CARTA ABIERTA
En el auténtico panismo tabasqueño, del que aún queda mucho, hay plena convicción de que Kathia Bolio Pinelo, la dirigente estatal provisional del PAN en Tabasco, está haciendo lo correcto al limpiar el estercolero dejado por los tres últimos dirigentes que este partido ha tenido en los últimos diez años y que estuvieron apoyados por el empresario Gerardo Priego: Jorge Ávalos Ramón, Francisco Castillo y Pedro Gabriel Hidalgo Cáceres.
El miércoles, Kathia Bolio dio una conferencia de prensa para informar que entre finales de septiembre y mediados de octubre se definirá la nueva dirigencia estatal del partido en la entidad, que tocará a una mujer. Hasta ahora, hay dos aspirantes que han alzado la mano para ocupar el cargo: Elda Mier y Concha y Jemima Alonso Qué.
El dilema que enfrenta el panismo, y la dirigente provisional en particular, es dar un cambio de fondo en el PAN para garantizar su autonomía o seguirlo teniendo al servicio de intereses externos. La garantía del panismo auténtico parece representarlo Elda Mier, una militante que ha “picado piedra” desde sus comienzos en los estratos más modestos, mientras que a Jemima le afecta mucho el ser prima del muy cuestionado exdirigente priista, Erubiel Alonso Qué.
En efecto, la prima de Erubiel está identificada con esa corriente (Ávalos, Castillo, Hidalgo) que por una década puso al PAN en los últimos lugares electorales, dando lugar también a las más diversas sospechas sobre la sumisión ante los gobiernos en turno. Si bien la prima del actual presidente del Movimiento Territorial del PRI es ajena a los procederes de este, no deja de serle un lastre el pasado nada claro que arrastra desde su paso por el liderazgo de 16 de Septiembre. En notas periodísticas y columnas sobran los comentarios sobre la forma en que se manejó al frente del tricolor.
La disyuntiva crece en importancia tras conocerse que el PAN se dobló como nunca en el Gobierno perredista de Arturo Núñez, justo cuando Francisco Castillo era el dirigente estatal y Gerardo Priego el secretario general. A la salida de Castillo, este grupo, conocido al interior como El Sindicato, puso a un líder a modo con Pedro Gabriel. Al final, el temor de los auténticos panistas, encabezados por Juan José Rodríguez Prats, se confirmó al conocerse el estercolero dejado a su paso.
Investigaciones internas revelan varias irregularidades en la gestión del más reciente dirigente blanquiazul. Por ejemplo, adeudos con la CFE, con Telmex, reporte de gastos en obras de remodelación inexistentes en los comités municipales del partido, gastos exorbitantes en coffee breaks y otros hechos similares. Es más, hay dudas sobre una demanda laboral que al parecer se perdió a propósito y que les ha representado un daño patrimonial de cerca de 700 mil pesos.
Esto y más es lo que estará en juego en la próxima renovación de la dirigencia panista, que será encabezada por una mujer. O se da un paso definitivo en su rescate o se sigue manteniendo en el poder a El Sindicato. El mismo Juan José Rodríguez parece estar en desacuerdo por los acercamientos que en los últimos meses ha tenido con Movimiento Ciudadano, ya que se sabe que Dante Delgado lo ha invitado a unirse a sus filas.
En caso de que Prats se vaya del PAN, será el tiro de gracia para este mini partido que tiene perdido su registro electoral. Saber elegir bien a su próxima lideresa será clave para mantener viva la llama de su resurrección política en el Edén.