CARTA ABIERTA
El ‘fuego amigo’ de una facción del morenismo ha escalado otro extraño nivel: culpar al expresidente Andrés Manuel López Obrador de las recientes inundaciones en Tabasco.
En algunos espacios de opinión y en las redes sociales ha surgido una rara coincidencia: culpar a los pasados gobiernos estatal y federal de no haber hecho lo necesario en el dragado de los ríos y en las obras de infraestructura contra inundaciones.
En el caso de las inundaciones del fin de semana, algunas voces morenistas enfocaron sus baterías, por ‘coincidencia’, contra el expresidente López Obrador y el pasado sexenio estatal.
A diferencia de una postura genuina y congruente de la oposición, como el caso del dirigente priista Miguel Barrueta, quien con toda la legitimidad exige investigar lo que se hizo para evitar nuevas crecientes, esos ‘misiles fraternos’ persiguen un fin político que sólo sus autores del ala dura conocen de fondo.
Y es que es una de dos: o son muy ignorantes en el tema o insisten en crear villanos de telenovela.
Lo raro de este plan es que ahora han traspasado los límites de la incredulidad, al responsabilizar de las inundaciones al mismísimo ¡López Obrador!
Ha tenido que ser un experto quien salga a poner claridad a tanta desinformación sobre lo hecho en años pasados en dragado de ríos y obras de infraestructura contra inundaciones, y este especialista es Felipe Irineo, director general regional de la Conagua, que abarca los estados de Tabasco, Chiapas, Oaxaca y Campeche.
Al arrojar luz sobre las inundaciones que el sábado y domingo afectaron la zona de La Sierra, el funcionario federal ha dicho a esta columna que desde 2021 comenzó la primera fase del plan de dragado de ríos.
Estas labores estuvieron a cargo de la Marina, por órdenes del Gobierno federal, es decir del presidente, quien así cumplió una de sus compromisos de campaña con los tabasqueños.
El proyecto inició en 2021 y terminó en su primera etapa a mediados del 2024, abarcando el río González que descarga en la Boca de Chiltepec, llegando hasta El Espino y parte del Grijalva, para cuidar al municipio de Centro.
Igual se trabajó en los ríos Nacajuca, el Calzada y el dren Victoria, para totalizar 205 kilómetros.
Fueron doce las dragas compradas por órdenes de AMLO y que estuvieron a cargo de la Marina. Sí, el programa de trabajo estuvo a cargo de la Marina Armada de México, bajo la supervisión de la Conagua, y con apoyo del Gobierno morenista de Tabasco.
La ayuda de los gobiernos de Adán Augusto y Carlos Manuel Merino consistió en facilitar grúas para hacer movimientos de maquinaria en todos los tramos.
Con el producto del dragado se rellenaron zonas bajas de Centla, como las márgenes izquierda y derecha del río González, para que sirvieran como potreros a los ejidatarios.
Según lo que dijo Sheinbaum en campaña, el Gobierno de Javier May continuará con el dragado de los ríos, con mucho más fuerza, a partir de 2025.
Ya hay proyectos elaborados para dragar 400 kilómetros en los ríos San Cipriano, El Mango, Nacajuca y el Grijalva, parte del río Pichucalco y de la Sierra. Se continuará avanzando con el mismo esquema: las dragas de la Marina, la supervisión de la Conagua y el apoyo del Gobierno estatal.
En este punto, hay que recordar que a mediados de 2024 el entonces gobernador Carlos Manuel Merino pidió al presidente López Obrador que las doce dragas compradas en 2021 quedaran en Tabasco, a fin de seguir adelante con la siguiente etapa de las labores en el menor plazo posible.
En cuanto a las obras de infraestructura, Felipe Irineo asegura que el Gobierno de López Obrador también construyó camellones, drenes, muros y diques para proteger a Villahermosa.
Por ejemplo, se edificaron dos escotaduras para desviar el agua que llega a la capital por medio de la Laguna de los Zapotes y que desemboca en la zona honda aledaña al aeropuerto de Villahermosa.
Recordar asimismo que el cauce del río Grijalva, que nace en Chiapas, se refleja en tres municipios que carecen de obras de control y que fueron precisamente los más afectados por las inundaciones del fin de semana: Jalapa, Teapa y Tacotalpa.
Como todo mundo sabe, hay otra zona de riesgo de desbordamientos y es la provocada por los desfogues de las presas chiapanecas de Peñitas, Malpaso, Chicoasén y la Angostura.
El desfogue registrado cuando llegan a sus niveles máximos de llenado escurre al Mezcalapa, transitando por el Samaria y luego al Carrizal, todos ellos controlados por la compuerta El Macayo y que protegen a las localidades de Nacajuca, Jalpa y Cunduacán. Y es que el río Carrizal ya tiene un control con su desvío a El Samaria.
Lo cierto es que desde las presidencias de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto se ha avanzado en obras para evitar que Tabasco vuelva a inundarse como en las desastrosas crecientes de 2007 y 2020.
Esa infraestructura, ampliada en gran medida bajo el mandato de López Obrador, ha controlado la gravedad de las inundaciones en un 10 o 15%.
Aunque insuficiente, es necesario acotar que la mayor parte del estado estaría hoy bajo el agua si esas obras no existieran.
Y el dragado será una tarea permanente, porque los ríos traen muchos sedimentos y se quedan como azolve en las partes bajas de la geografía tabasqueña. Una vez terminada la actual fase, será necesario dar después un mantenimiento constante.
Por lo demás, el director regional de la Conagua explica, con la seriedad del caso, que en Tabasco es casi imposible evitar las inundaciones, porque la entidad está en una planicie que recibe el escurrimiento de la abundante lluvia de la zona norte de Chiapas.
En total, Tabasco cuenta con dos mil kilómetros de extensiones de agua, entre arroyos, lagunas y ríos, y hasta ahora sólo se han dragado 205 kilómetros, el 10 por ciento.
Y no se avanzó más porque, dice la fuente oficial, es técnica y humanamente imposible hacerlo en ese lapso transcurrido desde 2021.
Aunque extensa, esta relatoría de hechos es clave para entender la problemática de fondo y evitar la construcción de otra leyenda negra: culpar al pasado gobierno morenista de no haber hecho lo necesario para impedir nuevas crecientes.
El detalle es que con esa estrategia, poco inteligente, están llevándose de corbata al líder moral de la 4T, porque su Gobierno ordenó a la Marina Armada de México planificar y estar a cargo del dragado de los ríos.