CARTA ABIERTA
Sin entrar en una confrontación directa, pero con énfasis, Dagoberto Lara ha aclarado las razones detrás de la demanda que por violencia política de género puso en su contra la exlideresa del partido en Centro, Adriana Victoria Marín Mendoza. De acuerdo a los hechos, la razón está con el dirigente estatal priista.
El contexto dice que Marín presentó una demanda ante el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana, IEPC, por violencia política de género. Argumenta ser víctima de este delito porque Lara no le notificó su remoción. También habló, según sus palabras, de discriminación por recién haber dado a luz. Igual habla de la falta de apoyo financiero para realizar los trabajos de la dirigencia municipal.
En respuesta, Dagoberto Lara negó los señalamientos. Por medio de un post en X, insinuó lo que hay detrás de la querella: los espacios en la lista de plurinominales para 2024. Escribió. «Ni violentamos ni coartamos aspiraciones de la militancia, pero jamás acordaremos espacios en la lista de representación proporcional».
En el post añadió que en el partido tricolor los espacios políticos «se construyen con trabajo, congruencia y lealtad a México», destacando el respeto a la ley y a las instituciones que la representan.
A juzgar por estos hechos, Adriana Victoria Marín se habría molestado tras no ser contemplada en la lista de las pluris, pero también por la falta de dinero para sostener sus actividades como dirigente. Acerca de su supuesta marginación tras haberse estrenado como madre, no hay prueba más que su testimonio personal, pero hay que respetarla.
En el primer tema, el de las pluris, la exdirigente municipal debería saber que la asignación se hace sobre la base de un acuerdo con la dirigencia nacional, los aspirantes y los sectores. Por lo mismo, no es una prerrogativa personal del líder del partido en turno. En cuanto a la falta de dinero para su labor como dirigente, es la consecuencia de una crisis financiera generalizada en el PRI de Tabasco.
Luego de perder las elecciones de 2018 ante Morena, la falta de dinero se agudizó y esto se hizo aún más evidente tras caer hasta el tercer lugar de las votaciones en 2021. La escasez de recursos se ha acentuado tras los golpes que el propio IEPCT ha dado al PRI al embargarle sus prerrogativas por sospechosas demandas de algunos extrabajadores. Sospechosas, porque se piensa que una mano menor del oficialismo ha movido la cuna para que ello suceda en perjuicio del partido.
¿Qué cómo, entonces, ha sobrevivido el PRI en los últimos tres años? En primer lugar, con dinero salido del bolsillo del propio Dagoberto. Poniendo casi en riesgo su patrimonio familiar, forjado en décadas sobre la base del esfuerzo empresarial, el ganadero ha mantenido a flote al expartidazo. Otros dineros, pocos pero dinero al fin, han venido de aportaciones voluntarias de varios barones del tricolor, entre ellos algunos exdirigentes.
Y como la sequía económica no es privativa de un comité municipal en particular, se ha necesitado de un auténtico sacrificio de quienes dirigen el partido en diversas áreas del CDE y del resto de los ayuntamientos. Esta es la razón, la principal dirían algunos, por las que varias ratas han saltado del barco, buscando refugio en otras siglas que les sigan proveyendo sin medida.
Por eso hay que reconocer el compromiso de quienes se han quedado en el PRI en esta época de auténtica guerra política, porque a varios les ha tocado también poner dinero de su pecunio. Es verdad que el dirigente nacional Alejandro Moreno no ha dejado sola a la dirigencia en Tabasco, porque la ha respaldado en este rubro; aunque ningún dinero alcanza. Y si a todo esto se la agrega la guerra sucia de una mano menor del oficialismo, el cielo luce realmente negro para los intereses del Revolucionario.
Ya el propio Dagoberto confirmará si le notificó oficialmente o no a Victoria Marín Mendoza sobre su cambio, y si esto es una infracción a la ley electoral. Pero de ahí a que haya un acto de violencia política de género hay mucha distancia. Menos aún, cuando se agrega la idea de no tener apoyo financiero.
Hay más episodios del sacrificio económico que el PRI tabasqueño ha enfrentado en los tiempos de la 4T. Porque no hay comparación con el periodo vivido bajo el gobierno perredista de Arturo Núñez, donde, por increíble que parezca, se mimó al tricolor de todas las formas. Hasta algún dirigente analfabeto pasó de la pobreza a la opulencia en un tris. Eran otros tiempos.