Franja Sur
El bienestar, la prosperidad, el orden y el mejoramiento de los servicios públicos difícilmente serán alcanzado por un gobierno si no van de la mano del ejercicio de la política.
Hoy, los habitantes y las organizaciones sociales siguen esperando que despunte, de señales de vida, la administración del municipio de Centro, encabezado por Yolanda Osuna Huerta.
Si bien es cierto, llegó con la fama de funcionaria intachable en el ejercicio público, con cero negativos y con la aureola de pertenecer a una de las familias ejemplares de Villahermosa.
Pero eso no es suficiente para llevar a buen destino a un gobierno, pues el oficio político no es obra de la causalidad ni se compra en la tienda de la esquina. Es necesario conocer cómo debe ser la política para ser una buena política.
Ante ello, la población de Centro primero debe saber quiénes están a la cabeza del ayuntamiento: esto es, Yolanda Osuna Huerta en la presidencia municipal; Fernando Calzada, director de Finanzas, y Carlos Juárez, en la dirección de Programación.
Después preguntarse: ¿Yolanda Osuna es política o burócrata?, claro, todo sabemos que toda su vida ha sido burócrata. Fernando Calzada, ¿es político o burócrata?, igual burócrata, y Carlos Juárez Torres, otro burócrata.
Luego entonces, es una quimera pedirle peras a un árbol de olmo. ¿Cómo buscar la acción de la política en quienes su papel de toda la vida ha sido el de administrador?
En una sociedad compleja como la nuestra, no basta con ser buena persona para estar en un cargo público, urge el acercarse al pueblo, el dialogo, buscar los acuerdos, el cabildeo, el ser ejecutivo, el ser pueblo, pues, no enclaustrarse en las oficinas y en el trabajo de gabinete.
Así, es necesario mantener la llama encendida de la relación entre gobernantes y gobernados a fin de que el diálogo y los acuerdos con todos los sectores sea una premisa y se logre la ecuación: orden y obediencia.
Pero si nos remontamos a la trayectoria de trabajo de Yolanda Osuna, Fernando Calzada y Carlos Juárez, que son la columna vertebral de la administración de Centro, nos encontramos que toda su vida han estado metidos en la administración, incluso son reconocidos como buenos servidores públicos.
Pero, para gobernar les falta la gracia del gitano, es decir, adolecen de la materia de la buena política que, por cierto, no es poca cosa en el quehacer de la administración pública.
Tal vez por ello, hoy por hoy el ayuntamiento de la capital del estado luce estático, no se les ve acción, muestran desánimo en la pasión por el servicio, y es que si no se pone en práctica el oficio político no puede haber diálogo y, no habrá evolución en el municipio de Centro.
Claro, con los conocimientos que tienen en la burocracia, este gobierno municipal seguramente entregará una administración con cuentas limpias, con los números bien cuadrados, pero no más.
A la fecha hay temas pendientes sin resolver y, ellos lo saben, empezando por atender el problema con locatarios del Mercado Público “José María Pino Suárez” y el del panteón de Sabina, por citar sólo dos botones.
Debe haber, pues, un golpe de timón de parte de la alcaldesa Yolanda Osuna para enderezar el rumbo. Rodearse de los que saben hacer política, de los que le conocen al tema, para alcanzar las metas en la obra pública y en los servicios públicos, esto es, lo que prometió en campaña.
Ahí se las dejo.