CARTA ABIERTA
Hay que escuchar a Alejandro Frías Díaz. Su voz no es la de un político. Es la de un hombre que ve cómo se hunden los proveedores de Pemex. Como presidente de CANACINTRA en Tabasco, él no opina por opinar. Él cuenta quiénes están pagando los platos rotos por la crisis del “debo no niego, pago no tengo”.
Los números que presenta son brutales. No son estadísticas frías, son lápidas.
Más de 5,000 empleos perdidos. Mil despidos cada mes. ¿Se entiende la magnitud de esto? Son miles de familias que se quedaron sin sustento de un día para otro.
Al menos 500 empresas, claves de la economía local, esperan pagos que no llegan desde hace más de un año. De ellas, más de 100 ya bajaron la cortina para siempre. Quebraron. El gigante, Petróleos Mexicanos, simplemente decidió no pagarles.
Esto ya no es una crisis, es una catástrofe de proporciones mayúsculas. Sí, por una decisión perversa, tomada en una oficina lujosa de la Ciudad de México por Octavio Romero Oropeza cuando fue el todopoderoso de la empresa pública.
El empresario de la industria de la transformación lo deja claro. El 70% de la economía de Tabasco depende del petróleo. Cuando Pemex no paga, ahoga a sus proveedores. Corta el oxígeno de todo el estado. Es un efecto dominó que derrumba talleres, hoteles, constructoras y restaurantes.
¿Cómo puede un gobierno exigirle a una empresa privada que pague impuestos, nóminas y prestaciones, si el propio gobierno, a través de Pemex, no le paga por el trabajo ya realizado? ¿Con qué cara?
La denuncia de la CANACINTRA tabasqueña es más que un lamento. Es un acta de hechos. Es la crónica puntual de cómo la arrogancia y la simulación financiera de un solo hombre, agrónomo de carrera y premiado ahora con otro cargo en el Infonavit, lleva a su propio estado a la ruina.
Las promesas vacías del nuevo director de Pemex, Víctor Rodríguez, no sirven. La gente no come de paciencia.
Los datos del presidente de la CANACINTRA, publicadas por El Heraldo de Tabasco, son el verdadero rostro del sexenio pasado en Pemex. Una herencia de quiebra y traición a sus paisanos del llamado ‘Jodi’
:LA RÚBRICA
Que tiemblen las potencias industriales del país: la nueva era de prosperidad en Tabasco no llegará en barcos de nearshoring, sino en charolas de panetela. El festival en Zapata consolida la vanguardista estrategia oficialista: una potente cuádruple hélice de desarrollo basada en chocolate, queso, butifarra y, ahora, el pan dulce. Los grandes proyectos industriales pueden esperar. Con emprendedores felices, el futuro del estado ya huele a levadura y piloncillo. La economía tabasqueña, como una buena panetela, está lista para esponjar. El desarrollo es un horno… La Estrategia del Comal. La entidad afianza su desarrollo no con la llegada de armadoras, maquiladoras o nuevas franquicias mundiales o nacionales, sino con la heroica proeza de sus tortilleros. Mantener el kilo de tortilla a $24 pesos se revela como el pilar de una magistral estrategia económica de Katia Ornelas… Aunque duras, las palabras del obispo Gerardo de Jesús Rojas son una verdad innegable. Calificar la violencia actual como un “purgatorio” es un diagnóstico profundo. Describe un estado de sufrimiento colectivo que nace de un vacío interior: la ausencia de caridad, empatía y valores fundamentales. La agresión en las escuelas o la crueldad animal son el reflejo de una sociedad que, al descuidar su “molinito” interno —el amor y el respeto—, cosecha la violencia. El obispo acierta: esta crisis es la dolorosa consecuencia de un prolongado abandono espiritual y moral… El sábado, se ha informado del sensible fallecimiento de doña Olga Ordóñez viuda de Izundegui, una respetada figura de la sociedad tabasqueña y compañera de vida del recordado político Amador Izundegui Rullán. Doña Olga fue el pilar y apoyo fundamental durante la destacada trayectoria de su esposo, quien fue uno de los políticos más influyentes de Tabasco en el siglo XX. Izundegui Rullán, fallecido en 2009, ocupó importantes cargos como senador de la República, Secretario de Educación Pública y alcalde del municipio de Centro por el Partido Revolucionario Institucional. A lo largo de su carrera, Doña Olga fue su compañera inseparable, encarnando el conocido adagio que dice: “detrás de un gran hombre, hay una gran mujer”. En muchas esquelas que circulan públicamente, entre ellas la firmada por el exgobernador Carlos Manuel Merino Campos y familia, se expresan las condolencias a la familia Izundegui Ordóñez. La nota de pésame extiende un afecto especial a los hijos del matrimonio: José Amador, Gerardo y Olga, deseándoles fortaleza y serenidad ante tan irreparable pérdida.