En el año 1954, un grupo de lugareños acudió a la casa del joven Otto Wolter Peralta, hijo del famoso Dr. Otto Wolter Hayer, para decirle que en las aguas de Arroyo Verde, cerca de la Barra de Tupilco, en Paraíso, Tabasco, habían visto a un gigantesco lagarto que había devorado varias reses y tenían miedo de salir a pescar de noche por temor a que fueran atacados por el enorme reptil que según ellos medía como siete metros.

Como sabían que Otto era apasionado a la pesca y a este tipo de aventuras, le fueron a pedir ayuda para cazar al temible lagarto y acabar definitivamente con él.

Otto rápidamente mando a hacer una red especial de 400 metros de largo, por cinco metros de alto con hilo grueso y empezó la cacería.

Otto visitaba el lugar a todas horas pero no salía el lagarto, así pasaron algunos años pero no desmayó en su intento. Una mañana por fin pudo verlo de lejos y comprobó que verdaderamente era un reptil gigantesco, pero al acercarce al reptil, este se sumergía y desaparecía, era un titánico propósito capturar a este mañoso lagarto pero no claudicó.

En el mes de septiembre de 1960, logró encontrarse frente a frente con el astuto reptil. Otto iba en un cayuco de 10 metros de largo acompañado de 8 personas, como lo había hecho durante seis años. De pronto, la bestia emergió para bañarse airosa a la luz de la luna en las tranquilas aguas de Arroyo Verde.

El corazón de Otto se aceleró por la emoción y disfrutó el esperado momento que buscó durante seis años. Mientras tanto, el cuaternario animal permaneció inmóvil, al acercar el cayuco estando casi juntos, el encanto se rompió, sumergiéndose y desapareciendo de inmediato.

Pasando media hora, emergió en la orilla opuesta como diciendo: aquí estoy ven por mí. Y allá fueron remando a gran velocidad pero al llegar el saurio se sumergió de nuevo y las burbujas que producía le indicaron a Otto que estaba exactamente sobre la madriguera. Fue entonces que prepararon la red para empezar la cacería y esa noche tenían que estrenarla a como diera lugar.

Otto dio la orden de que la tendieran formando un círculo para impedir que escapara, luego hurgaron con los remos y la obligaron a salir. Lo hizo con furia, que originó que se enredara en la enorme red y girando con gran fuerza se vistió de blanco y remolcaron a la presa hasta la orilla. Los sueños de Otto se habían cumplido, ya la tenían segura.

Estando en tierra, primero le aseguraron el hocico y luego la fueron desenredando para asegurarle las patas, seguidamente colocaron sobre su lomo un grueso palo de mangle y lo amarraron al cuerpo del reptil con gruesas cuerdas. No podían subirla al cayuco, porque tenía un peso de casi dos toneladas y 5.92 metros de larga, pues resultó que no era lagarto sino lagarta.

Así capturó Otto Wolter a la temible lagarta que tantos desvelos le causó.

Un día después, Otto la exhibió en Paraíso, frente a la tienda El Surtidor, de don Fito Ochoa, en la periferia del parque. Por la tarde, la trasladó a Comalcalco y la exhibió durante 10 días mientras el gobernador Carlos A Madrazo le construía la pileta en el parque museo La Venta como homenaje a su captor.

En el año 1992 ingresó al libro de record Guinness la increíble historia del comalcalquense. Gracias a él y su equipo, poseíamos el ejemplar en cautiverio numero cinco en el mundo de esa especie de cocodrilo, la cocodrylus porosus y para gloria nuestra hembra.

En 1976, mes de abril, llegó Raúl Velasco a la feria a grabar su programa Siempre en Domingo, cuando el secretario de Promoción Económica, Roberto Rosado Sastré, buscando darle mas realce al evento, tuvo la idea de soltar en la laguna de las ilusiones gran cantidad de pijijes, patos y cisnes, pero el ruido que hacian no podía pasar por desapercibido para una cazadora natural y la lagarta hizo un tunel hasta el lugar donde estaban las aves y empezó a comerlas sin mucho sacrificio.

En ese momento es cuando se le bautiza como la Lagarta Papillón, en alusión a la película del mismo nombre famosa en aquellos días que se refería a un reo francés que se fugó de una isla que se consideraba presidio de máxima seguridad.

Pero eso no paró allí, y el junior Arturo González Marín, al ver a la lagarta en posición de blanco, entró a su casa por una metralleta procediendo a dispararle. La infeliz con los balazos encima salió por Tierra Colorada, donde otro ignorante con una vara le picó el ojo vaciándoselo y dejándola tuerta para siempre.

La lagarta fue rescatada y curada por Otto. Enterado de lo que había sucedido, el poeta Carlos Pellicer Cámara estuvo pendiente de su recuperación.

Carlos Madrazo firmó un contrato estipulando que cuando muriera la piel sería entregada a Otto.

Otto comento: “Estos lagartos viven cuando menos cien años, el contrato tal vez se haga efectivo para el 2050 para entonces yo tendria 131 años”, y soltaba sonoras carcajadas.

Hoy, el hombre aventurero cuya hazaña sabe a leyenda y parece un hecho irreal. Ha muerto, pero su recuerdo quedó gravado en el corazón de los tabasqueños por haber ingresado al libro de récord Guinness.

En cuanto a la lagarta Papillón, pueden ir a visitarla hoy mismo al parque museo La Venta, de Villahermosa, donde se encuentra disecada en exhibición, como lo quería su captor Otto Wolter Peralta.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Por Bernardo Ferrer Villar

NACIÓ EN EL MUNICIPIO DE CUNDUACÁN, TABASCO. REALIZÓ SUS ESTUDIOS PRIMARIOS EN COMALCALCO HASTA EL TERCER AÑO DE PRIMARIA, CONTINUANDO SUS ESTUDIOS EN EL ESTADO DE PUEBLA, DONDE TERMINÓ SU EDUCACIÓN SECUNDARIA Y PREPARATORIA. REPRESENTÓ A SU CENTRO ESCOLAR EN UN CONCURSO INTER CENTROS ESCOLARES DE POESÍAS CELEBRADO EN LA CIUDAD DE PUEBLA, OBTENIENDO EL PRIMER LUGAR. FUE INVITADO A UN SEMINARIO DE LITERATURA EN LA UNAM. A SU REGRESO A COMALCALCO FORMÓ EL GRUPO CULTURAL COMALCALCO Y EL GRUPO CULTURAL ACERVO, DE LOS CUALES ES PRESIDENTE. ACTUALMENTE, SE DESEMPEÑA COMO HISTORIADOR Y COMENTARISTA EN RADIO Y TELEVISIÓN, DONDE ES INVITADO PARA PROMOVER Y DIFUNDIR LA CULTURA Y LAS ARTES.