El Tutupiche
¿Por qué culpar a los animales, al ponerle nombres de enfermedades y acusarlos de ser transmisores, cuando en realidad, somos los humanos los que estamos alterando y destruyendo el medio ambiente, que a estas alturas solo nos ha de quedar ‘un cuarto’ de ambiente?
¿Quién de nosotros ha visto a un mono, un chango, un chimpancé, un mandril, un nasalis larvatus (mono narigudo), un macaco, un papión, un orangután o un gorila, lleno de viruela? Si acaso los hemos visto, pero comiendo ciruelas.
¿Alguien de ustedes ha visto a un murciélago, vampiro, zorro volador o cualquier otro quiróptero, enfermo de los pulmones, con tos, gripa, fiebre o dolor de cabeza? ¡Mucho menos, intubados! Si, acaso, entubados o enfrascados, con formol.
¡Que lance el primer cartón con caguamas bien frías, quien haya visto una Granja de Enfermas Mentales u Hospital Psiquiátrico, exclusivo para ‘las Vacas Locas’, y que además produzcan leches con alucinógenos!
Que alguno me explique si ha visto a un cerdo con altas temperaturas (que no esté en la paila), o a varias gallinas agripadas y estornudando, mientras las otras les contestan: ¡salud!; si acaso, en las granjas o traspatios, hemos visto a los pavos con los mocos caídos o a los perros con moquillo.
¿Si en realidad éstas enfermedades las producen los animales, porque en vez de expertos en salud humana, la OMS no les encarga el trabajo de investigación científica, a los médicos veterinarios zootecnistas?
¡Hombres necios que acusáis a las ‘especies inferiores’, sin razón, sin ver que sois la ocasión, de lo mismo que tragáis. Si con ansia sin igual la solicitáis en tu sartén, ¿por qué queréis que obren bien si las incitáis hasta en tamal? Combatís su existencia y luego con necedad decís que fue por necesidad que le diste cran a su descendencia!