Poder Político

En los tiempos y circunstancias de un precario nivel educativo prevaleciente desde décadas de los 90’s ha ido en un declive alarmante, incluso en lo que compete al nivel medio superior, habida cuenta la irresponsabilidad por parte de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión al emitir un decreto constitucional para bajar de 21 a los 18 años la edad mínima para aspirar a ser congresistas.

La Comisión de Puntos Constitucionales en la que previamente se gestó el dictamen erró, aun así, provenga la reforma de una serie de iniciativas de legisladores de distintos grupos parlamentarios, en el que se incluye también que para ser integrante del gabinete del gobierno federal se tenga 25 años para designarle, y no los 30.

La decisión se plantea en la coyuntura prospectiva de captar un interés y adeptos de este segmento poblacional a la adquisición del grado de ciudadanía, a la par de sumar votos en la proximidad de las macro elecciones más complejas de la historia de este país, federal y locales, eligiendo entre estos cargos la presidencia de la República, y congresistas.

Sin demeritar el intelecto de excepciones, la generalidad de los educandos de nivel preparatoria, pública y en algunos casos las privadas, egresan con una carencia de criterio para definir una licenciatura universitaria o bien técnica afín a sus capacidades; sin embargo, poco les importa cuando el pensamiento está en otros ámbitos menos en una formación humana.

En el contexto de integrar desde 1994 a la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico, México se ubica en la posición 102 de 137 naciones según el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA), dado a conocer en junio de 2022.

Por recomendación del organismo, para salir de ese lugar, la organización «Misión Rescate México-educación» se pronunció por conformar un “Pacto Educativo por México”, que habría darle seguimiento a su implementación o no.

Los argumentos del Congreso plantean abonar a los principios de no discriminación establecidos en la Constitución Política y de igualdad, «ya que no es posible que de los 500 diputados que somos, no seamos ni diez con menos de 30 años; estamos excluyendo a casi 30 por ciento de la población mexicana por ese mosaico de representatividad, por un elemento discriminatorio que no tiene razón científica ni argumentación lógica».

Bajo el paraguas del argumento, nada garantiza que diputaciones con edad entre 18 y 29 años contribuyan elevar el nivel en la calidad de la práctica parlamentaria, ni en el pasado ni en la actualidad. precedentes hay diversos, además vinculados a lazos consanguíneos de familia política y no al colectivo social.

durante el cabildeo por la Reforma Electoral de 1996 Jorge Emilio González Martínez, joven legislador de 25 años, coordinador del Partido Verde Ecologista, dobló al coordinador priista Arturo Núñez Jiménez, al perredista Porfirio Muñoz Ledo y al panista Carlos Medina Plascencia, para gestionar la reducción de 30 a 25 años la edad mínima de aspirantes a una senaduría para escalar en su caso a esta cámara en el 2000.

González Martínez desde entonces por el principio de representación proporcional ha alternado con la investidura una diputación, en donde ahora ocupa una curul en 2 legislaturas consecutivas de; aunque sin ningún provecho de aportación en impulsar leyes sustantivas, reflejo del desarrollo nacional. Para el 2024 regresaría al Senado.

Pablo Gamboa Miner, hijo del influyente Emilio Gamboa Patrón, igual integrante de la actual legislatura ha pasado en la intrascendencia, quienes coincidieron con él en la Universidad Iberoamericana lo catalogan como un «alumno malito». En el senado igual se tiene a Silvana Beltrones, hija de Manlio Fabio Beltrones. Ambos patriarcas tóxicos al país pujan por sus cuota y cuates. En el listado hay mucho más.

«El mejor representante popular es el que más se parece a sus representados. No se modifica el proceso de selección de candidaturas de los partidos. Hoy, las juventudes estamos más listas que nunca y no debemos perder la oportunidad de participar en momentos históricos; no les habremos de fallar». Andrea Chávez Treviño, por Morena. Aunque en realidad se parecerán a su familia política, no así al colectivo social ni le representarían.

eduhdez@yahoo.com

Por Eduardo Hernández

    Periodista y Analista Político, graduado por las Universidades Olmeca, Iberoamericana, Complutense de Madrid y Tecnológico de Monterrey, además del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. 27 años de experiencia profesional en el ejercicio del Periodismo Análisis, Consultoría, y Comunicación Institucional vinculado a los temas electorales, en Tabasco y Ciudad de México. Autor de la columna «Poder Político» que se publica cada semana  en Diario Presente y en Diario de Yucatán. Autor también del libro «Luchas por el Poder en Tabasco: 1825-2012» que documenta 187 años de historia y legislación electoral, editado por la Universidad Olmeca.