El Tutupiche
Recientemente el Consejo Estatal del IEPCT decretó que el presidente de la mesa directiva del Congreso del Estado, Emilio Contreras Martínez de Escobar, no incurrió en violencia política de género contra Lorena Beauregard de los Santos; o sea, no hay pito que perseguir, digo, delito que perseguir.
Todo se derivó cuando periodistas le preguntaron al presunto acusado sobre la hoy demandante, y dijo la frase: ‘No sé qué pitos toca’, refiriéndose a que no sabía a qué se dedica la dama en cuestión.
De inmediato ella lo demandó por violencia de género, atribuyendo a la frase, una connotación sexual, y aunque es bien sabido que se usa en ocasiones como sinónimo del órgano sexual masculino, el demandado solo se refirió a que no sabía cuál era su función en cuanto al tema: la tarifa eléctrica, que aunque sea la ‘1F’, viene más cara que las demás letras de todo el abecedario.
Cabe señalar que aunque hay trabajos que desarrollan mujeres, con pitos, por ejemplo: agentes de tránsito, músicas, arbitras, payasitas, etc., el susodicho nunca encasilló a la susodicha, en alguno de ellos, mucho menos en una profesión que requiere de mayores estudios, como la urología.
Para muchos, lo que la presunta ofendida busca, es notoriedad en pos de sus objetivos políticos, que si bien, es válido, en ésta ocasión parece no haberlo conseguido como un triunfo, en el que sancionaran al también notario y además, le ofreciera disculpa pública.
Y pese a que Contreras Martínez de Escobar es todo un caballero, y que de ser necesario, dijo antes del resolutivo, se disculparía con la Beauregard, ésta no las aceptará así nada más, si no que seguramente impugnará la decisión a través del Juicio para la Protección de los Derechos Políticos Electorales del Ciudadano.
A ver en que pitos termina este asunto, pero sin duda que el próximo será: el pitazo final, ya que no se irán ni a tiempos extras, ni mucho menos a penalties.