CARTA ABIERTA
Quien alguna vez estuvo a un paso de convertirse en el candidato presidencial de Morena, ha regresado con fuerza a la escena política.
Aunque su derrota en la contienda interna fue un duro golpe, su ratificación como coordinador de la bancada morenista en el Senado marca un renacimiento estratégico que reconfigura el tablero político, tanto a nivel nacional como en Tabasco.
La llegada de Adán Augusto al Senado está a punto de cumplir su primera misión: conseguir la mayoría calificada que Morena necesita para impulsar reformas constitucionales sin depender de la oposición.
Esta tarea, que parecía complicada, se ha vuelto más factible con la incorporación de los senadores electos del PRD, Araceli Saucedo y José Sabino Herrera (“traidores” los ha llamado el dirigente del PRI en Tabasco, Miguel Barrueta).
Podría decirse que el retorno de Adán es el resurgimiento del ‘adancismo’ en el panorama político nacional.
También envía un mensaje inequívoco a sus detractores y aliados: su estrecha afinidad con la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, ha sido confirmada.
Aquellos que apostaron por el fin de su carrera tras la derrota en la contienda presidencial, ahora deben reconsiderar su posición.
En Tabasco, este regreso equilibra las fuerzas entre el adancismo y el maycismo, este liderado por Javier May, quien se alzó con la gubernatura del estado en las recientes elecciones.
Lejos de provocar un conflicto abierto, esta coexistencia ha dado lugar a un entendimiento tácito que prioriza el diálogo y la cooperación sobre la confrontación.
Tanto Adán como May parecen haber comprendido que un conflicto entre ambas fuerzas los dejaría mal colocados frente a Sheinbaum.
Adán y May parecen comprender que “el respeto al derecho ajeno es la paz”; que ambos tienen mucho de qué ocuparse en sus respectivas gestiones como para andar husmeando en deberes ajenos.
La experiencia de Adán como secretario de Gobernación, su habilidad para navegar en las turbulentas aguas de la política, lo posicionan como un peso pesado en el mandato de la científica.
Esta resurrección es una señal de que en la política, como en la vida, las caídas no son definitivas.
Su regreso a los primeros planos muestra que la ‘real politik’ es un juego de largo plazo, donde la perseverancia y la estrategia pueden revertir las derrotas más amargas.