecía la inauguración presidencial de López Obrador, pero le fue concedida la vitrina a López Hernández.
Y luego como no iban a izar sus felices aclamadores pancartas con la leyenda “Que siga López”.
TIEMPO FUERA.- Cuatro corcholatas y solo un destapador final que un día sí y el otro también el inquilino de Palacio Nacional dice llamarse encuesta popular, con la promesa de respaldar al que salga ganador.