CHAPALEO
(55 años de actividad periodística en prensa, radio y tv)
SI LA impotencia es más grande que mi propio yo y no tengo capacidad ni para reconocer mis propios fracasos, como último recurso recurriría a aquel viejo adagio “si no puedes contra el enemigo, únete a él”
Y MUCHOS políticos, principalmente del viejo cuño lo están haciendo, doblegan su orgullo, se olvidan del que dirán, dejan la vergüenza -¿qué es eso?- por un lado y se lanzan a la aventura, más por ambición que por convicción, por “a ver que sale”
MUCHO ANTES del proceso electoral bautizado como “revocación de mandato” se despertó la jauría; prensa, radio y televisión, pero principalmente las redes sociales hicieron su agosto en abril y, lógicamente en algo hizo mella, pero no del tamaño esperado.
EL ENEMIGO a vencer en México -en esta ocasión- no son los políticos, es la clase alta, la fi fí, empresarios, industriales, banqueros, líderes sindicales, que resultaron ser los más afectados en su economía; esta cuarta transformación ha mermado de manera alarmante sus ingresos y eso los mantiene al acecho, no duermen, buscan salidas por todos lados, están inquietos, no saben qué hacer y más hoy que están al descubierto. Se sabe quiénes fueron, por eso para ellos el mensaje “no odio, por eso soy feliz”.
PERO ALGUIEN dijo por ahí, la venganza es tarde, pero es dulce.
¿QUE HACER ante tal disyuntiva?, me refiero a políticos opositores y al sector fi fí molesto, pues no hay más que doblegarse y unirse al enemigo. Para mí, eso es lo más saludable y a esperar mejores tiempos, sin olvidar que el poder se ejerce, no se comparte.
UNA CLARA muestra de fidelidad, más que por convicción, la dio nuestro ex gobernador Adán Augusto López Hernández, político que vio más allá del PRD y se fue a MORENA -cambió de partido- se doblegó, se aguantó como los buenos, olvidó ofensas personales a un familiar consanguíneo, siguió la línea del contrincante y hoy es Secretario de Gobernación
SÍ, ESE mismo que en su primera entrevista ya como jefe del Ejecutivo estatal expresó ante los micrófonos de una estación de radio, “digan de mí lo que quieran tengo la concha gruesa”, fue su respuesta al entrevistador que le preguntó ¿y los periodistas que vas a hacer con ellos”? “pues que les paguen sus patrones, -respondió- el gobierno no tiene por qué pagar a periodistas”. Hoy, por alguna razón se escabulle de los reporteros “no doy entrevistas”
Y CLARO que hay más, mucho más, pero por hoy me voy,