Tiempo de Política

 

De los cuatro pendientes dejados por expresidente Andrés Manuel López Obrador (impunidad, corrupción, inseguridad, salud) ayer durante la conferencia mañanera presidencial se abordó el último tema con la afirmación del director del IMSS Bienestar, Alejandro Svarch, de que México contará con la red de servicios públicos “más grande del mundo”.

El funcionario federal presentó el programa “Médicas y Médicos para el Bienestar” y colocó la vara en lo más alto al aseverar que se refuerza el compromiso para que ninguna persona en el país quede sin acceso a los servicios de salud.

Explicó que para ello se armarán equipos multitudinarios para garantizar la atención médica continúa las 24 horas de los 365 días del año.

Sin embargo, luego del resultado fallido, específicamente en el compromiso de contar con un sistema de salud de la calidad del canadiense o danés durante la administración federal pasada, anunciar ahora que se tendrá el más grande sistema de salud del mundo, es por decir lo menos, temeraria y francamente no es época electoral para justificarla.

El camino es muy cuesta arriba: los hospitales públicos en el país carecen del mínimo de especialistas y sus almacenes no cuentan con la suficiencia de los medicamentos correspondientes.

Las citas se aplazan por meses y ante la carencia de las medicinas, los pacientes deben desembolsar cuantiosos recursos para adquirirlas en las farmacias privadas.

Ahora el compromiso de construir el sistema de salud más grande del mundo implica caminar paralelamente en dos vertientes: la calidad y la cantidad.

Por ello llama la atención de que la presidenta Claudia Sheinbaum ya había dicho que mantendrá la llamada super farmacia, que es una concentradora ubicada en el estado de Hidalgo, desde donde se reparten las solicitudes de medicamentos y materiales sanitarios para el resto del país.

La lógica es la descentralización física en sitios estratégicos. Alguna razón logística tienen las cadenas empresariales privadas que cuentan con los famosos Cendis, Centros de Distribución, ubicados por toda la República.

El país se divide en regiones bien marcadas: centro, sur, sureste, occidente, norte y las dos bajacalifornias.

Bien hará el gobierno federal en asesorarse con marcas refresqueras y de pan de caja, que llevan sus productos hasta el último rincón del territorio nacional.

 

TIEMPO FUERA.- Debe hacerse valer con mayor razón que la salud no es una mercancía, como la encaminaron para privatizarla con seguro patito los gobiernos del llamado periodo neoliberal, sino un derecho humano.