CARTA ABIERTA 

Pemex reportó una pérdida neta de 43,329 millones de pesos en el primer trimestre de 2025. La petrolera atribuyó esta caída a una disminución en ventas, mayores gastos administrativos, costos financieros más altos, pérdidas cambiarias y mayores obligaciones fiscales. A pesar de recibir capital del Gobierno federal, la deuda total de Pemex se elevó a más de 101,000 millones de dólares.

Este resultado negativo se suma a una serie de problemas estructurales que arrastra la empresa: producción en declive, deuda creciente, huachicoleo persistente y una administración cuestionable.

A Pemex lo prometieron rescatar, pero la arrastraron más al fondo. Y quien capitaneó esa misión fallida de 2019 a 2024 fue el tabasqueño Octavio Romero Oropesa, dejando a la petrolera estatal como una de las más endeudadas del planeta.

La coyuntura es clara. Los últimos reportes revelan que Pemex, ahora en manos del físico y maestro en Ingeniería Energética por la UNAM, Víctor Rodríguez Padilla, se encuentra financieramente contra las cuerdas.

Su deuda ronda los 97 mil millones de dólares. La deuda a proveedores, que era de 149 mil millones de pesos en 2018, se disparó hasta superar los 500 mil millones en 2024.

La producción cayó a su peor nivel en décadas. ¿Y el combate al huachicol? Fracaso doble: el robo de combustible tradicional sigue vivo, y el huachicoleo fiscal –millones de litros de gasolina ingresando al país sin pagar un solo peso en impuestos– ha golpeado todavía más las finanzas de la empresa.

La desastrosa gestión del técnico agrónomo fue caótica, desconectada de la lógica del negocio energético. Las refinerías, como la Olmeca, fueron prioridad, aunque perdieran dinero. La exploración se dejó de lado. Y la corrupción, esa que prometieron desterrar, siguió fluyendo como el petróleo.

Muchos recuerdan cómo se le cobijó, cómo se le protegió pese a los resultados. Pero los números no perdonan. Y ahora, la duda está sembrada. Porque si algo enseñó su paso por Pemex, es que la lealtad no sustituye la capacidad.

Ahora que Romero es director del Infonavit, se generan inquietudes sobre la posibilidad de que los grandes problemas que dejó en Pemex se reproduzcan en esta institución.

El ceño se frunce más, porque se sabe que algunos de Morena en Tabasco lo siguen promoviendo tras bambalinas para ser candidato a la gubernatura en 2030. Claro, haciendo caso omiso a un supuesto ordenamiento del INE que establece la obligación de que sea una mujer la próxima mandataria estatal.

Por lo pronto, ahí están sus números en Pemex. Porque sería muy injusto achacar al buen hombre Víctor Rodríguez Padilla la tendencia que la empresa tiene desde los últimos seis años y medio.

:LA RÚBRICA

La llegada de las lanchas al embarcadero de Las Gaviotas recupera el transporte fluvial en Villahermosa. Tras años de abandono, es una gestión que apuesta por soluciones prácticas a problemas cotidianos. La alcaldesa Yolanda Osuna, desde una visión de continuidad y orden, ha cumplido una promesa de campaña al concretar esta acción. Aún faltan detalles por definir, pero el solo arribo de las embarcaciones marca una diferencia: no es discurso. Se abre así una posibilidad real de mejorar la movilidad y devolver funcionalidad a una vía tradicional para muchos… Los apagones de los últimos días son síntomas de un abandono que ya no se puede maquillar con excusas. La exigencia del presidente de la COPARMEX, José María Bastar Camelo, es legítima y urgente. Lo que señala no es una exageración: es el grito de quienes producen, trabajan y pagan por un servicio que no reciben con calidad ni constancia. El sur del país no puede seguir a merced de la inestabilidad eléctrica como si fuera un daño colateral aceptable. Garantizar el suministro no es un favor de la CFE: es una obligación que ya se está incumpliendo con demasiada frecuencia. Y esta es una maldita herencia de Manuel Bartlett… Las lluvias del viernes dejaron otra vez calles anegadas, pero también una evidencia clara: gran parte de la culpa no es del cielo, sino de nosotros mismos. No importa cuánto inviertan las autoridades en drenaje si seguimos tapándolo con basura. Botellas, bolsas, muebles viejos… usamos los ríos y alcantarillas como basureros. El Obispo de Tabasco, Gerardo de Jesús Rojas, lo dijo sin rodeos: esto es un problema cultural. Y tiene razón. Mientras no entendamos que ser limpios es una responsabilidad compartida, cualquier llovizna será tragedia. No basta con quejarse; urge dejar de ensuciar. Las inundaciones son también reflejo de nuestra indolencia. Es cómodo culpar al gobierno, pero más honesto sería mirar nuestras sucias acciones como simples ciudadanos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Por Jorge Núñez

Periodista nacido en Villahermosa, Tabasco. Ha sido reportero de los diarios Contacto y a. m. de León, Guanajuato, además de Tabasco Hoy y Milenio Tabasco. También estuvo como jefe de la oficina del diario Correo de Guanajuato en la ciudad de León. Fue jefe Información de Diario Presente. Ha cubierto campañas presidenciales y a la gubernatura. Desde hace doce años es autor de la columna CARTA ABIERTA, publicada en varios portales electrónicos Twitter: @jorgenunez63