Tiempo de Política

 

En las elecciones presidenciales de 2006 participaron dos tabasqueños que al dividirse el voto choco permitieron que el michoacano Felipe Calderón se alzará con la victoria «haiga sido como haiga sido», por solo 250 mil votos arriba de Andrés Manuel López Obrador.

No se dio el voto útil de los tabasqueños por intereses de grupo y partidista, porque a sabiendas de que no triunfaría Roberto Madrazo los priistas le ofrecieron su voto mezquino que postergó 12 años la llegada del primer choco a Palacio Nacional.

En ese entonces fueron priistas y panistas tabasqueños los que le negaron el voto útil a un paisano.

Lo grave es que en esta ocasión son chocos del mismo partido, Morena, los que le están negando el voto a un tabasqueño.

Por ello, la respuesta en Tabasco a la encuesta de quién debe ser (traducido al cristiano) el candidato de Morena a la Presidencia de la República entre Claudia, Marcelo o Adán, deberá sopesar lo que cada corcholata puede ofrecer a nuestro estado desde Palacio Nacional.

El primer presidente tabasqueño Andrés Manuel López Obrador autorizó obras con impacto directo en el estado como la refinería Olmeca de Dos Bocas en Paraíso y el tramo en territorio choco del Tren Maya, con generación de miles de empleos en la construcción de ambos proyectos y beneficios aún no valorados e incluso descalificados cuando estén en pleno funcionamiento en unos meses.

El corredor interoceánico de Coatzacoalcos a Salinas Cruz pasará de impacto indirecto a directo cuando se dé la conexión ferroviaria con el Tren Maya.

Son obras majestuosas que mitigarán el brutal desnivel de avance del centro y norte del país con el subdesarrollado sureste.

Pero no será suficiente.

Habrá que continuar con la infraestructura que permita la industrialización de nuestros estados que solo se han visto como surtidores de materias primas y productos agropecuarios, pesqueros y forestales, sin agregar valor alguno.

Tuve la oportunidad de acudir a Celaya y Guanajuato capital estatal al cierre de campaña de Adán Augusto López Hernández en busca de la coordinación nacional de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación, o sea la candidatura presidencial de Morena para las elecciones del próximo año.

Durante el recorrido de la ciudad de México hacia el Bajío se pueden observar con envidia de la buena la cantidad de parques industriales en los estados de México, Querétaro y el propio Guanajuato con su impresionante corredor de fábricas de Silao a León.

Es verdad que un presidente debe gobernar para todos los mexicanos, pero también es incuestionable que en el marco de la política lopezobradorista de la 4T de que «por el bien de todos primero los pobres», se debe continuar con la sana y justa estrategia de sacar del atraso a los estados del sureste, entre ellos Tabasco.

Ahí es donde está la decisión de por quién votar, si por los defeños o como se les llame ahora a los originarios de la CDMX o por otro tabasqueño.

En su asamblea de cierre en Celaya, Adán Augusto vivió la comunión en una abarrotada Alameda por vecinos de varios municipios circundantes a la ciudad de las cajetas, por la impecable logística del delegado político, el experimentado tabasqueño Manuel Rodríguez González.

El animado diálogo logrado por el gobernador tabasqueño se sintetiza a plenitud con una espontánea expresión local:

«Adán Augusto recibió de la gente el calor del Bajío»

Ahí quedaron los compromisos de Adán: continuar los programas sociales, reducir la edad de 65 a 63 años para recibir el apoyo a los adultos mayores, combatir la inseguridad. Celaya durante varios años se ha clasificado entre las 50 ciudades más violentas del mundo, etc.

Más tarde en la asamblea en Guanajuato capital se ratificó la conquista política del tabasqueño de un estado panista, como resultado del exitoso trabajo del delegado Manuel Rodríguez González.

Si se tratara de simplificar, es válido decir que los estados del centro y norte del país caminan prácticamente solos.

En cambio las entidades atrasadas por el olvido durante décadas por los presidentes de la República no originarios del sureste, son y deberán seguir siendo objetos de políticas e inversiones públicas y privadas que emparejen las cuentas del desarrollo.

No más mexicanos de primera y de segunda.

 

TIEMPO FUERA.- ¿Marcelo Ebrard o Claudia Sheimbaum son los indicados para continuar el desarrollo de Tabasco y demás estados del sureste? ¿De los tabasqueños, habrá voto útil o mezquino?