CHAPALEO
LA INTENCION del Tribunal Superior de Justicia de poner en marcha, dentro de las actividades con motivo de los 16 días de activismo contra la violencia hacia mujeres y niñas, la campaña “por una justicia con rostro de mujer”, me parece adecuada y oportuna pero incompleta porque se trata de un fenómeno que afecta a la sociedad en general y si lo que se busca es erradicarla, lo mejor sería compartir responsabilidad.
SE TRATA, según se dijo, durante una charla del voluntariado del TSJ, de crear conciencia sobre el fenómeno de la violencia de género, aceptar que realmente existe, porque está tan normalizado que muchas veces es imperceptible y algunas personas no se dan cuenta que están viviendo un acto de violencia, especialmente las mujeres.
Y ES tan IMPERCEPTIBLE que tal vez en ese evento hayan estado presente hombres (sí, hombres) y mujeres que sufren al interior de sus casas y se resisten a aceptarlo y denunciarlo.
POR TRATARSE de una acción que corresponde resolver al TSJ que se supone es el encargado de aplicar justicia, este es un buen principio, pero deben tomarse en consideración acciones compartibles para darles seguimiento, pues es algo tan complejo que no respeta ningún nivel de nuestra sociedad y por lo tanto no debe ser compromiso no solo de este voluntariado sino de los que existan en todos los niveles de gobierno y no solo para tomarse la foto.
ESTA CHARLA considerada informal, dada su importancia debe salirse de las salas de confort de las oficinas con aire acondicionado, refrescos, cafecito y bocadillos, para ser realizados en parques públicos y lugares de esparcimiento a la ciudadanía en general, no solo con expositores sino con médicos, sociólogos, sicólogos y profesionales que atiendan de inmediato cualquier denuncia para darle seguimiento.
BIEN LO dijo una de las expositoras, los cambios que se buscan no tendrán resultados inmediatos, hay que conocer y reconocer el problema y aceptar que no se van a resolver de la noche a la mañana, ni el año que viene, esta es una lucha constante, ardua; hay que empaparse, empatizarse, tomar valor, alzar la voz porque si no comenzamos el cambio éste jamás llegará.
LAS ESCUELAS secundarias en todos sus niveles económicos son un gigantesco vivero para poner en práctica todo aquello que facilite este trabajo utilizando al máximo las bondades que nos brinda gratuitamente la tecnología.
Y CLARO que hay más, mucho más, pero por hoy me voy no sin antes comentarles que no sé porque me acordé ahorita que cuando ocurre una explosión de un tanque de gas mal instalado, o fallece mucha gente a causa de un camión destartalado repleto de pasajeros o, como acaba de ocurrir en un centro nocturno, lo primero que se dice es “no volverá a ocurrir”. Una vez olvidado el incidente, superado el dolor por la ausencia de nuestros muertitos, regresamos a lo cotidiano. La vida sigue. . ..