CARTA ABIERTA 

Miguel Barrueta no tiene rivales. Con el respaldo de Alejandro “Alito” Moreno, el interino al frente del PRI en Tabasco se perfila como el candidato de unidad para dirigir un partido que lucha por mantenerse a flote en el estado.

Su elección estatutaria, un hecho consumado, será apenas el primer paso en una travesía titánica para intentar devolverle oxígeno a un tricolor que, con apenas el 3% del padrón electoral, busca no solo mantener su registro sino tener una mayor votación electoral respecto a lo obtenido en 2024.

El escenario es desolador. Un PAN entregado servilmente a Morena, un PRD inexistente y una oposición sin liderazgos fuertes.

En este panorama, Barrueta enfrentará la tarea de reconstruir un partido que ha perdido figuras emblemáticas como Gina Trujillo y que ha sido abandonado por otros históricos, como Benito Neme Sastré. A esto se suma un Movimiento Ciudadano que, lejos de ser alternativa, también parece haberse rendido ante el oficialismo por medio de su dirigente Pedro Palomeque Calzada.

El apoyo de los barones priistas locales —Andrés Granier, Dagoberto Lara, Chablé Torrano, Pedro Gutiérrez, Félix Sarracino— y las gestiones para reincorporar a Gustavo de la Torre Zurita refuerzan la narrativa de unidad interna.

No obstante, esta cohesión huele más a pragmatismo. La ausencia de competencia real en el proceso electivo expone una renovación sin sobresaltos.

Y aunque el diputado federal Erubiel Alonso trata de colarse en la historia atribuyéndose méritos inexistentes por su cercanía con Alito, lo cierto es que Barrueta no necesita su ayuda: ya tiene todo amarrado.

El verdadero reto no es ganar la dirigencia, sino evitar que el PRI se hunda definitivamente en 2027. Revivir un partido moribundo exige más que acuerdos entre barones; requiere propuestas nuevas, liderazgos con arraigo y un mensaje claro que conecte con una ciudadanía aparentemente hastiada del lazo AMLO-Morena.

Si Barrueta no logra articular una estrategia audaz, el PRI tabasqueño seguirá siendo un espectro político.

La pregunta no es si Barrueta será elegido, sino si tendrá el coraje de hacer algo distinto. De lo contrario, será otro nombre en la larga lista de quienes vieron naufragar al tricolor en un estado que alguna vez fue su bastión.

: LA RÚBRICA

Lili y Clemente, otra trágica historia. La identificación de los restos de Lili en una camioneta calcinada es un recordatorio del alcance del crimen organizado. Este matrimonio de comerciantes, humildes trabajadores que partieron a entregar mariscos, ahora forma parte de una estadística alarmante. Su caso evidencia la vulnerabilidad de quienes, sin protección, enfrentan a las redes delictivas. La muerte de Lili y la desaparición de Clemente reflejan una realidad que se repite con frecuencia en el gremio de los pequeños empresarios. Nunca será demasiado exigir seguridad, justicia y paz para quienes trabajando buscan vivir dignamente… El asesinato de Humberto y Castulito, policías municipales de Paraíso, desnuda una realidad: quienes protegen nuestras calles también son blancos fáciles. Despedidos con honores, su caso recuerda el alto costo que pagan quienes defienden nuestra seguridad… La advertencia del diputado priísta Fabián Granier, sobre la necesidad de realizar barridos veterinarios en Balancán y Tenosique, evidencia un problema de control sanitario que pone en riesgo al sector ganadero de Tabasco. El incremento de casos de gusano barrenador, una plaga devastadora para el ganado, revela fallas en la prevención y vigilancia. La informalidad en el tránsito ilegal de reses desde Centroamérica agrava la situación, convirtiendo la zona en un foco rojo para enfermedades. Aunque los expendedores del mercado Pino Suárez minimizan el riesgo, argumentando cumplimiento de normas, la posibilidad de contagio a otras especies, incluidos animales domésticos, es latente. Las autoridades estatales y federales del sector deben actuar con urgencia. Esta crisis del sector ganadero se suma a la muerte de casi 800 cabezas en Huimanguillo, como resultado de comer alimento contaminado. ¿Dónde está el titular de la Sedafop?.. Treinta y un años después del magnicidio de Luis Donaldo Colosio, el crimen sigue envuelto en una niebla de sospechas que envenena las entrañas del PRI. Las recientes acusaciones de Alejandro Moreno Cárdenas contra Manlio Fabio Beltrones —a quien vinculó indirectamente con el crimen— reavivan las llamas de una guerra interna que nunca se apagó. El 23 de marzo de 1994, Colosio cayó abatido en Tijuana, y con él, se desmoronó la estabilidad del sistema priísta. Aunque Mario Aburto Martínez fue detenido como único responsable, las versiones oficiales nunca convencieron. Francisco Labastida, entonces coordinador de campaña, advirtió a Colosio sobre riesgos antes del atentado, mientras que el asesinato de Francisco Ruiz Massieu —secretario general del PRI— meses después, profundizó la teoría de una conspiración más amplia. Las acusaciones actuales reflejan un PRI fracturado, incapaz de cerrar heridas. Aliti señala a Beltrones como parte de una “mafia” que habría orquestado el crimen para controlar al partido. Estas declaraciones no son nuevas: desde 1994, el caso ha sido un arma arrojadiza entre facciones, evidenciando la corrupción y las luchas de poder que minaron al PRI. Al haberse cumplido ayer domingo un año más del magnicidio, el legado del sonorense permanece como un espejo incómodo. Su muerte marcó el fin de una era y expuso las grietas de un sistema que, tres décadas después, sigue sin rendir cuentas claras sobre este traumático episodio de la historia nacional. El fantasma de Colosio segue persiguiendo al PRI.

Por Jorge Núñez

Periodista nacido en Villahermosa, Tabasco. Ha sido reportero de los diarios Contacto y a. m. de León, Guanajuato, además de Tabasco Hoy y Milenio Tabasco. También estuvo como jefe de la oficina del diario Correo de Guanajuato en la ciudad de León. Fue jefe Información de Diario Presente. Ha cubierto campañas presidenciales y a la gubernatura. Desde hace doce años es autor de la columna CARTA ABIERTA, publicada en varios portales electrónicos Twitter: @jorgenunez63