CÁBALA
Hay escenarios y conflictos internos difíciles de entender, sobre todo cuando aparecen en medio de procesos complicados y que invitan a intentar desentrañar los motivos que los generaron.
Aún cuando no tiene implicaciones de tipo legislativas, la denuncia ante el pleno del congreso y desde la más alta tribuna del legislador por Morena Jorge Bracamontes, contra la coordinadora de asuntos legislativos del gobierno morenista de Tabasco Karla Cantoral, tiene mucha tela de donde cortar.
A simple vista, Bracamontes estaría denunciando una “red de tráfico inmobiliario” al que pertenecen notarios tabasqueños, acción que no es novedosa en México, porque se han estado presentando y denunciando en otros estados del país.
EL señalamiento tiene su origen en la sanción que la SEGOB emitió en junio del año pasado, donde castigó a Jorge Armando González Vargas, notario público de Jalapa Tabasco, con el retiro del FIAT por presuntas “violaciones graves” a la Ley del Notariado para el Estado de Tabasco.
Desde ese fallo, se conoció el caso luego que González Vargas apeló la separación definitiva de la función notarial y de acuerdo a lo expresado ayer en tribuna por parte del legislador de Morena, logró recuperarla.
El tema entonces, se volvió personal, dejando a un lado el proceso jurisdiccional con una acusación grave: protección oficial desde la oficina de Karla Cantoral.
Bracamontes pudo pecar de novato, luego de asegurar que sus primeras denuncias contra el notario jalapaneco, las inició en la Secretaria de Gobierno, con lo que de paso tendió los cables para generar especulaciones en el terreno político contra el responsable de la política interna en Tabasco.
Dejar correr la denuncia de Bracamontes hasta topar con pared, no debe separarse de la sucesión gubernamental adelantada que se vive en el sureste, tomando en consideración que ha mostrado sus simpatías a favor del Director General de Fonatur Javier May Rodríguez, como el aspirante con más posibilidades de lograr la nominación dentro de la 4T.
Morena vs Morena, tomando como argumento un proceso alejado de los terrenos legislativos y partidistas, llaman pues poderosamente la atención.
Sólo que el legislador morenista le pega a funcionaria de la 4T en un estado donde nace la lucha contra la corrupción; y en medio de esta “poderosa” denuncia, raspa la imagen del gremio donde surge el actual Secretario de Gobernación Adán Augusto López Hernández, escenario que para muchos, pudo evitarse.
Cómo daño colateral, dos de los legisladores con mayor peso político en la LXIV legislatura, son también notarios públicos.
Jorge González Vargas por cierto es uno de los notarios de mayor jerarquía moral en Tabasco, ya que por los años 60 en su calidad de trabajador de Telégrafos Nacionales, fue integrante del famoso juego de las “30 entradas” , suceso único tabasqueño en la salón de la fama del beisbol en Monterrey.
Fue reportero de “telerreportaje” en los inicios encabezado por su fundador Jesús Sibilla Zurita, y terminó su carrera de abogado en 1963 para dedicarse a la función notarial.
Si fue ímpetu contra experiencia, el tema se salió de control. Todos pierden
Kyalión.- La costilla de Selván.
La neomorenista Rita Galvez Bonora, hizo valer ayer en el congreso chocol la recomendación del IEPCT contra su compañero del mismo partido – para no variar- Jesús Selvan García, para mantenerlo lo más lejos posible luego de acusarlo de violencia política de género.
Selván cambio de curul, marcando el alejamiento que se traen desde ya hace algún tiempo al interior de la bancada algunos legisladores de la 4T.
Como se recordará la expriista denunció que durante un evento en el lobby del congreso “recibió un golpe en la costilla por parte de Selván García”, luego de recibir expresiones ofensivas, de odio y denigrantes.
En lo que se investiga “a fondo” el tema, lo mandaron al rincón de la vergüenza, en tanto Morena Tabasco continua dando señales de estar más enfrentado que Leyda Sansores y Alito Moreno.
Desde Kramer vs Kramer, no se veía un divorcio – político- tan obvio.