Franja Sur
Las redes sociales permiten hoy comparar la información veraz, elaborada por periodista profesionales, con aquella información basura que el común de la gente copia y pega y comparten con ilimitada irresponsabilidad.
Si se llevara registro de la información falsa que circula en redes sociales en estos tiempos de polarización política y de coronavirus, este ya hubiese roto el récord Guinnes.
Porque personas perversas, no se le puede calificar de otra forma, que están dedicadas a inventar sucesos o bien a reciclar y manipular videos de acontecimientos pasados o información sin verificar su autenticidad para luego lanzarlo al espacio cibernético, tienen toda la intención de manipular a incautos.
Sobre todo al sector que no se informa, que no son pocos, y estos se convierten en cómplices de la desinformación al dedicarse a copiar y pegar mensajes o información falsa. Los que actúan de tal forma caen en irresponsabilidad vergonzosa.
Pero sólo ellos saben a qué interés responden, pero en nada ayudan a la población a comunicar de manera correcta, pues sus pasiones retorcidas por el fanatismo que los ahoga, los empuja a realizar estos actos inmorales.
Mentir, engañar, manipular riñe con los valores que nos enseñaron en las escuelas y deben ser principios fundamentales en todo ciudadanos de bien.
El problema de la desinformación se agudiza en las llamadas redes sociales cuando los usuarios de Whatsapp, particularmente, sin confirmar la fuente dan crédito a semejantes Fake News –las mentiras en internet– y comparten un mensaje o video falso sin rubor alguno.
Creen influir y convencer a los receptores del círculo rojo, cuando en este sector se encuentran las personas con la mayor información posible y, lo único que logran es la pena ajena de los receptores de sus mensaje.
«Se han tragado un océanos de mentiras y sin pena ni más vergüenzas exhiben el tamaño de su ignorancia y la manipulación de la que han sido carne de cañón», esto me comentó un académico de la UJAT cuando le mostré varios mensajes que habían llegado a mi celular.
«No los corrijas, déjalos así, porque en vez de agradecerte se van a molestar», me dijo. Aunque tengo por norma no contestar insultos ni provocaciones. Lo escrito escrito está.
Por supuesto que las personas tienen manera de informarse bien, y, las herramientas están al alcance de sus manos, sólo basta que tengan el interés de hacerlo. Por ejemplo, cuando les llegue una información de la que tenga dudas, pero les pica las manos por compartirla entre sus amistades, la solución está en los medios tradicionales.
En estos diarios, canales de televisión o radio, ya sea de circulación estatal o nacional, trabajan los reporteros profesionales de medios acreditados que, por supuesto, no pueden llevar una información a su medio si ésta no está debidamente confirmada y saben lo que enfrentarían si lo hicieran: engañarían a los editores, asimismo a los lectores y ese reportero sería despedidos de sus labores.
Sabemos que en estos tiempos en que cotidianamente la prensa es atacada desde el poder –a diario reciben descargas de odio desde el oficialismo–, por eso a ese sector particularmente, adicta al gobierno les incomoda hoy saber de periodistas.
Sobre todo les irrita la opinión de columnistas críticos, pero éstos sólo ejercen así su libertada de expresión, como lo hacían muchos periodistas con gobiernos anteriores. Es falso de toda falsedad que antes no se criticaba al poder, quien lo afirma, está negando la historia de este México nuestro. Ahí están las hemerotecas, para los desinformados.
Además, en las columnas va la opinión de sus autores, no la del periódico. Y es que un impreso no sólo se compone de analistas, ahí trabajan igual reporteros, los diaristas, los cazadores de información para llevarla a los lectores. Son, pues, los periodistas profesionales.
Por fortuna no es todo el pueblo de México el que rechaza hoy a los medios tradicionales, hay muchos mexicanos que siguen confiando en la prensa de este país.
Bien, pues les comentaba que en la bendita prensa encontrará la información real de la noticia. Si no quiere el lector ser timado con información falsa, con Fake News, en su mismo celular tienen la herramienta de Google para entrar a portales de distintos medios locales y nacionales.
De la prensa estatal ya el lector tabasqueño conoce a los distintos medios. Los lectores de fuera del estado con poner: “periódicos de Tabasco”, ahí encontrarán a los medios locales.
En el ámbito nacional tienen varios medios que puede consultar, ya que durante el día están subiendo información a cada momento. Tiene, pues, el lector para escoger: Milenio, La Jornada, Excélsior, El Universal, Proceso, El Heraldo de México, Reforma, El Economista, El Financiero, Carmen Aristegui; entre otros.
Esta es una manera con la que el usuario de redes puede evitar ser sorprendido con información falsa. Además, antes de compartir, verifique la veracidad de la información. El hecho de que circule en redes, no quiere decir que sea real. No caiga en el engaño.
Ahí se las dejo.