CARTA ABIERTA
La aprobación de la ‘Ley Antinepotismo’ en el Senado, pospuesta para 2030 en lugar de 2027, ha dejado insatisfecha a Claudia Sheinbaum y revela una tesis clara: el poder presidencial sigue enfrentando límites ante los intereses de su propia coalición.
Sheinbaum buscaba un cambio inmediato para las elecciones de 2027, pero sus aliados PVEM y el PT priorizaron unos acuerdos políticos que perpetúan el statu quo.
Expusieron así una fractura entre la agenda reformista de la mandataria y las ambiciones de poder de dos partidos que siempre se han aliado con el poder en turno.
A pesar de todo, la advertencia de Sheinbaum es contundente: el nepotismo en 2027 “se va a ver muy mal”.
El detalle es que este mensaje carece de dientes legales, dejando la puerta abierta a impresentables como la pevemista Ruth González Silva, esposa del gobernador de San Luis Potosí, o el morenista Félix Salgado Macedonio, papá de Evelyn Salgado, para contender sin restricciones.
La modificación legislativa, aprobada el martes por 97 votos frente a 26, aplazó la reforma presidencial.
La ciudadanía percibió en Sheinbaum su genuina intención de erradicar el nepotismo, pero también la resistencia de una alianza partidista controlada por intereses locales y familiares.
Este episodio tiene implicaciones profundas.
Primero, la demora hasta 2030 refuerza dinastías políticas, contradiciendo el espíritu transformador que Sheinbaum prometió.
Segundo, su aceptación –“es lo que se pudo aprobar”– proyecta una imagen de pragmatismo forzado que refleja una profunda inconformidad.
La advertencia presidencial de “confiar el pueblo” como sanción al nepotismo, pondrá a prueba la complejidad de un sistema donde los intereses grupales siguen por encima de los intentos de cambio.
La paradoja es evidente: una reforma histórica quedó atrapada en negociaciones de corto plazo.
Si los ‘barones’ de Morena y sus aliados ignoran el llamado ético de Sheinbaum en 2027, estarán bajo la mirada presidencial.
Dentro de los muchos retos que ahora mismo enfrenta Palacio Nacional, ya no es solo aprobar leyes, sino alinear un movimiento diverso bajo un mando político coherente.
Por ahora, el nepotismo sigue siendo un mal pospuesto, no erradicado.
Y aquí, la razón le asistía, sin dudarlo, a Claudia Sheinbaum.
:LA RÚBRICA
El director de Aeropuertos y Servicios Auxiliares, Carlos Manuel Merino, inauguró las nuevas instalaciones de la Dirección General de Combustibles en ASA, un proyecto de cerca de 1500 metros cuadrados. La obra incluye mejoras en infraestructura y redes de cómputo, enfocadas en modernizar operaciones. Este esfuerzo busca fortalecer la posición de ASA en el mercado de combustibles de aviación, aunque su impacto real dependerá de cómo se traduzca en eficiencia y resultados. El exgobernador de Tabasco apuesta por la modernización en todos los aspectos de esta empresa paraestatal que opera y administra 18 aeropuertos, principalmente en regiones estratégicas y de menor tráfico, como Ciudad del Carmen, Puebla o Tepic.