LA POSTA
¡CHANFLE! ¿Serán los triglicéridos, el colesterol o la resaca? me pregunté. Nada de eso. Fue un temblor de 6 grados con epicentro en Oaxaca que se sintió justamente cuando me enteraba del zafarrancho en el estadio de futbol de Querétaro entre la porra de Los Gallos y la del Atlas de Guadalajara. Un día antes surdió como desperdicio ajeno en zona inundada, una plática entre un ministro de la corte y el fiscal de la República donde este le exigía actuara favoreciendo sus intereses muy particulares. Mientras esto pasaba, la guerra de Rusia contra Ucrania y el Covid19 pasaban a segundo término gracias al zafarrancho y a que el fin de semana obra milagros, casi nadie se enferma, los hospitales lucen vacíos y los bares repletos de parroquianos disfrutando del futbol. Pordiositosanto.
AUTOGOL. No recuerdo qué cronista deportivo se autoflageló cuando en una edición vespertina dijo que el futbol debería llamarse “cerveza” pues corre como agua y es el motivo de que muchos disfruten del partido cuando su equipo va ganando o se pongan pesados cuando va en desventaja, los ánimos se exaltan y empiezan los pleitos con los vecinos que le van al equipo contrario. Ya comenté lo que pasó en una ocasión en que periodistas de la vieja guardia nos enfrentamos en un partido de futbol contra los jóvenes locutores en el estadio de los Mazorqueros de Ciudad Guzmán, Jalisco. El convocante nos advirtió: traigan lo necesario para el partido. Todos llevaron cerveza y botana, ninguno llevó balón, otro poco y se suspende. De ese tamaño es la pasión…por la cerveza.
FUE PENALTY. Sospecho que toda esta semana el tema de los comunicadores profesionales de la TV del altiplano será el zafarrancho en el estadio de la Corregidora de Querétaro. El domingo no hubo otro tema, los locutores repetían hasta el cansancio: “El día de ayer” o sea, ayer, “el futbol mexicano sufrió su peor desgracia”. Dramatizaron mucho sobre este tema como si fuera el fin del mundo. Mientras todos despotrican en contra de las porras, del gobernador queretano, Mauricio Kuri, de Mikel Arriola y de la LIGA MX, la cerveza clara u oscura, fría o al tiempo, se pasea por todos los estadios de futbol y beisbol muy campante.
TIRO DE ESQUINA. En un país donde el presidente es el primero que no respeta la ley e invita a que los ciudadanos hagan lo mismo usando un slogan de los 60s: “Prohibido, prohibir”. Un país donde el presidente no entiende que la base de la política es la negociación y el chiste de gobernar es hacer que los ciudadanos diferentes convivan en santa paz. Un país donde el principal objetivo del Estado que era la seguridad de la población ha quedado sin efecto, donde el ejército se dedica a labores administrativas y junto con los policías, son sobajados por ciudadanos irresponsables y delincuentes. Un país al que José Alfredo Jiménez definió en una de sus canciones: “Vámonos, alejados del mundo, donde no haya justicia, ni leyes ni nada, nomás nuestro amor”. En un país así, hay que esperar cosas peores que el zafarrancho en la Corregidora.
LA CAMINERA. No hay ningún espacio donde el gobierno de la 4T no haya metido la nariz y roto el equilibrio. Contrario al famoso rey Midas que todo lo que tocaba lo convertía en oro, nuestro querido paisano, todo lo que toca lo descompone, lo pudre, lo contamina. La educación, la salud y la seguridad pública en México están en proceso de descomposición. Los sucesos violentos en un partido de futbol y en cualquier calle, es señal de la descomposición acelerada de la convivencia social en México. Sea por Dios.