Guanajuato.- Entre sonrisas, en las dos calles de la Calzada de La Independencia, al lado del templo de San Francisco, en La Alameda, de Celaya, comentan que va a llover, aunque nadie abandona el lugar; al contrario, siguen llegando grupos por la avenida Carmen.
Son las 3 y media de la tarde del 18 de agosto y las nubes oscurecen. Las cartulinas en alto dan cuenta del acontecimiento: San Miguel Octapan está con Adán. Asisten de Irapuato, Yuriria, Salamanca, porque le han perdido el temor al fiscal Carlos Zamarripa Aguirre.
El entusiasmo marca las sonrisas, lo mismo que las nubes de tan gruesas parecen caer. Similar escenario se repite en la capital del estado, en la cuna de la Independencia.
El motivo, dos asambleas informativas de Adán, las últimas como aspirante a coordinador nacional de los Comités de Defensa de la 4T. Las próximas, decreta la muchedumbre, serán como ‘nuestro gallo a la Presidencia de la República’.
En Celaya, a las cuatro de la tarde, la regidora de Morena, Catalina Puga, comenta, sonriente, contagiosa, que participa en una reunión maravillosa.
–Estamos alegres, el equipo de Adán Augusto, el diputado Manuel Rodríguez, nos han devuelto la esperanza–, dice halagada-. Estábamos muy tristes, no sabíamos como salir de esta opresión, recuperamos la esperanza por el arrastre que tiene Adán, pero también por el gran trabajo de organización de Manuel.
Explica que en esta región tiene mucha influencia la iglesia y por eso la presencia del PAN, porque es una larga tradición, pero si de por sí Celaya es dulce, con MORENA, será más dulce.
En la espera de quien aseguran recibirá el Bastón de Mando para la Defensa de la Cuarta Transformación, las nubes están a punto de reventar, pero siguen llegando más grupos, alegres.
Detrás del presídium está la columna a Miguel Hidalgo con las frases doradas:
La ciudad de Celaya
un paso más en el camino
de la insurgencia
al que abrió las puertas
de la libertad y convirtió
los grilletes en derechos.
El reto de MORENA en Guanajuato es terminar con la violencia y la inseguridad pública, en la que la policía está implicada, acusan. Tiene que apoyar el campo y acabar la corrupción.
Catalina Puga camina en la lucha de López Obrador desde que fue dirigente nacional del PRD; denuncia que su familia ha sufrido robos y golpes. ¡Eso ya no puede permitirse!
-Después de las siete de la noche las calles quedan vacías -asientan.
Cuando algunas gotas rebotan en los toldos, a las 4:40, con el cielo negro del que amenaza un aguacero, llega a la Calzada de la Independencia el exsecretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández.
Entre saludos, abrazos, porras, truenos de matracas y batucadas de petroleros y ferrocarrileros, ondear de estandartes, López Hernández avanza lentamente al estrado; lo acompañan su esposa Dea Estrada, el delegado político Manuel Rodríguez González; también Miguel Ángel Chico. Carmen Ynés Delgado, Ernesto Prieto.
La presentación está a cargo del diputado federal Rodríguez González. Destaca que con los valores de lealtad y honestidad de Adán Augusto López Hernández crece el morenismo en Guanajuato.
El joven regidor José Agustín Gaspar le entrega un collar de los artesanos de Celaya. Le dice que hay que revisar los planes de estudios de los niveles de educación superior.
A las 5 de la tarde, al momento en que López Hernández toma el micrófono, las nubes revientan.
Los morenistas no van a guarecerse a las cornisas, a los quicios, prefieren apretujarse en el espacio de los toldos, atienden al aspirante presidencial, penden de la argumentación para defender los logros de la Cuarta Transformación.
Los zapatos, tenis, zapatillas, mojados por los riachuelillos de la tormenta, no son molestia para seguir el llamado a la defensa de los libros de texto gratuitos.
Relata que Ignacio Ramírez, El Nigromante, decidió las sobras de los rollos de papel para envolver las compras del mercado, cuando tenía varios quilos, fue a vender el único patrimonio, la herencia de su padre, un reloj de oro, y compró una pequeña imprenta para imprimir sus relatos y los regaló a los niños para que aprendieran a leer.
El aguacero continúa y continúa López Hernández con una de sus intervenciones más extensas, ésta es de 48 minutos.
“Ni la lluvia ni el viento detienen este movimiento”, asegura el exgobernador de Tabasco entre el aplauso y la porra.
¡Adán, Presidente, se ve, se siente!