CARTA ABIERTA
Hay un texto circulando en las redes sociales, donde se desnuda a un grupo de panistas tabasqueños que buscan colgarse de la figura de Xóchitl Gálvez. El tema cobra vigencia en la actual coyuntura política, cuando el Frente Amplio por México busca presentar una cara positiva ante los ciudadanos. Por considerarlo de interés periodístico, se transcribe la parte medular del texto en cuestión:
“Lamentablemente, en esa ola de adhesiones ‘espontáneas’ hacia Xóchitl Gálvez hay personajes impresentables albiazules como Jorge Ávalos Ramón y Francisco Castillo Ramírez, quienes en su paso como dirigentes estatales del PAN fueron exhibidos como corruptos, ya sea comprando votos en asambleas para obtener cargos como consejeros estatales, corrompiendo a la escasa militancia para ser electos como presidentes del comité directivo estatal, y peor aún, vendiendo candidaturas al mejor postor.
Castillo Ramírez vendió su voto para aprobar las cuentas públicas y las iniciativas del gobierno del vilipendiado Arturo Núñez Jiménez, ese legado de corrupción e incapacidad. Castillo provocó el retroceso de este partido que había empezado a lograr triunfos con tres diputaciones de mayoría y dos municipios de la región de los ríos. Con ambos al frente inició el descalabro al perder lo que se había ganado, hasta llevarlo a la pérdida del registro luego de la votación más baja en los últimos 25 años de historia reciente.
Hay testimonios y pruebas que pintan de cuerpo entero la trayectoria oportunista de estos personajes. ¿Cómo olvidar los audios filtrados en los que se escucha a Jorge Ávalos Ramón ofrecer dinero y posiciones a cambio de votar por él cuando compitió como dirigente? O el negocio de facturación que tenía con los ayuntamientos panistas de Balancán y Emiliano Zapata en el periodo 2009-2012. Y la venta de las candidaturas en el municipio de Nacajuca en el proceso electoral de 2015. ¿Cómo olvidar sus extravagancias al comprar autos y camionetas de lujo, y qué decir de su afición por comprar bicicletas de 200 mil pesos?
Francisco Castillo no se queda atrás en el gusto por la buena vida. Si no, ¿cómo explicar su meteórico paso de vendedor de agua Cristal a ser un poderoso empresario inmobiliario, propietario de muchas casas, edificios y terrenos. Por ejemplo, como diputado construyó una residencia con acabados de lujo y alberca en una céntrica colonia de Villahermosa, producto de las componendas con el entonces gobierno perredista de Arturo Núñez.
A cambio de apoyar los excesos y dispendios del peor de los gobiernos de la historia reciente, hizo mutis. No solo no denunció las frivolidades de la entonces primera dama, ni del operador financiero nuñista, sino que su complicidad lo llevó a acuerdos para evitar que el PAN postulara candidatos con probada capacidad y buena imagen, imponiendo recomendados del gobierno y perfectos desconocidos.
Así las cosas con estos personajes. Ahora buscan ser beneficiados con diputaciones plurinominales, como el caso específico de Jorge Ávalos, quien está recorriendo los municipios a nombre del PAN y su dirigencia, ofreciendo candidaturas a gobernador, presidentes municipales, indicándoles a estos incautos que pidan a la dirigencia su registro como diputado local pluri.
Francisco Castillo busca ser pluri federal, a pesar de estar haciendo trabajo político para algunos personajes de Morena, como Javier May Rodríguez. El cinismo de estos impresentables no tiene límites. Su doble juego lleva la misión de buscar candidatos a modo y sabotear desde ahí las candidaturas panistas.
Su carrera, marcada por el arribismo, el oportunismo y la traición, los ha llevado a la deslealtad hacia Gonzalo Fócil Pérez, Nicolás Alejandro León Cruz y Juan Francisco Cáceres de la Fuente, quienes los cobijaron y les dieron empleo, impulsándolos a cargos partidistas y de elección.
Ojalá Xóchilt Gálvez pueda tener la posibilidad de revisar que no se cuelen ningún hampón ni nada que se le parezca, para que los partidos puedan no postular gente impresentable que busque fuero o en el peor de los casos seguir aprovechando esos cargos para enriquecerse con dinero público”.
Hasta aquí la parte del texto más relevante. Como puede observarse, no están todos los que son, ni son todos los que están. Porque a esta lista de impresentables habría que agregar a un Luis Carlos Dupeyrón, quien sirvió por ocho largos años a uno de los protagonistas de la Estafa Maestra: el entonces rector de la UJAT, José Piña Gutiérrez. Y ni qué decir de otros exdirigentes panistas. Las pruebas están a la vista con decenas de publicaciones periodísticas que dieron testimonio de esas fechorías.