Carta Abierta
Con el cuento de ser una alternativa opositora frente a Morena, el PRD ha ideado la estrategia de señalar todo cuanto hace o deja de hacer el Gobierno de Carlos Manuel Merino. La idea resultaría acertada, y hasta plausible, si no fuera porque este partido lideró uno de los sexenios más desastrosos en la historia reciente de Tabasco.
En efecto, con Arturo Núñez como gobernador, el hoy senador Juan Manuel Fócil y el actual dirigente estatal del partido, Javier Cabrera Sandoval, no sólo callaron sino que hasta le aplaudieron toda la serie de despropósitos que llevaron a la entidad a caer en una fuerte crisis social, económica y política.
Es verdad que Fócil fue una especie de ‘piedra en el zapato’ para Núñez porque no congeniaron del todo, pero al final fue un abierto cómplice de todas las decisiones que desde el Ejecutivo perjudicaron a Tabasco.
Nunca alzó la voz ante la persecución política contra Andrés Granier, tampoco se opuso a los empréstitos que llevaron al Gobierno a un fuerte endeudamiento. Tampoco protestó ante la sospechosa desarticulación del Transbús, ante los asesinatos de líderes transportistas y magisteriales o sobre los crímenes de dos conocidos periodistas opositores al régimen. Calló después frente a la bancarrota financiera de fin de sexenio que llevó a protestas de trabajadores en varios frentes, como fueron los casos de la Secretaría de Salud y hasta de la Fiscalía General del Estado.
También se mostró como una sedita cuando la Sedafop le regaló la finca Las Lilias a una empresa privada. Y la lista podría seguir y seguir: con los altos índices de criminalidad, la fraudulenta compra de un dron y de un helicóptero, los evidentes casos de corrupción en varias dependencias y ayuntamientos, la caída dramática en la generación de empleos y el fracaso en los acuerdos con la CFE para lograr una tarifa más barata.
Lejos de desmarcarse a tiempo y pintar su raya con respecto a las decisiones de Núñez, Fócil privilegió sus intereses personales, situándose primero como diputado federal y luego como legislador local. Fueron seis años de gloria que le permitieron salvar su situación particular por encima de los intereses generales de los tabasqueños.
Ahora que busca erigirse como una especie de salvador de Tabasco, por medio de señalamientos de diversa índole que comparte con su títere en la dirigencia estatal del partido, Javier Cabrera, el senador, en realidad, tiene muy pocos méritos para dar lecciones de nada. Aunque como oposición debe señalar los errores en la gestión de Merino, el asunto está en que al haber sido copartícipe del Gobierno de Arturo Núñez, contribuyó a esa situación caótica de fin de sexenio que tanto daño causó a los ciudadanos.
Fócil y Cabrera le apuestan a la amnesia colectiva buscando posicionar al PRD como una alternativa, cuando la verdad es que ya tuvieron su oportunidad… y la desperdiciaron. Al final, el Sol Azteca y quienes ahora lo encabezan son unos recicladores de la realidad política de Tabasco. Unos auténticos caraduras sin memoria.
: SIN CASTIGO
A pesar de los señalamientos de presuntos actos de corrupción en el Hospital General de Comalcalco, que se expusieron en esta columna el 8 de febrero (https://cartaabierta.mx/2022/02/08/el-hospital-de-comalcalco-da-la-espalda-a-la-4t/), la secretaria de Salud, Silvia Roldán, se ha abstenido de tomar las medidas que se esperaban de su parte.
Esta inacción ha llevado al desánimo de quienes recabaron pruebas para señalar al director del nosocomio, Israel Sánchez Córdova, y a los principales jefes de departamento en las diferentes áreas médicas y administrativas.
No se entiende cómo es que funcionarios desleales a los principios de la 4T pueden seguir violando la ley sin que haya consecuencias al respecto. De todas formas, los inconformes al interior del Hospital aún esperan que Silvia Roldán revise el caso y proceda en consecuencia.