De Primera Mano
Con un partido en el gobierno que lucha contra nadie en la batalla, ante la pequeñez de los adversarios del régimen, la postura opositora del presidente del PRI, Dagoberto Lara Sedas, se empieza a considerar como la única bandera seria de quienes están en contra de la llamada Cuarta transformación.
Con la fuga de militantes de escaso prestigio hacia otras fuerzas, principalmente hacia la formación del presidente Andrés Manuel López Obrador, el Revolucionario Institucional podría configurarse como la oposición verdadera de Tabasco.
Abandonado por políticos oportunistas de moral liviana que carecen de principios por buscar el poder por el poder sin reparar en ideologías, el tricolor puede presumir en 2024 que la basura ya no está en él.
Poco a poco la ciudadanía ha ido viendo como la emigración a otros institutos políticos se está llevando el lastre que provocó la derrota del priísmo.
En la calle los tabasqueños tienen la percepción de que los priístas desprestigiados, que son conocidos por arrastrar un pasado vergonzoso, llegaron como moscas a la miel al partido en el gobierno.
Dagoberto Lara, el dirigente tricolor de corte ciudadano, ha alzado la voz sin caer en injurias para exigir que se restablezca el orden democrático en el país, al abanderar la demanda de que se respete y cumpla el resolutivo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) para que el gobernador Carlos Manuel Merino Campos y el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, se abstengan de violar la Constitución al promover la consulta de revocación del mandato del presidente López Obrador realizada en abril pasado.
El PRI que lidera el de Huimanguillo está pidiendo que se aplique la ley a los funcionarios de Morena que son señalados por la promoción personalizada durante la revocación de mandato, pues se concluyó que hubo propaganda gubernamental, así como uso indebido de recursos públicos, lo mismo que trasgresión a las leyes del país.
La postura de Lara Sedas no es contestataria, sin embargo, ya que, a diferencia de otros políticos opositores que recurren a los insultos a las autoridades supuestamente involucradas, pide con un discurso civilizado que se cumpla con lo que mandatan las instituciones, en este caso el TEPJF.
Aquí vale recordar que recientemente el ex presidente del PRI y actual secretario general del Movimiento Territorial de ese partido, Erubiel Alonso Qué, fue descalificado por haber llamado “dama de compañía” al gobernador Merino por participar en los actos partidistas que encabeza el secretario de Gobernación en diversos lugares de la nación.
En torno a esos ataques personales, el titular del Ejecutivo local, cuando lo inquirieron reporteros, replicó: ¿Quién es Erubiel?
Se trató, claro, de una respuesta cargada de ironía: es de sobra conocido que el referido priísta es conocido entre sus correligionarios por los señalamientos públicos que le hicieron en 2015 algunos aspirantes a candidaturas que lo acusaron de haberles pedido sumas millonarios a cambio de hacerlos abanderados a diputaciones y alcaldías, pero no cumplió.