CARTA ABIERTA 

Un suceso inesperado llamo la atención de la élite política en el acto de Claudia Sheinbaum en el Zócalo capitalino: un video donde Ricardo Monreal, Adán Augusto, Manuel Velasco, Alejandro Esquer, Luisa María Alcalde y Andrés Manuel López Beltrán aparecen de espaldas, tomándose una selfie, mientras la presidenta saludaba a unos pasos.

Lo que pasó después ya es historia conocida: el clip se viralizó y las columnas de opinión en la capital no han parado de diseccionarlo.

Ricardo Monreal lo llama “un error involuntario”, una explicación que encaja con la escena.

Pero no parece haber mala intención, solo un instante de distracción en medio del bullicio.

La propia Sheinbaum, en su mañanera del lunes, le quitó peso: “Estaban distraídos, es cosa menor”.

Y tiene sentido; en un evento así, con tanta energía, los detalles pueden escaparse.

Sin embargo, el tema creció.

Manuel Velasco y Adán Augusto ofrecieron disculpas, atribuyéndolo a “la emoción del momento”. Luisa María Alcalde habló de un fallo de protocolo. Andrés Manuel López Beltrán, por su parte, no ha dicho nada público aún.

Este revuelo político refleja cómo unos segundos pueden convertirse en un alud de interpretaciones.

No hay evidencia de un desaire premeditado, y Monreal aclaró que una reunión con Sheinbaum, posterior al mitin, fue por temas legislativos, no por el incidente.

Cada quien lo vivió a su modo: unos se disculparon, otros dejaron que el tiempo lo diluyera.

En redes y columnas se ha hablado de culpas y conspiraciones entre el claudismo y el obradorismo, pero visto desde afuera, parece sólo un tropiezo humano en un día importante para la presidenta.

De acuerdo a su discurso en la Plaza de la Constitución, Sheinbaum sigue adelante con su firme lealtad a López Obrador, como si fuera un escudo protector para el tabasqueño.

Y el Zócalo guardará esta anécdota entre las más interesantes que ha visto pasar.

:LA RÚBRICA

El hallazgo de crematorios clandestinos en Teuchitlán, Jalisco, ha sacudido al país, y Claudia Sheinbaum no dudó en calificarlo de “terrible”. Desde Palacio Nacional, señaló un fallo evidente: la Fiscalía estatal cateó el lugar, pero no lo resguardó, dejando que el horror quedara expuesto por el Colectivo Guerreros Buscadores. Restos óseos, ropa, balas y una carta de despedida pintan una escena escalofriante, vinculada a un grupo delictivo. El gobernador emecista Pablo Lemus colabora con el gabinete de seguridad, pero el caso exige más: investigación a fondo, claridad y justicia. Por cierto, la ley tendría que llamar a cuentas al exgobernador Enrique Alfaro, también de los colores de Movimiento Ciudadano…. El padre Solalinde manchó más su imagen con los miserables ataques a Isabel Miranda de Wallace, llamándola “anti mujer” tras su muerte. Su diatriba contra ella y Norma Piña, tildándolas de “podrido del Poder Judicial”, revela la bajeza de este clérigo oportunista. Criticar sin empatía a quien luchó contra el secuestro evidencia una moral selectiva. Sus palabras, lejos de sanar, envenenan el debate público.

 

 

Por Jorge Núñez

Periodista nacido en Villahermosa, Tabasco. Ha sido reportero de los diarios Contacto y a. m. de León, Guanajuato, además de Tabasco Hoy y Milenio Tabasco. También estuvo como jefe de la oficina del diario Correo de Guanajuato en la ciudad de León. Fue jefe Información de Diario Presente. Ha cubierto campañas presidenciales y a la gubernatura. Desde hace doce años es autor de la columna CARTA ABIERTA, publicada en varios portales electrónicos Twitter: @jorgenunez63