La Agenda en Red
En el mundo político de Morena, los murmullos se han vuelto un arte. Tras la reciente intentona de modificar la iniciativa sobre nepotismo electoral sin consultar a su coordinador, Ricardo Monreal, la tensión se vivió en la bancada morenista. Resulta que un pequeño grupo de legisladores decidió que la consulta era opcional, y así, la calma se transformó en tormenta.
Todo apuntó a que la diputada Gabriela Jiménez se convirtió en la villana de esta película, sin querer queriendo, acusada de andar de cabildera entre priistas y panistas para que la ley entrara en vigor en 2027, y no en 2030. ¡Qué joder!
Los diputados del PVEM, como siempre de interesados, advertieron que si Morena seguía por esa senda, no contarían sus votos, lo que habría significado un golpe de al menos 77 votos. ¡Así se las gastan!
Para conseguir la mayoría calificada necesaria para la reforma constitucional, los morenistas necesitaban desesperadamente el apoyo de la oposición. Y, aunque sabían que aliarse con el PAN era como jugar a la ruleta rusa, estaban listos para el riesgo.
Pero el destino les tenía una sorpresa: los panistas impusieron su condición. “Aceptamos el 2027, pero solo si se prohíbe postular a la Presidencia a un familiar directo de un ex Presidente durante 10 años”. Un pequeño detalle que, por supuesto, no pasó desapercibido.
Los negociadores de Morena, al recibir el mensaje, se dieron cuenta de que esto incluía al hijo de AMLO y con un giro irónico del destino, la conversación terminó.
¿Morena en un callejón sin salida? ¡Claro que sí!